Capítulo 9 (3/3)

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3:20pm
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Me reía porque Dylan inventó un arma con la goma de pelo de Alex, hizo una bola de papel y quiso disparar al techo.
Le salió mal y acabó disparándose en la cara.

La profesora de español no había venido hoy y todo el mundo sabe que cuando viene un substituto, no hay clase.

Todos formaban grupos alrededor de las mesas, conversaban, reían, otros aprovechaban para estudiar...

--Qué hora más larga. --dijo Alex soplando como si estuviera cansada.

--Quedan diéz minutos, ya casi estamos.

--Diéz minutos pueden ser eternos, Dylan. --le dije.

--Dramáticas...

Me pasé los últimos diéz minutos mirando por la ventana y pensando en la conversación de hace dos noches con mi madre mientras esos dos hablaban de tonterías.
Descubrir la vida que lleva Billie me dejó mal cuerpo.

Cuando por fin salimos y subí al coche de Dylan con Alex de copiloto, esperé ver a Billie junto a Zoe cuando llegáramos al Skyline.
Ya iban cinco días.

Y no, no la extrañaba.
Sólo me parecía raro no verla seguido.

--¡Menos mal! --dijo Dylan reduciendo la velocidad hasta que detuvo el coche. --Has vuelto. --se giró cuando Billie abrió la puerta y se sentó en el asiento del medio, a mi lado.

--¿Qué pasa? ¿No puedes vivir sin mí? --le contestó.

--No, Billie. --dijo serio. --Es imposible.

Hizo ver que iba a llorar hasta que acabaron riendo ambos.

--Hola. --me sonrió brevemente.

--Hey. --intenté sonreir, pero de repente estava nerviosa.

Acababa de darme cuenta de que he estado comportándome como una niñata con alguien que seguro que es mil veces más madura que yo, por cosas de la vida.

Ahora me sentía estúpida a su lado.

--¡Collins! --Zoe se inclinó en su asiento para verme. --A ver cuando vienes, que parece que nos evites.

--Es que he estado estudiando. --le sonreí. --Prometo ir la próxima vez.

Asintió contenta con mi respuesta.
La primera en bajarse fué Alex, y Zoe aprovechó para sentarse en el asiento copiloto.

Ahora me fijaba más.

Billie, que seguía bromeando como siempre, que le buscaba las cosquillas a Dylan y sonreía cada dos por tres, cuando se quedaba callada no paraba de jugar con sus uñas, o se mordía el reverso de los dedos.

Tan sólo tienes que fijarte un poco para saber que está pidiendo ayuda.

--Eh, Billie. --la llamé y me miró. --¿Te quedas a comer como el otro día?

Se extrañó por mi pregunta, se lo noté.

--Tengo que ir a casa, pero vendré después. --contestó.

Zoe se giró en su asiento.

--Finneas está ahí, hoy tiene libre, ¿no?. --le preguntó.

--Sí, pero quiero saber si hay... si hay espaguetis para comer. --contestó la rubia.

¿Estaban hablando en código?

--Todo está en orden, Billie. --le dijo volviendo a mirar al frente. --Desconecta un rato.

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