Capítulo 30

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Se despidieron con el sonido fuerte de los altavoces y el ligero mareo que provoca el licor. En la entrada del bar esperaba Theodore Nott para llevarlos a casa. Harry le dio las lleves y él fue a buscar el auto, mientras se quedaban cerca de la entrada.

Hermione le dio un manotazo a Harry en el brazo antes de abrir la puerta y subir al auto.

—Vamos, no te enfades. Solo era una broma.

—Tus amigos dan ya por supuesto que nos estamos acostando —. Hermione no sabía de donde salía ese tornado de emociones.

—¿Y a quién le importa lo que piensen los demás?

—A mí no me importa —murmuró Theodore sin despegar la mirada del volante.

Harry se rio y Hermione se quedó mirándolo.

—No tiene ninguna gracia —Hermione frunció el ceño.

—¡Eh! No quiero problemas —dijo Theodore.

—¡Oh, Dios mío! La gente debe de pensar que estamos juntos y que tú sigues sin ninguna vergüenza con tu estilo de vida. ¡Debo de parecer patética! —dijo Hermione, dándose cuenta de la situación mientras hablaba.

—Nadie piensa que estemos juntos de esa forma, lo deje claro. No tienes que demostrar nada.

—Lo arreglaré. No quiero que nadie piense mal de ti por mi culpa —dijo Harry con gesto turbado. —Sus ojos brillaron y sonrió —. Déjame compensarte. ¿Por qué no vamos a cenar mañana en noche? Algo elegante.

—¿Cómo arreglará el problema que salgamos a cenar?

Theodore los miró por el espejo retrovisor mientras iniciaban una especie de pelea por la bolsa de Hermione, y, cuando se negó a soltarla, ella profirió un fuerte gruñido de frustración. Theodore sonrió divertido, jamás espero ver una escena que incluyera a una mujer molesta con Harry y que él se sintiera culpable. ¿Alguna vez Harry se había quedado una chica? Theodore pensó en una que fuera solo su amiga, a vivir en su casa ¿Alguna vez había llevado y traído a una chica a la universidad? ¿O había comido con alguna todos los días?

—Te llevaré a cenar y después podemos ir a un bar. Pago yo. Que la gente nos vea juntos solo mejorará la situación. Piénsalo. La gente no tardará mucho en darse cuenta de que somos pareja.

—Tu casi siempre pagas —sonrió Hermione dejando de lado su enojo.

—¿Y qué se supone que tengo que hacer yo? ¿Sacarlos del bar a casa cuando vuelvan a emborracharse? —interrumpió Theodore.

—No estoy borracha —dijo Hermione.

El auto se detuvo, Hermione y Harry salieron, y Theodore aceleró antes que entraran a la casa.

—Oye —dijo Hermione con cierta timidez mientras lo miraba e instintivamente cruzaba los brazos sobre el pecho para sentirse más cómoda.

Las emociones combinadas con alcohol estaban abrumándola, pero Harry le preparó café y eso disminuyó el mareo, aunque seguía sintiendo el calor acumulado en todo el cuerpo.

—Oigo —respondió con una pequeña sonrisa en los labios.

—¿Qué te puso tan feliz?

Su estómago dio un vuelco. Joder, pensó Hermione. Su mente estaba acelerada y deseaba saber lo que estaba pensando. La forma en que la miró, la leve sonrisa que tenía, la forma en que sus ojos se calentaron y bailaron en la poca luz que quedaba, y su postura relajada, hizo que sus entrañas se retorcieran de anticipación.

—Harry ¿me lo dirás?

—Hermione —dijo Harry suavemente mientras estudiaba su rostro con un poco de diversión.

Die For You (HERMIONE y HARRY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora