Capítulo 5

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No estaba borracho, apenas llevaba media botella de licor. Tocó su mano derecha, tratando de saber si era real o una ilusión, ella estaba helada. Se apartó de la puerta para dejarle el paso libre. Hermione entró sin decir una sola palabra, dejando su maleta al lado de la puerta y Harry la condujo a la sala.

Antes de que Harry la invitara a sentarse, Hermione lo rodeo con ambos brazos y lo apretó con tanta fuerza, como si necesitara aferrarse a algo para no caer.

—Por favor, solo abrázame Harry —suplicó la castaña.

Él accedió sin titubeos. Abrazarla se sentía tan bien.

Yo lo siento Harry... No... no sabía dónde ir —lloró sobre su pecho.

—¿Qué ha hecho esta vez Ron? —preguntó Harry cerrando los puños con fuerza.

Un par de meses antes, Harry, le había dicho en una borrachera que le gustaba. Desde entonces, ella lo había estado evitando, que ella fuera a su casa le daba la idea de que Ron tenía definitivamente la culpa. Al verla sollozar, la apretó con más fuerza, conteniendo rabia. Había jurado matar a su mejor amigo si volvía a hacerla llorar. Al menos le partiría la cara a puño limpio.

Miró a Hermione luchando por no temblar. Se sentía impotente por no poder hacer nada, por ver cómo ella había ido hasta él para ayudarla y no era capaz de mitigar su dolor.

Harry Potter nunca había estado atado a una chica, nunca se había parado a pensar en sus sentimientos, pero con Hermione era muy distinto. Ella salía con su mejor amigo, y solo tenía ojos para él. Eso le causaba cierta gracia e intriga al principio. ¿Qué veía en Ron? La curiosidad hizo que se fijara en ella no como un cuerpo, sino como persona, aunque ciertamente su cuerpo le gustaba mucho. Era la única mujer que conocía que no había caído rendida a sus pies.

El abrazo se prolongó hasta que los pies de Hermione se entumieron y decidió sentarse en el sofá más grande. Se enjuagó las lágrimas y le sonrió a Harry. Lamentaba haber confiado en Ron, pero, sobre todo, odiaba haber creído en los rumores del peligro que representaba Harry y no luchar por sus sentimientos. Él le dijo que la amaba, la beso y los siguientes días no lo llamó ni nada por el estilo, es más, lo estuvo evitando. Harry podría desaparecer en cualquier momento, dijo que iría por dos tazas de té, pero Hermione no quería alejarse.

—Puedes llorar sin miedo —la soltó Harry como si aquello fuera una orden en vez de una sugerencia.

Hermione rompió en llanto, abrazándolo de nuevo. Al principio se quedó estático sin saber cómo actuar, para luego acariciar su cabello con calma y cariño, y ella se aferraba con fiereza.

Poco a poco la había conocido, quedando asombrado de su buen carácter, de lo dulce que era no solo con Ron, sino con él también, aun cuando estaba de mal humor. Harry le lanzaba miradas directas que esperaba ella entendiera que le gustaba, pero Hermione no era así, lamentablemente.

— ¿Quieres contarme que ocurrió? —preguntó después de un rato en aquella posición.

Hermione levantó la cabeza, y Harry sintió cómo se le oprimía el pecho al mirar sus ojos vidriosos.

—Él me ha engañado —sollozó, volviendo a refugiarse en su pecho.

—Respira, tranquila —Harry acaricio sus mejillas limpiando sus lágrimas.

—No sé qué he hecho mal.

Hermione notó el cambio drástico en su cuerpo. Sus músculos tensados, y la forma en que empezaba a apretarla más contra él, como si la quisiera proteger del mundo entero y como si quisiera golpear a alguien en ese momento.

Die For You (HERMIONE y HARRY)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora