RED THREAD

Capítulo 15

**¡¡Buenassss!!
Antes de que empecéis a leer me gustaría dejar claro que si alguien se atreve a venir para matarme, le denuncio jajajajfjajfjs

Nah pero, sé que os molestaréis con este cap.
Almenos un poquito sí.
Prometo que todo sufrimiento tiene su recompensa ;)

Eso, ya no os hago esperar más, ¡¡VAYAN A LEER!! **

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4:05pm
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Sus padres no han sido siempre así.
Cuando Billie tenía 14 años y Finneas 17, fué cuando se dieron cuenta de que algo pasaba en casa desde hacía meses.
Siempre les cortaban la luz por no pagar las facturas, la nevera estaba siempre casi vacía, venía gente extraña a su casa preguntando por sus padres, llamaban a todas horas porque el alquiler no lo pagaban y los amenazaban con desahuciarlos.

Finneas le contó la verdad a su hermana y él fué el primero en ponerse a trabajar por las tardes, después de las clases.

Eso ayudó, pero sus padres se tomaron aún más libertad. Ya no tenían que esforzarse en trabajar o en pagar las facturas a tiempo.
¿Pero qué podían hacer?
No podían irse de casa porque aman a sus padres. Ellos sentían que de alguna manera tenían que cuidarlos igual que ellos hicieron cuando eran pequeños, y creían profundamente en que algún día volverían a ser aquellos padres que fueron.

Pero pasaron tres años y aún siguen así.

Consiguieron meter a Patrick en un centro de desintoxicación gracias a los ahorros de los hermanos, pero de su madre tuvieron que encargarse ellos mismos.
Una persona adicta cuando deja de consumir se vuelve literalmente loca, por eso Billie pasaba tanto tiempo en casa, para cuidar de su madre.

Trabajar por las tardes y cuidar de sus padres le quitó mucho tiempo para los estudios, por eso a mi madre le extrañó tanto cuando Billie bajó las notas en picado y por eso se interesó en ayudarla, porque sabía que tenía mucho potencial y que por alguna razón estaba olvidándose de los estudios.

Ayer por la tarde su padre volvió a casa con la confirmación de los expertos de que ya estaba totalmente desintoxicado.
Pero no fué así.
Billie por un momento se lo creyó hasta que lo pilló drogándose en la cocina. Ya ni siquiera tenía la decencia de esconderse.
Eso machacó a los hermanos porque habían malgastado el dinero en ese centro, un dinero que les costó conseguir y que no sirvió para nada al final.

Y su madre también volvió a recaer anoche, haciendo que el esfuerzo que había puesto Billie no significara nada.
Todo seguía igual; ellos trabajando para sacar a la familia adelante, sus padres drogándose por las esquinas de la casa, exámenes que estaban por venir y que no sabían si iban a aprovar y Finneas dejándose la piel en el bar mientras hacía horas extra.

--Tú no sabes lo duro que es aprovar un examen que te ha costado la vida aprender, decírselo a tu madre y que se quede mirando un punto fijo durante toda la tarde porque está drogada. --dijo llorando. --O que me mire mientras me ha dado un tirón en la pierna por haber trabajado demasiado y que tenga el valor de pedirme dinero.

No sabía qué decirle.
No sabía cómo hacer para que se sintiera mejor.
Lo único que podía hacer era tomar su mano con fuerza y dejar que se desahogara.
Cuando mi madre me lo contó no me imaginé que fuera así de duro, y ahora, al escucharlo de su boca, sabía a la perfección que Billie vivía día a día ahogándose como si la apretaran constantemente del cuello.

Es horrible saber que una persona que te importa tanto lo está pasando así de mal.

--Lo siento tanto, Billie... --sollocé, conmovida por su historia. --Es un horror, yo no... no sé como lo haría.