Capítulo 49

834 52 9
                                    

La casa de los Potter era simplemente encantadora, a pesar de ser muy antigua se mantenía perfectamente en buen estado y limpia gracias al mantenimiento. Harry quería saber quién se encargaba de las facturas en la casa de sus padres, alguien debía pagarle a Bathilda Bagshot y a su nieto por sus servicios.

Los pensamientos eran varios, pero no quería molestar a Hermione, por lo que decidió dejarlos de lado por un momento. Fueron a desayunar con Bathilda Bagshot, en su hostal solo estaban hospedados un trio de turistas perdidos y no tenían mucho en común, entonces el comedor permaneció en silencio la mayor parte de la mañana.

Por la tarde salieron a caminar, el único edificio abierto era la iglesia. Harry no era muy religioso, pero miró con simpatía el interés de Hermione y decidieron entrar. Junto a la entrada estaba una mesa de madera y sobre ella un particular libro, eran los nombres de las personas que habían sido bautizadas en ese lugar.

Mientras Hermione se adentró para hincarse en la primera línea de bancas, él se quedó ojeando el libro. Se sorprendió al encontrar una hoja completa de personas con el apellido Potter, el penúltimo era James Potter, su padre, y el ultimo era él. Aun había suficiente espacio para más Potter, de repente sintió la necesidad de preguntarle a Hermione si quería tener hijos.

¿Cómo debería empezar esto? Reflexionó Harry, notando Hermione que se quedó parada bajo el altar principal. Sus ojos se habían movido de su rostro ahora sonrojado a su mano que estaba agarrando el dobladillo de su camisa, luego de vuelta a su rostro. No pudo evitar sonreír para sus adentros ante el hecho de que Hermione ni siquiera había mirado sus intenciones. Sus cejas estaban levemente levantadas, pero permaneció en silencio.

Pasearon por los alrededores, las casas y los árboles cubiertos de nieve resultaban encantadores. El día se les fue por completo. Cuando los rayos de sol comenzaron a escasear se apresuraron por algo de comida en el hostal de Bathilda Bagshot. El clima solo empeoraría según mencionaron los turistas, que habían estado casi una semana y debían ser cautelosos sino querían pescar un resfriado.

No estaban tan cansados y de regreso a su habitación revisaron la colección que la madre de Harry mantenía en su cuarto, por lo que habían visto los libros estaban por doquier.

Las velas encendidas a su alrededor daban un toque mágico. Estaban solos. Harry Potter podía hacer que una mujer tímida y carente de experiencia como Hermione se volviera loca por volver a tener relaciones sexuales.

Su corazón latía tan fuerte que estaba segura de que Harry podía escucharlo. Un solo beso por todas partes. Iban de lado a lado, pasando por el pecho, la espalda, luego se enredaron en su cabello mientras se besaban desesperadamente como si sus vidas dependieran de ello.

Hermione gimió en su boca cuando Harry chupó su labio inferior y él devolvió el gemido cuando ella empujó sus caderas hacia él. Su espalda estaba pegada a la pared y Harry inclinó su cabeza para poder besarla más y profundamente. Su mano en su cuello la hizo temblar contra él. Era como si se hubieran derrumbado por todas sus frustraciones y deseos reprimidos, como si se hubieran liberado de una vez.

La vacilación de Hermione se había ido y se permitió tocar libremente a Harry. Y él se encontró separando sus piernas, presionando con fuerza contra su pelvis y gimió ante la presión contra su clítoris. Jadeaba para poder respirar, creía que no podía sentirse más desesperada por tenerlo dentro hasta que Harry comenzó a besar su cuello. Lo deseaba tanto, lo deseaba todo de él.

Ella le pasó los dedos por los costados y el pecho, su piel estaba caliente y su cuerpo estaba duro. Le faltaba el aire y la temperatura había subido hasta el punto de empezar a sudar. Hermione tiró de la camisa de Harry, subiéndola por su pecho mientras él continuaba mordisqueando su cuello. Pareciendo entender su intención, Harry agarró el dobladillo de su camisa y rápidamente se la pasó por la cabeza antes de colocar una mano en su costado y la otra se posaba en el costado de su rostro, donde le acariciaba la mejilla con la suave almohadilla de su pulgar.

Ambos estaban sonrojados, acalorados y Hermione se sintió nerviosa mientras miraba el pecho de Harry. Lo había visto sin camisa, pero no de esta manera, con suficiente iluminación para admirarlo. Lucía ridículamente imponente, y podía ver la definición de los músculos en su pecho y estómago. Un tatuaje compuesto de un triángulo, un círculo y una línea simétrica adornaba su pecho, sus brazos tenían diversas imágenes entrelazadas desde las muñecas hasta los hombros como una enredadera, los tatuajes del cuello eran un fabuloso trabajo que llegaba a la barbilla parecidos a un collar.

Sintió que el calor entre sus piernas aumentaba mientras levantaba lentamente los ojos hacia su rostro. Delineó los tatuajes de su cuello y se detuvo al bajar en su pecho, la mano de Hermione sobre el corazón de Harry.

Con cuidado, se inclinó hacia adelante y lo besó lentamente, chupando su lengua entrando en su boca y empujando sus caderas contra las de él. Podía sentir su erección contra sus caderas mientras él gemía en su boca. Colocó ambas manos sobre su pecho desnudo, tratando de ignorar el leve temblor que tenía al sentir el calor de su piel. Él rodeó con sus brazos alrededor de ella, empujándola hacia otra pared mientras bailaban, avanzaban, se tropezaban por la habitación y se besaban apasionadamente.

Sintió que sus manos levantaban el dobladillo de su fina camisa de manga larga y rozaban su piel. Ella tembló ante su toque ante la anticipación. Lentamente, levantó los brazos para sacar su camisa por encima de su cabeza. A pesar de sus mejores esfuerzos por no preocuparse de su pecho estropeado, se congeló en la fuerte luz de las velas. Las luces parpadearon suavemente a su alrededor en la noche tranquila mientras ella estaba sin camisa ante Harry, con ambas manos agarrando su pecho.

Había bajado la cabeza después de que la camisa pasara por encima de ella y sus ojos ahora estaban fijos en su pecho. Respiraba rápidamente por el acalorado beso y su corazón se aceleraba esperando a que Harry hablara.

—Hermione—susurró Harry dejando caer su frente para apoyarse en la suya. Sus manos estaban firmemente en sus caderas. Lentamente comenzó a trazar líneas invisibles por su costado. —Eres tan hermosa.

Hermione se estremeció contra él cuando su mano le acarició el costado y bajó la cabeza para capturar sus labios. La besó con suavidad y tranquilidad. Empezó a responder fervientemente, y el ritmo de sus labios cerrados se aceleró cuando él se empujó hacia ella una vez más. Sus manos viajaron por su pecho y agarraron el cinturón de sus jeans. Tiró de él suavemente antes de romper el beso para hablar.

—Harry, me vuelves loca —jadeó contra su oído —¿Qué me has hecho? Llévame a tu cama.

Harry respondió besándola ferozmente y agarrando sus caderas con fuerza. 

Die For You (HERMIONE y HARRY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora