XVII

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Me encuentro despierta, Niragi me da la espalda, observó su lenta respiración y no logro entender como alguien como él puede dormir de forma tan tranquila a pesar de ser un asesino, es como si no tuviera remordimientos y mucho menos sentido sobre la buena moral.

Me levanto lentamente de la cama evitando hacer movimientos bruscos que puedan despertar a Niragi, me visto con sigilo y tomo el valor para salir de la habitación dejando la puerta abierta; bajo las escaleras lo más rápido que puedo y cierro la puerta de mi habitación detrás de mi.

Tras tomar una larga ducha y volver a vestirme cubriendome con mi gabardina tomo las tijeras que están bajo la almohada y las observó, algo dentro de mi me advierte que estoy en peligro y no sé si solo es porque acabo de huir de Niragi después de comentarle a Chishiya sobre el plan de los militantes o porque a pesar de que es Chishiya quien quiere dejar la Playa no quiero dejar a Niragi.

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Por la mañana la puerta de mi habitación se abre bruscamente y giro la cabeza en su dirección.

—Muévete —ordena Niragi y yo me levanto del suelo dándole la espalda a la ventana por la cual estaba viendo. —Aguni me dijo que por la madrugada encontraron a un par espiando la Playa, hoy le daremos la bienvenida como contigo.

—Llegaron muchos después de que yo lo hiciera —hablo. —No entiendo porque tengo que ir en esta ocasión.

—Es bastante simple —camina lentamente hasta mi. —Ahora eres parte de los militantes, eres mía —me toma del cuello y besa mi frente. —Muévete enana.

Se aleja de mí y lo sigo rápidamente, si los militantes realmente toman el control de la playa en un futuro estar con Niragi me será de ayuda y del mismo modo seguir el plan de Chishiya.

Toma el elevador y ambos subimos al último piso, la habitación del Sombrerero, el número uno. Me detiene frente a la puerta sosteniendo mi muñeca por lo que giro mi cabeza para verlo.

—Mantente callada, no debería traer gente con nosotros —explica sin verme. —Si te portas bien podría conseguirte un número alto —sonríe y me observa de reojo.

Abre la puerta y veo como echa la cabeza hacia atrás mientras sonríe, frente a nosotros hay dos sillas ocupadas por personas sujetas a ellas, sus cosas se encuentran esparcidas en la mesa como estuvieron las mías días atrás; es la misma situación que viví, puedo ver a varias de las personas que se encontraban el día que llegue.

Me mantengo en silencio tal y como me pidió Niragi, a pesar de estar de que él muestra una sonrisa petulante lo noto un poco tenso e incomodo, mi presencia no le es grata pero aun así me conserva a su lado como si temiera que fuera a escapar.

Cuando descubren las cabezas de quienes están sentados y sujetos a las sillas me es imposible contener la sorpresa al descubrir que se trata de Arisu y la chica del juego del edificio, siento la mirada de Niragi sobre mi pero poco me importa tener los labios entreabiertos y el ceño fruncido mientras observo las sucias ropas de mis dos conocidos.

—Buenos días —habla la misma mujer de negro que me recibió a mi. Giro lentamente la cabeza para toparme con un muro donde antes estaba la planilla de las cartas.

—Perdón por haber sido tan rudos. Nos enteramos de que había alguien husmeando en el lugar —explica Kuzuryu.

— ¿Cuál es su motivo? —pregunta Ann caminando lentamente detrás de los ya mencionados miembros de los políticos. Arisu y la chica permanecen en silencio, sus respiraciones son agitadas y sus ojos demuestran confusión y valentía.

Into the MADNESSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora