Capítulo 18

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2:04am
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Las idas y venidas del destino me parecen increíbles.

Hace casi tres meses me choqué con una enfadada rubia y le tiré la copa, después resultó ser la chica de la que mi madre me hablaba y nuestra amistad empezó odiándonos.

No me caía bien, me enfadaba cada vez que ella se reía de mí, aunque fuera en plan broma.

Y ahora estaba entre un coche y su cuerpo siendo devorada por aquella preciosa rubia de ojos azules que se convirtió en alguien muy especial para mí con el tiempo.
No podía dejar de besarla y mis manos no salían de detrás de su cuello.

No podía porque justo en este momento estaba experimentando algo totalmente nuevo.
Todo mi cuerpo reaccionaba a cada caricia y cada vez que sus labios se volvían a unir con los mios y su lengua se adentraba en mi boca mis piernas temblaban.

Sentía hormigas corriendo por toda mi piel.
Alomejor he estado buscando y esperando este momento desde que la conocí, por eso la "odié" tanto, porque en el fondo ya sabía que había venido para ponerlo todo patas arriba, para hacerme dudar de todo, para hacerme saber lo que es besar a alguien que sí te acelera el corazón.

Y como yo me negaba a ver eso, me repetía a mí misma que la odiaba.
Y ahora estaba adorándola.

Mi teléfono comenzó a sonar en el interior de mi bolso y tuvimos que separarnos.

--Es Dylan.

--Respóndele. --me habló sin soltarme.

La miré y me llevé el teléfono al oído.

--¡Hola! --contesté.

--¡Hey! ¿Dónde estás?

Me rasqué la frente.
Me sentía mareada por el beso.

--Estoy... he ido a buscar a Billie, Zoe me dijo que se había metido en un lío.

La rubia frente a mí me pellizcó el brazo y le devolví un golpecito en el hombro.

--¿Y está bien?

--Sí, sí, no era nada. --contesté poniendo la llamada en manos libres.

--Nosotros ya nos vamos, reuniros con Zoe y os pasaremos a buscar.

--Vale. --contesté mirando a la rubia. --Ahora avisamos a Zoe, estamos en el párking.

Cuando colgué y la vi frente a mí después de habernos besado, me puse nerviosa como nunca en mi vida.

--¿Quieres ir al Flanagan's? --preguntó.

Salí de la burbuja en la que me había metido y pestañeé para volver a la realidad.

--Me da igual, ¿y tú?

Se encogió de hombros.

--Yo solo quiero repetir lo de antes.

Aguanté la respiración.

--Podemos hacer las dos cosas. --me colgué de su cuello.

--Buen plan.

En cuanto sonrió y ladeó la cabeza desde esa corta distancia, me impulsé hacia ella para volver a sentir aquellas cosquillas que me causaban sus labios.

No voy a mentir, la situación me parecía igual de rara que placentera.
Es que a ver, acababa de descubrir que por alguna razón Billie me atrae, y antes me había pasado con la camarera del Flanagan's.
No era sólo una chica la que me ha llamado la atención, eran dos, y cuando empiezas a replantearte tu sexualidad todo es como... extraño.

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