Die For You (HERMIONE y HARRY)

Capítulo 12

El viernes transcurrió en el típico horario. Hermione y Harry se mantuvieron sin cambios, leyeron, investigaron, comieron y durmieron juntos. Hermione había sugerido aclarar sus mentes casi como una especie de meditación para asegurarse de despejarse y concentrarse.

Esa mañana Harry fue arrancado del sueño por una terrible sensación de estar ahogándose. Moviéndose para salir de debajo de las mantas, transformadas en pesadas y enormes manos por el poder del sueño, subió hacia las aguas más ligeras por encima. Cuando comenzó a moverse, algo lo agarró por el tobillo y lo arrastró hacia las profundidades. Como siempre sucede con las pesadillas, se despertó con un sobresalto antes de descubrir quién lo retenía desde abajo.

Durante varios minutos permaneció allí, desorientado, con el cuerpo empapado en sudor y el corazón marcando un ritmo staccato que resonaba en el tórax, en medio de las costillas. Afortunadamente no había despertado a Hermione. Cautelosamente, se incorporó. Una cara blanca lo miraba desde la ventana con ojos oscuros, huecos. Demasiado tarde, se dio cuenta de que era sólo su reflejo en el cristal. Apenas pudo llegar al baño antes de vomitar. Luego pasó los siguientes treinta minutos, acurrucado hecho un ovillo sobre el frío suelo de baldosas.

Finalmente se arrastró hacia la cama y se abrazó a Hermione durmiendo durante unas horas más. Al amanecer, con gran esfuerzo, se pondría la ropa para correr. No quería que Hermione lo viera así de mal.

Hermione se despertó. Una luz tenue proyectaba sombras extrañas contra la tela de las cortinas, y supo que debía ser el comienzo de la mañana a pesar de que sus ojos aún estaban cerrados. Ella gimió mientras intentaba rodar sobre su espalda solo para darse cuenta de que su pierna estaba atascada.

Vacilante, abrió los ojos y vio una espesa cabellera negra despeinada. Su mente se tomó un momento para procesar la imagen antes de vincularla al calor que sentía contra su pecho y piernas, a la forma dormida de Harry que yacía a su lado.

Su mano todavía estaba firmemente aferrada a la de Harry en su pecho, sus dedos se habían entumecido y su pierna derecha fue lanzada sobre la de Harry y entrelazada debajo de la izquierda. Se congeló por un momento cuando el frío de la noche anterior, la soledad, el miedo, el cansancio y el deseo de no estar sola se asentaron. Ella no quería dejarlo. Ella había querido estar cerca de él.

Levantó la cabeza para mirarlo a la cara. Sus rasgos estaban relajados y tranquilos, Hermione no podía recordar la última vez que había dormido tan tranquilamente. Por lo general, dormía en un ataque y se enredaba en sus sábanas, pero no se había movido ni un centímetro de su lugar. Tiene sentido, supuso su mente, probablemente estaba agotada por la noche anterior.

Lo miró un rato más antes de notar que Harry es increíblemente guapo, mientras un rubor se deslizaba por sus mejillas. Hombros anchos, brazos y piernas fuertes, su mandíbula se había vuelto más definida y le daba la imagen de un hombre fuerte y capaz. No es de extrañar que las chicas siempre lo hayan adulado. En realidad, nunca lo había pensado mucho ni se había permitido mirarlo de esa forma con Ron a su lado, como si realmente no lo mirara. Pero ahora que lo había hecho, tenía que admitir que era ... bastante apuesto.

Vacilante, estiró el cuello un poco más para mirar su brazo izquierdo. Se veía bien, todavía lucía una cicatriz roja y enojada que se asomaba por la manga de su camisa, pero por lo demás permanecía completamente sellada y no presentaba ningún problema inmediato.

Dejando caer la cabeza suavemente sobre la almohada, contempló su escape. Aunque cansada, no quería dormir más y, francamente, estaba absolutamente hambrienta. Pronto su estómago gruñiría y no quería despertar a Harry. Tampoco estaba segura de lo que él diría cuando se diera cuenta de que estaba en su cama como cada noche, pero ahora más cerca, aunque la imagen de él extendiendo su mano hacia ella dio vueltas en su cabeza y la hizo sonrojar aún más.