24: Betty sin corazón

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Dos años pueden pasar volando, pero para Armando y Betty pasaron tortuosamente lento. Se acercaba una celebración, la boda de Michel y Marcela.
Y sí, aunque muchos no lo crean, Marcela no se quedó solterona.
Michel no pudo resistir las ganas y después de año y medio de relación supo que quería compartir lo que le reste de vida con Marcela Valencia.
La propuesta fue en privado para no exponerla a la presión social y conocer si ambos estarían dispuestos a dar el gran salto de fé. La hicieron pública una semana después de que ambos decidieran unir sus vidas. Luego de buscar decidieron que se iban a casar en la playa de San Andrés.

Aunque el matrimonio sólo era un formalismo por supuesto, ya que sus vidas se habían unido el día de la propuesta.

Donde se encontraba todo lo contrario a la alegría y felicidad se encontraban Armando y Betty.
Betty tenía una vida estable en Cartagena, a pesar de que los primeros meses fueron de lo peor al no estar sus padres y Nicolás apoyándola. No obstante salió adelante, y gracias a Michel quien le había otorgado poder en la cadena de restaurantes del sur de Cartagena, triunfaba. Pero su pesar, la atormentaba. Betty intentó múltiples veces entablar una relación, que terminaba en total fracaso. A veces no era capaz de hablar abiertamente o de expresarse, muchas veces ni siquiera podía dar un beso y otras solo se mostraba renuente al coqueteo.
Sin más sus compañeros de trabajo terminaron llamándola "Betty sin corazón".
Sabía muy bien que jamás debió haber intentado iniciar una relación con uno de sus compañeros coquetos, relación que se hundió en lo más profundo, pero ahora ese hombre era el que más la fastidiaba, y hasta estaba considerando hablar con Michel para que lo despidieran.
Pero ella no podía molestarlo, no ahora que se iba a casar en un semana.

- Betty sin corazón, ¿cómo le va? - Su compañero, Adrián, preguntó con su usual rostro odioso.

- Ingeniero Adrián, tenemos la teoría de que los bajos ingresos se deben a la escasa publicidad, ¿Tiene el plan de publicidad con los valores aproximados? - Contestó Betty fríamente, recordando lo desesperada que estaba esa vez que le hizo caso al coqueteo de Adrián; mas fue en vano, visto que después de contestar a su clásico "que bella se ve hoy" con un "usted igual" para quedarse sin palabras como un tronco incapaz de sentir fue de lo más humillante.

- ¡Wow! ¿Será cierto que usted es "Betty sin corazón"? Ni siquiera un "hola ¿cómo se encuentra el amo de mis sueños?" - Adrián se apoyó con sus brazos en el escritorio de Betty, presenciando atentamente todos sus tecleos en la computadora - ¿Te han dicho que te vez hermosa cuando me ignoras? Y ese intento de coqueteo, ¿Cómo fue? Dijiste "yo igual" y te quedaste tiesa. Te pasó algo en tu niñez,  mala experiencia, estás traumada o algo parecido.

- Ingeniero Adrián. Espero ser su compañera y trabajar con usted, pero me temo que no nos vamos a entender si usted dice esas cosas.

- Lo lamento, mi error - Adrián alzó sus manos en disculpa - no debí, puedo ser tan molesto a veces, pero es que no lo puedo resistir. Tengo los papeles. - Adrián le pasó la carpeta para irse devuelta a su oficina.

Betty suspiró en alivio de que ya se haya ido, hasta que un tono de llamada interrumpió su respiro.

- ¿Aló?
- ¡Betty! ¿Cómo le va? Se la extraña por acá.
- ¡Nicolás! Ay si los extraño. Visitas cada dos meses nunca serán suficientes.
- Si pero se viene la visita de este mes, porque si va a ir ¿no?
- Ay claro Nicolás, Michel fue unos de mis apoyos en mi primer viaje a Cartagena y ahora es mi gran amigo, jamás optaría por dejarlo a un lado.
- Bueno, además que el frentón no estará por la playa de San Andrés - Nicolás exclamó para luego rectificarse - Perdón no quise...
- No sé preocupe Nicolás, eso es el pasado - Betty lo interrumpió tratando de que no se sienta mal.
- ¿Segura? Usted el año pasado me dijo que ha intentado iniciar alguna relación, pero me dijo que sólo está fría y no es capaz de sentir nada. ¿No será que tiene uno de esos efectos post- traumáticos? Muchos terapeutas afirman que los eventos que nos resultaron impactantes y nos producieron emociones muy fuertes pueden quedar grabados en nuestras mentes conscientes.

- ¡Ahora Nicolás! Dígame que telenovela de terapeutas ha visto usted.
- Su mamá la ha estado viendo a la hora del almuerzo, y me es imposible no verla. Bueno Betty cuídese y recuerde que la extrañamos mucho, Chao.
- Chao.

...
- ¡Abra la puerta! - La mujer esperó hasta que aquel hombre con aspecto  desdichado le abrió - Su auto, está estacionado incorrectamente...¡Otra vez!, y no toleraré más esta conducta pusilánime, indiferente e insensible de usted. No me importa un... ¡carajo! que usted haya pagado una gran suma por este piso; ¡es más! puedo devolverle todo el dinero y ¡que se vaya de este lugar de una vez por todas o si no llamo a la policía y a las fuerzas armadas y a la NASA si es posible!

- Mujer, ¿es sábado si? Me voy el lunes, ¿Estamos? Ahora puede devolverme el 50% de la suma como estaba en el contrato, no me voy a llevar todo mi dinero, he estado viviendo aquí por 6 meses y pues la hospitalidad es la mejor. No soy un monstruo, sé que es su trabajo. - Armando cerró la puerta dejándola con las palabras en la boca.

Armando estaba a punto de agarrar la botella de whisky que se encontraba a la mitad, cuando la vibración de su teléfono lo distrajo. "Marcela" mostraba la pantalla.
Contestó y esperó oírla hablar.

- Sé que no es usual que los ex se llamen, además cuando no te he visto hace años, de hecho ni siquiera pensé que seguirías teniendo el mismo número, solo marqué para probar. En fin.
He hablado con tus padres últimamente, sabes que éramos cercanos, nos apoyaron a Daniel y a mí cuando nuestros padres... Bueno ya sabes.
Estoy preocupada, tus padres dicen que no te han visto en año y medio, y se que estás ahí escuchando, te quería invitar a mi boda. Aunque si no quieres no vayas a la boda, te mandé una invitación, puedes usarla como excusa y hablar con tus padres, ellos te aman. Si tan solo pudieras oír la desesperación en sus voces, ellos, no saben qué hacer.

- Iré Marcela. - Armando colgó para dejar caer lágrimas de arrepentimiento. ¿Cómo pudo dejar que esto pase? Sus padres no tenían la culpa.

No he podido Olvidarte_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora