El Lunes empezó con dos primeras horas de matemáticas, sin ninguna señal de Billie desde el sábado y teniendo que verle la cara a Christian por el pasillo.
Dylan me aseguró que la dejó en casa y que no me preocupara, que a veces desaparece sin dar explicaciones y casi todas las veces es porque algo en casa había sucedido.
No me dejó muy tranquila esa respuesta.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
--Relájate, Collins. --habló Alex haciendo que levantara la cabeza de mi teléfono. --Alomejor la resaca le ha pegado fuerte.
--Tampoco bebió tanto. --aportó Dylan.
--¿Y si le ha pasado algo? --me preocupé.
--¿Qué le va a pasar? --dijo Alex frente a mí. --Seguramente ha tenido que ir a trabajar o algo así.
--¿En horario escolar? No. --negué con la cabeza. --Es muy raro.
--¿Cuando yo falto tres días ni siquiera me llamas y ahora Billie falta uno y ya te desesperas? --me dijo una sonriente Alex. --Chica, parece que te guste la rubita.
Dylan contuvo su risa y yo agaché mi cabeza para ocultar mi sonrojo. Alex tomó aire por la boca sonoramente y dió una palmada en la mesa.
--¿En serio? --gritó. --¿He acertado?
--¡Cállate! --grité mirando hacia todos lados. --No, no has acertado nada.
--¿Y por qué estás roja? --se rió la morena. --Collins, te conozco...
Evité su mirada.
--Porque... --suspiré. --¿De dónde has sacado esa tonteria, Roy? --reí.
Mi amiga se cruzó de brazos y me sonrió con malicia. El tema quedó ahí, pero no supe si Alex me había creído o no. ¿¡Por qué tengo que ser tan expresiva!? Además, sentía como si todos lo supieran pero no me decían nada.
***
Cuando volvimos a casa, nos pasamos el camino en el coche de los Donahoe tratando de averiguar qué le había pasado a Billie.
¿Lo ves, Alex? Todos estamos preocupados.
Ninguno de nosotros sacó una conclusión certera y tampoco nos respondió las llamadas. Por la tarde tampoco vino a dar sus clases de repaso con mi padre, y aunque mi madre fuera la directora de su instituto tampoco sabía nada.
¿Es que se la había tragado la tierra o qué?
--¿Cielo? --mi madre golpeó la puerta de mi habitación.