XXVI

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Cuando la puerta se abre el primero en entrar es Niragi y no espera ni un segundo para abrir la boca.

—En serio entraste así de descaradamente —espeta Niragi, puedo ver a Arisu con la boca abierta por la sorpresa, se encuentra en cuclillas y frente a él hay una pequeña caja fuerte, la típica caja con botones que tienen los hoteles y que la contraseña se puede restablecer, hay un montón de trajes de baño que pertenecieron a el Sombrerero.

Me adentro a la habitación siendo seguida por el resto de los militares, todos permanecen serios, no dicen ni una palabra, solo somos un grupo de espectadores ante esta trágica escena.

—Fui alertado de que alguien trataba de perder su vida robando mis cartas —habla Aguni. —No pensé que fuera verdad —ladea levemente su cabeza. —Eres silencioso y un  hombre útil.

La mirada de Arisu pasa lentamente de Niragi quien ha bajado su cuerpo para encontrarse cara a cara con el menor y se dirige a quien con todo descaro camina detrás de Aguni jugueteando con el intercomunicador, Chishiya.

— ¿Chishiya? ¿Por qué? —cuestiona Arisu.

— ¡Suéltenme! —escucha un grito desde el pasillo por lo que giro la cabeza para ver a dos chicos arrastrando a Usagi siendo guiados por la chica militar de chaleco que tiempo atrás se encontraba sobre Niragi cuando los interrumpí. La mirada de esa chica y la mía chocan durante un momento, pero ese contacto visual se rompe cuando me observa desde la punta de los píes hasta volver a mi rostro y sonríe con superioridad.

— ¡Usagi! —grita Arisu y se levanta de su posición para acercarse a su conocida, pero Niragi impide su andar golpeando su rostro con la culata del arma. Cierro los puños con fuerza al no poder hacer nada para ayudarlos, no sin condenarme a la desgracia junto con ellos, estoy sujeta por el cuello con una soga invisible de la cual no quiero tirar.

— ¿Otra vez tú, novato? —se bula Niragi golpeándolo nuevamente solo que esta ocasión en la espalda.

— ¡Arisu! —grita Usagi, aprieto los labios para evitar hacer algún sonido que guíe la atención a mi persona.

— ¡Deja de gritar por Usagi, idiota! —escupe el chico de cabellera media para después darle un pisotón logrando que Arisu permanezca en el suelo. Le patea el pecho y solo soy capaz de imaginar que es lo que pasa por su mente. "¿por qué ¿por qué Chishiya me ha traicionado? ¿por qué está del lado de Aguni?" una patada más por parte de Niragi, parece disfrutarlo, realmente le proporciona placer golpear a las personas, no hay ni una pizca de decoro en su ser; levanta el rostro del chico para darle otra patada.

—Me salvaste, Chishiya —habla Aguni quien todo este tiempo ha permanecido cruzado de brazos, se gira para verlo. —Los atrapamos gracias a tu perspicacia —a la par que el nuevo número Uno agradece a nuestro traidor Niragi no ha dejado de golpear a Arisu.

—No es nada. Es lo que debía hacer  —son las palabras que salen de los labios de Chishiya.

A pesar de encontrarme pasos atrás de las escena sé que Chishiya tiene un As bajo la manga así como lo tuvo el propio Sombrerero, era un hombre cauto, era claro que la caja fuerte del armario era sólo una farsa, si la caja fuerte es un objeto preciado en la Playa no estaría a simple vista y a pesar de no dejar la postura de fortaleza a Aguni se le ve preocupado, inquieto y con temor gira su cuerpo a uno de los muros de la habitación, el chico con ojos de gato sigue su mirada y por consecuente hago lo mismo. De manera inconsciente Aguni mira una pintura enmarcada, el cuadro de un venado, ahí es donde debe de estar la verdadera caja fuerte y con un leve movimiento de cabeza sé que Chishiya también se ha dado cuenta de eso.

Into the MADNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora