Capítulo 34

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Me levanté mucho mas temprano de lo usual, lo primero que hice fue mirar mi celular, respondí un par de mensajes de Mario y de mis padres para luego darme una ducha, me vestí rápidamente y me arregle con las pocas cosas que tenía afuera de las cajas. Mientras me cepillaba el cabello escuché el timbre sonar, me levanté para luego caminar rápidamente a la puerta.

-Hola Sebas- lo saludé apenas abrí la puerta, y él se acerco para darme un pequeño beso en la mejilla

-Hola mi niña, ¿como dormiste? te traje el desayuno-

Cuando dije que a Matt le caería muy bien Sebas, iba enserio, él es muy dulce, con unos ojos verdes preciosos, es mas o menos de la misma altura de Matt, tiene el cabello castaño oscuro, además de una bella sonrisa, dejando de lado su físico, él es muy inteligente, en unos días empezará a trabajar en la firma de abogados de mi padre, por esa razón las cajas, nos mudaremos, volveré a "casa", digo casa entre comillas refiriéndome a mi ciudad, ya que rentaremos un apartamento para los dos, cosa que me anima y aterra al mismo tiempo. 

Pasando al punto dos, la cosa que mas me aterra, hasta diría que me revuelve el estomago es que estuve buscando un trabajo en mi cuidad, y conseguí uno (el lado bueno de la historia), pero el lado malo es que probablemente Matt estará allí, si, empezaré a trabajar como profesora de literatura en mi antigua escuela mientras que encuentro algo mejor, amaría trabajar en una editorial, pero claramente no tengo mucha experiencia.

Después de desayunar empaqué las ultimas cosas que me faltaban, y Sebas me ayudó a bajar las cajas hasta su coche, hoy nos iríamos , por fin volvería a casa, no me tomen a mal, Barcelona es hermoso, y la pase muy bien, pero casa, es casa.

Entré una ultima vez a mi apartamento, fue mi hogar por cuatro años. Le di la despedida que se merecía y baje para encontrarme a Sebas esperándome.

-¿Lista?-

-Sip- asentí para luego entrar al coche

Sería un viaje largo, mas o menos de unas diez horas y algo, así que debía ponerme cómoda.

-Alex, imagínate que mis padres llamaron, dijeron que tenía que mandarles foto de todo, y que nos vendrían a visitar pronto-

-Me gusta esa idea, sabes que amo a tus padres-

Y si lo hacía, sus padres viven en Londres ahora mismo, pero viajan usualmente a España, cosa que me dejó conocerlos, ambos son un amor de personas, son de Madrid, tal como Sebas y pues tengo una excelente relación con ambos.

Así como lo planeamos el viaje duró diez horas y media, llegamos a nuestro futuro apartamento a las siete de la noche. Ambos empezamos a subir nuestras cajas, nada más los dos, no deseamos pedirle ayuda a mis padres realmente, entonces subimos y bajamos dos pisos un montón de veces, diría que ya hice ejercicio como para un año.

Finalmente terminamos de subir las cajas, ya teníamos varias cosas en el apartamento, como sofás y nuestra cama, ya que lo habíamos comprado desde antes y mis padres lo recibieron y acomodaron porque nosotros no podíamos, por la distancia claramente. Luego de organizar bastantes cosas, como nuestra ropa y cosas de la cocina, decidimos descansar, ya habíamos hecho mucho por hoy. Yo me di una ducha mientras Sebas terminaba de organizar el closet y después de vestirme me acosté en nuestra cama, mientras él se daba una ducha. Mire mi celular unos minutos más pero el cansancio no me dejo, así que lo dejé a mi lado mientras me acomodaba para dormir. Me puse de lado abrazando mi almohada, y unos minutos después pude sentir a Sebas acostándose a mi lado para después abrazarme.

-Descansa mi niña- susurró 

Nos despertó la luz del sol entrando por la ventana, cortinas, tenemos que comprar cortinas.

-Creo que debemos comprar cortinas-le dije mientras cubría mi cara con la sabana 

-Muy buena idea-

Ambos nos arreglamos para salir, primero iríamos en busca de cortinas y unas cuantas cosas cosas mas que nos faltaban, para luego en la tarde salir con Mario, hace mas de un año no lo veía aunque hablamos constantemente, además sigue con Sheila, ambos son muy lindos. Estábamos comprando las cosas hasta que escuché una voz familiar.

-¿Alejandra?-

Me di media vuelta para luego encontrarme con Sofía, se veía muy... distinta, su cabello ahora era castaño, y oh por Dios, esta embarazada.

-Hola- le sonreí

-¿Cómo has estado?-

-Batante bien, ¿y tu?-

-Excelente- me respondió con una sonrisa mientras agarra su barriga, parecía tener unos siete meses o mas- voy a tener un niño-

-Felicidades-

¿Esta es la misma Sofía?

-Amor, vamos- dijo un tipo de unos cuarenta al llegar

-Un gusto saludarte- se despidió Sofía antes de irse

Yo estuve unos segundos analizando que había pasado, para luego volver a donde estaba Sebas. Después de estar unas horas de compras volvimos a casa para dejar las cosas y salir camino a casa de Mario. Unos minutos después llegamos, él con Sheila habían comprado una casa, realmente hermosa, de dos pisos y hasta con piscina. Al llegar toqué un par de veces la puerta y me abrió Sheila con una sonrisa, la saludé de un abrazo y Sebas con un apretón de manos.

Entré a su casa y escuché a Mario bajar las escaleras.

-¿Amor te parece bien esta camisa?- preguntó sin notar mi presencia 

-A mi me parece que te ves decente por primera vez en toda tu vida-

-¡Alex!- casi grito para correr hacia donde yo estaba, para luego rodearme con sus brazos

-Me estoy ahogando-

-Volviste en una sola pieza-

-Ay yo se que me extrañabas-

-Si te extrañé insoportable-

-Alex, ¿vino o cerveza?- preguntó Sheila 

-Vino por favor- respondí 

Todos nos sentamos en los sofás, Sebas a mi lado y Mario al frente con Sheila, todos con vino menos Mario. Estuvimos bastante tiempo en su casa, poniéndonos al día con absolutamente todo, pero justo antes de irnos Mario me detuvo.

-¿Puedo hablar contigo un segundo?- asentí y caminé con él hasta la cocina 

-¿Qué pasó?-

-¿Mañana es tu primer día de trabajo verdad?-

-Sip-

-Alex, sabes que es muy probable que veas a Mateo-

-Lo se, no hay problema, todo esta bien, todo esta atrás- respondí, intentando convencerme más a mí misma que a él

-Vale, mucha suerte, aunque se que no la necesitaras- bromeó

-Claro que no- le seguí el juego


MateoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora