18: ¿Bailamos?

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Levantarse de una cama era difícil. Pero si sabes que irás con tu amado a comer un helado al levantarte se hace una tarea sencilla.
Armando y Betty se levantaron, limpiaron y fueron juntos a un parque a comer un helado al aire libre.
Todo iba bien, hasta que Betty recordó que debía ir a reportarse con sus padres personalmente.

- Doctor lo lamento pero debemos irnos con mis papás, deben estar preocupados

- Yo se Betty, podemos irnos en seguida - Armando se levanto de su asiento y se acercó a Betty

- Pero Doctor, a mi me gustaría tener discreción, no les quisiera decir que pase el día con usted, primero, les estaría engañado con lo de la mañana y parecería muy sospechoso...

-No se preocupe, diré que de paso me la encontré de coincidencia

- Ojalá se la crean

- Pues. Su papá siempre anda diciendo que el diablo es puerco.

...
Ya eran las 5, Betty y Armando llegaron a la casa, no sin antes toparse de frente con Doña Julia.

Doña Julia claramente no se tragaba el cuento, pero supo actuar lo suficientemente bien para que no se incomoden.

Por su parte Don Hermes expuso sus desconciertos en voz alta, diciendo que Betty no podía volver a irse con sus amigas sin avisar así nada más.

Mientras Armando ya se iba a ir, ambos se despidieron en el auto de Armando.

-Bueno Betty, este fue un gran día, y es el comienzo de muchos más

- Si doctor, fue muy bello

- Espero que algún día me llame por mi nombre doctora, nos vemos mañana

Betty pensó en el "nos vemos mañana".
Mañana era domingo, no se verían en el trabajo, ¿Quizá sería el inicio de su relación con Armando?

...

Se miro en el espejo, se veía espectacular, se dijo a ella misma. Los pensamientos de Marcela se enfocaban tal vez en lo que no debían enfocarse: en olvidar a Armando Mendoza.

Se esforzaba demasiado que al final terminaba recordándolo más. No sabía cómo dejarse llevar, no lo había hecho hace mucho y sentía presión todo el tiempo.

Por otro lado, estaba frente al espejo Michell, él no se presumía, su mente estaba en otro lado, encerio le interesaba Marcela y era algo que quería descubrir aunque tuviera que arrancar las ventosas de Armando Mendoza de ella.

...

Michel jugaba con una copa frente a él mientras esperaba a Marcela.

- ¿Le traigo algo para beber?

- Vino blanco por favor - Le hizo una seña en el menú de bebidas para indicar cuál quería.

Tal vez pasaron unos 5 minutos, pero para Michell fue toda una eternidad. Estaba nervioso, no recordaba hace cuánto era la última vez que estaba nervioso en una cita.

Caminando se acercó, en un vestido verde que resaltaba su cuerpo, no quería fijarse en eso, no quería parecer un pervertido en su primera cita. Aunque lo mejor de todo era su rostro de felicidad al verlo, era tan complaciente.

- Marcela, hola, buenas noches

- Lamento llegar un poco tarde, mi hermano...- Marcela desvío su mirada al vino

- Descuida yo llegué muy temprano

- Pero mi hermano llamó, el no está muy de acuerdo con que salga a citas pues contigo, ya que usted salió con Beatriz

No he podido Olvidarte_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora