Invierno y Primavera

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{Hyukjae}




El timbre sonó por cuarta vez y como ya me tenía harto tuve que bajar a ver quién era. Creí que Shindong iría a abrir.

Cuando uno tiene prisa parece que todo y todos se mueven increíblemente lento, ese es mi caso. A la plataforma salva-escaleras se le ocurre bajar de la manera más lenta posible. Dos días aquí y ya no soporto esa cosa, hubiera preferido que viviéramos en una casa de un solo piso, nos ahorrábamos el lío con esa estúpida máquina.

-¿Quién?-Pregunte antes de abrir la puerta

-Lee Donghae

"¿El chico de ojos color chocolate del hospital?"

Me acerque un poco más a la puerta y la abrí, confirmando mis sospechas. Era el mismo chico que vi en el hospital. Ya no estaba con esa típica bata de los hospitales, ahora estaba con un abrigo, con un gorro azul y con una bufanda rosada. Adicional tenía una mochila negra colgando de su hombro derecho.

-Buenos Días-Hizo una reverencia-Mucho gusto, soy Donghae

-Buenos días -Le devolví la reverencia-Prefiero que no uses tantas formalidades, por favor

-Está bien, evitare ser muy formal-Sonrió

Ni bien entramos a la sala el silencio incomodo no se hizo esperar. Trataba de no dirigirle la mirada, en esas pocas ocasiones que lo hacia lo descubría mirándome de reojo. Se le notaba por su expresión que estaba nervioso, incluso lo vi jugando con sus dedos. La sesión ya tendría que haber empezado.

Escuche como una puerta se abría. Shindong salió de ahí y cuando lo hizo su mirada se dirigió hacia Donghae.

-Tú debes ser el psicólogo. Te llamabas...-Empezó a chasquear sus dedos-¿Donghae?

-Si-Sonrió de manera amable-Lee Donghae

-Un gusto conocerte, Donghae

-El gusto es mío

-Bueno, dado que ya empezaran la sesión yo me retiro. Iré a comprar unas cosas al supermercado. Adiós-Agarro un chaleco del perchero y salió de la casa.

Me arrepentí de no detenerlo. Gritarle que no se vaya porque sabía que cuando se fuera el silencio incomodo seguiría presente.

Mi predicción no fue acertada.

-Y bueno... ¿Quieres empezar?-Como respuesta, asentí-Bueno entonces-Tartamudeo un poco-Traeré mi mochila

Se levantó de manera repentina. Lo vi distraído y gracias a eso choco con la mesa de café con mucha fuerza, como extra, hizo caer un florero que estaba encima de ella.

-¡Lo siento! ¡Lo siento! Yo lo recogeré-Balbuceo como niño pequeño

-No te preocupes, no pasa nada

El siguió insistiendo, finalmente lo convencí y lo tranquilice un poco. Jamás había visto a un psicólogo así, los que me tocaron eran personas muy serias y centradas.

Tenias que ser tu {Eunhae}-[Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora