Santana llegó a su casa realmente cansada.
Había estado todo el día en la agencia trabajando para ayudar al equipo de Hudson, y también para olvidarse de la pelea que tuvo con Brittany.
Hablando de ella, Santana no tenía ni idea de dónde se había metido. Desde hoy en la mañana no la había vuelto a ver, ni a hablar.
Ella sabía que Brittany tenía razón, pero el mal momento que está pasando en su vida no la dejaba pensar claramente, y aunque eso no lo justifique, por el momento no podía pensar en otra cosa.
Claro, ella no estaba realmente segura de que Sam sea el culpable, además, era el esposo de la rubia, pero... ¿y si lo era? ¿y si el realmente mató a su hermano menor, a su padre y a todos esos agentes?
—¡Britt!— Santana alzó la voz, para que la escuchara— ¿Estás acá?— caminó hacia el salón y no la encontró— Mierda.
Intentó llamarla al celular, pero directamente saltaba al contestador, sin siquiera sonar.
Santana se sentía rara. Sentía un extraño presentimiento, pero no estaba preocupada.
No.
Porque sabia que Brittany sabía defenderse sola, y realmente era una de las mejores agentes que había visto en su vida.
La rubia era muy buena en la lucha cuerpo a cuerpo, sabía manejar todo tipo de armas, era inteligente, y también sabía mucho sobre informática.
Era una agente completa, como pocas.
Aunque su mejor habilidad siempre fue infiltrarse, o también, desaparecer y ser prácticamente un fantasma para todo el mundo. O mejor dicho, otra persona.
Era una maestra de los disfraces.
Si bien ellas no habían estado en contacto en largos años, Santana se había enterado de algunas misiones que la rubia había hecho, dignas de reconocimiento. ¿Cuántos agentes en el mundo podrían provocar a un jefe de mafia italiano, desaparecer, hacerse pasar por otra persona y finalmente atraparlo?
Además, nunca la atrapaban. Brittany podía esconderse o desapar...
—Un minuto— murmuró frunciendo el ceño y corrió hacia la habitación de la rubia.
Todo estaba en su lugar, pero algo se sentía extraño... como si algo faltara.
La laptop. En el escritorio Britt tenía una computadora de la agencia por los días que estuvo con reposo, y ya no estaba.
Rápidamente fue a revisar el cajón donde guardaba sus documentos personales e identificaciones de la agencia. Tampoco estaban.
Ni tampoco su arma reglamentaria.
—Me la jugaste bien jugada, Pierce— murmuró, apretando la mandíbula, mientras sacaba su celular y marcaba un número.
—¿Tana?
—Blaine, rastrea el celular de la agente Pierce. Ya— ordenó, volviendo a buscar las llaves de su coche y saliendo de su edificio.
—¡Imposible!— dijo después de unos minutos.
—¿Qué?
—¡Me bloquearon de los malditos servidores!— se escuchó un golpe en la mesa— No se puede rastrear. Me saltan cientas de locaciones por segundo, por no decir miles.
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EXPLOSIÓN
FanfictionSantana López es una agente del FBI de Nueva York, al igual que su ex pareja Brittany Pierce, con la diferencia que la rubia trabaja en Los Ángeles. Hace cinco años que no se ven, pero gracias a una explosión, tienen que hacerlo.