Into the MADNESS

Prólogo

El inicio del fin...

Al abrir los ojos solo puedo ver el cielo gris de Tokio, no hay ni un solo ruido como si todo hubiere quedado sumido dentro de un sueño. Al levantarme del frío pavimento me doy cuenta de que hay hiervas cubriendo el camino, pareciese que han pasado semanas, veo un par de mapaches pasar tranquilos si preocuparse por mi presencia. ¿Realmente esta ocurriendo todo esto? Al quedar completamente de pie giro sobre mi propio eje en busca de respuestas, pero no hay nadie a mi alrededor, en realidad, no hay nada.

Las calles están vacías, no hay ni una solo persona que me pueda ayudar, parece que la ciudad ha sido abandonada. Avanzó por la avenida principal girando la cabeza de un lado a otro observando como cada tienda, restaurante y departamento están vacíos; estoy completamente sola.

Debe ser un sueño, no hay alguna otra explicación, si logro despertar todo terminará de un momento a otro, esa idea recorre mi cabeza una y otra vez, pero mi cuerpo no la escucha y sigue trotando porque se siente real, cada paso, cada bocanada de aire e incluso la suave brisa se siente reales.

De mi bolsillo izquierdo sustraigo mi celular, esta apagado y no logro encenderlo. Suspiro y cierro los ojos con fuerza analizando mi siguiente movimiento porque no tengo claro que hacer. Antes de poder darme cuenta las noche de expande sobre mi, y por primera vez en mucho, mucho tiempo soy capaz de ver las estrellas en el cielo; normalmente es poco probable verlas, las luces de la ciudad las opacaban, ahora no hay ni una sola luz que reduzcan su belleza.

Me encuentro tan distraída observando el cielo que apenas puedo distinguir una luz desde el rabillo del ojo, giro la cabeza para poder observar de donde viene el brillo. A un kilómetro hay un letrero gigantesco con una flecha que señala hacia la izquierda; camino lentamente hasta el letrero y lo observó sin decir nada.

Escucho pasos y voces provenir de la derecha, al girar la cara en esa dirección veo a un par de chicos riendo y empujandose, chico que jamás había visto, pero sus caras no se ven borrosas. Se detienen para mirarme sin discreción alguna y continúan su camino pronto hacen presencia más personas, pasan a mi lado como si fuera invisible, algunos me empujan sin importar hacerme daño y antes de que pueda seguirles el paso siento como algo duro golpea mi cabeza. Al llevar mi mano derecha a la zona afectada y elevar la mirada puedo ver como un chico alto, delgado y con un arma de fuego, camina despreocupado sosteniendo su rifle sobre su hombro izquierdo mientras silva.

—Idiota —murmuró y masaje mi cabeza mientras sigo al grupo que acaba de pasar a mi lado.

No sé a dónde se dirigen, no sé quienes son y mucho menos que hacen en lo que se supone es mi sueño, aun así, prefiero seguirlos a quedarme sola en la oscuridad.