13.

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El camino que recorrían ambos menores era iluminado por la luz de la luna, que poco reflejaba entre tanta arboleda

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El camino que recorrían ambos menores era iluminado por la luz de la luna, que poco reflejaba entre tanta arboleda.

Aiko lo veía sin nada que agregar, caminando a un paso tranquilo bajo la lluvia que pase caminar bajo los árboles, poco la cubrían.

Sakura no había sido la única que intentó evitar la partida del pelinegro. Un rubio del que ella desconocía se hizo presente en medio camino.

Pero esta vez se enfrentaron, uno a uno en una batalla. Aunque Sasuke quedó victorioso, el joven rubio le dejó incontables heridas, la razón de su andar costoso.

—¿Quieres ayuda? —Preguntó Aiko.

—Aléjate, no la necesito.

Pasados unos segundos, ella volvió a hablar:

—¿Sabes?, me siento mal. —Exclamó.— Suponiendo que no comentaste tu ida, dos personas adivinaron lo que harías y trataron de evitar dicho escape.

—Ya te he dicho que no estoy escapando. —Negó entre dientes.

—En cambio yo, —Prosiguió la joven sin darle interés.— yo sí mencioné que me iría. ¿Sabes lo que me dijeron?, "Ya era hora". Esas dos mujeres son un verdadero dolor de cabeza. Sin embargo... hubiera deseado que intenten detenerme. —Confesó.— Como a tí. Tus cercanos te quieren, incluso hay una que posee sentimientos románticos hacia tí, que afortunado.

—Cállate. —Gruñó seco.— Deja de suponer sobre cosas de las que no tienes idea.

—Entonces cuéntame, si tanto odias mis suposiciones. —Habló vagamente la joven, observándolo por encima de su hombro.

Más no recibió respuesta. Cuando de la nada, Sasuke cae desplomado al suelo mojado, exponiendo lo cansado que lo había dejado aquel último encuentro con Naruto.

Pues la golpiza que recibió del rubio no era nada en broma.

Aiko frenó su andar, mientras lo veía esforzándose —vagamente— por levantarse.

—¿Que tanto miras?, ¡Ayúdame! —Ordenó de mala gana el azabache.

Aiko simplemente lo veía sin mover dedo alguno.

—No quisiste mi ayuda antes, lo siento, ¿la quieres ahora? —Exclamó sin interés, alzando sus cejas mientras una leve sonrisa delataba su hablar burlesco.

Tras no recibir respuesta, ella prosiguió.

—Yo también quiero algo, sabes. Continuemos la charla. —Sonriente, la joven lo veía desde su lugar.

Sasuke frunció el ceño, jamás tuvo por su cabeza una visión tan deplorable sobre una niña como en estos momentos.

¿No que me "debías tu vida y harías todo por mí?" —Pensaba el Uchiha de ceño arrugado, cerró sus párpados conteniendo sus insultos.

Sasuke podría jurar que de no ser por estar tan débil en el suelo, la abandonaría aquí mismo.

—Esa niña de cabello rosa, la cual llamaste «molestia». ¿Algo que agregar sobre ella?

Sasuke dudó en responder, pero no veía opción.

—Por mi parte, no tengo ninguna razón para amarla e igualmente, no veo razón por la cual ella deba amarme.

—Ya veo. Eres alguien frío. —Alzó su mirar al cielo— O es lo que todos creen, y tú estás bien con eso. Porque eso es lo que prefieres, antes que sepan que de hecho; intentas que ella no salga herida. No te sientes capaz de corresponder su sentimiento, sabiendo esto, decides tratarla de manera brusca para que ella deje de sentir eso por tí. Y a causa de tu desprecio constante, todo el amor que siente por tí en un futuro no muy lejano se convertirá en odio así, alejándola. O eso supongo, ¿me equivoco?.

Era de noche y la lluvia no parecía acabar.

—Sí, estás muy equivocada. Sakura no es como tu crees, sea lo que diga o haga, ella jamás dejará de venerarme. Por eso es una molestia, dice amarme pero lo que tiene sobre mí no es más que una idea alejada de lo que realmente soy, ella me ve como un capricho, una pelea que ella tiene contra otras niñas que son iguales a ella.

—Oh claro. Una típica competencia de niñas bonitas donde tú eres el premio. Pocas veces mi intuición falla, lamento eso. —Exclamó Aiko.— Pero, ¿me equivoqué sobre tí? —Su pregunta lo dejo en silencio, y entonces se sintió un ambiente pesado.— No es necesario que respondas, con tu silencio es más que suficiente. —Las palabras de Aiko provocaron un chasqueo de lengua en el joven.— Háblame del rubio.

—Es un idiota. —Respondió Sasuke mirando a un lado.

Aiko observaba el cielo, sintiendo la lluvia en su cara. Sin más bajó su mirada al azabache.

—Eso es suficiente para mí. —Aiko sin más se dispuso a caminar en dirección a donde antes marchaban.

—¡Oye, a donde diablos vas! —Gritó el Uchiha con enojo.

Ella hizo caso omiso al joven, y tras encontrar una rama firme, lanzó la misma en dirección al mencionado, cayendo a su lado en un charco de barro.

—Te ayudaré en tu camino a volverte más fuerte. Pero, ¿cómo lo haré si eres un niño relajado que está acostado? Levántate, rápido. —Escupió sus palabras sin pena.— Sin tí no sé a qué dirección ir y no quiero cazar un resfriado bajo esta lluvia por culpa de tu vagancia.

Sasuke la observó por unos segundos, sorprendido.

Él por un momento esperó que lo ayudara.
Pero de una u otra forma, ella lo hizo.

Sasuke, de ceño arrugado se puso de pie sólo con la ayuda de la rama, y sin más retomaron el camino, con Aiko delante del herido y enojado Uchiha, siguiendo las indicaciones del mismo.

Les esperaba una larga y pesada noche, de eso no había duda.

En la Cima de la Montaña ➳ Uchiha SasukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora