Capitulo 9

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—¿Todos listos?— preguntó Santana.

—Listos— contestaron todos los agentes.

Estaban en un edificio de oficinas abandonando, el cual contaba con tres pisos.

Los agentes se dividirían por pareja, y cada una recorrería uno, menos la planta baja que lo harían todos juntos.

Aunque el lugar parecía estar totalmente despejado.

—Entremos— habló Santana.

A diferencia de otros operativos, tendrían que ser silenciosos, así que abrieron la puerta principal suavemente.

—Hummel, Berry, a la derecha, luego al piso dos. Fabray y Hudson— al ser impares, Maribel había asignado a Finn al caso— a la izquierda, luego, piso tres. Pierce, conmigo.

—¿No confías en mi y pensas que soy cómplice, pero me pones como tu pareja?— preguntó cuando todos sus compañeros se alejaron.

—Es porque no confío en vos que te puse como mi pareja.

Acuérdense qué hay micrófonos, muchachas— intervino Kurt.

Esto parece bastante solitario— habló Quinn— Puerta uno despejada, Hudson.

—La idea de que vayan en equipo es que no se separen— intervino Santana.

—Fabray tiene razón, López. Esto está muy solitario, muy tranquilo— comentó Brittany y alumbró con su linterna el piso— Mira los papeles tirados, es como si no hubiera habido nadie en mucho tiempo.

—Se supone que está abandonado.

—Aún así, si hubo un mínimo movimiento, se notaría en las cosas en el suelo— contestó— No hay nadie, por lo menos en este piso.

—Vamos a la puerta de allá enfrente— ignoró.

Despejado, López— habló Hudson— Ahora subimos.

Despejado— dijo Kurt— Subiendo también.

—Tres, dos, uno— murmuró Santana antes de entrar junto a Brittany— Despe...

—¡Cuidado!— gritó Brittany cubriendo a Santana con su cuerpo, recibiendo un disparo en su estómago.

Santana cometió un error de novata.

Y ese error fue entrar a la habitación sin mirar al frente, donde se encontraba el arma, ni mirar al piso donde se encontraba la placa a presión que la activaba.

La rubia cayó contra Santana, quien la abrazó por la espalda rápidamente.

—¿Estás bien?— preguntó preocupada.

—Si— respondió apretando la mandíbula por el dolor y poniéndose de pie— Lo... estoy.

—Bri...

—Estoy bien.

¿Que pasó?— preguntó Finn.

López, Pierce, contesten— pidió Blaine.

Tengan cuidado, armas trampa— habló Santana— ¿Que arma fue?— miró hacia el lugar pero Brittany la interrumpió antes que camine hacia ahí.

—No importa ahora eso, tenemos que seguir— en la voz se la notaba dolida.

—Pierce, si fue un arma de alto calibre pudo traspasar el chaleco a tan poca distancia— explicó Santana, tratando de ver el chaleco de la rubia— Pudo haber sido un arma matapolicias.

EXPLOSIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora