Observo como Brad afila su cuchillo, lleva ahí un buen rato, mechones de cabello oscuro caen por su frente y tiene una expresión concentrada. La verdad él intimida bastante.
Si tuviera un cuchillo, intentaría afilarlo también, pero me los han quitado todos, no sé si no confían en mi o si piensan que soy una inútil. Tal vez lo segundo, puesto que mi pierna se digna a mejorar.
Han pasado 3 días desde que llegamos aquí, desde que nos encontramos con este nuevo grupo, 3 largos días donde apenas me eh podido mover de un lado a otro del cuarto, y eso con ayuda. Me siento tan desesperada, tan atrapada.
Los chicos van y vienen, salen todo el tiempo a explorar y buscar provisiones y es tan tentador para mi ir y meterme en nuevas aventuras, pero ni siquiera insisto en ir, por que sé que sería una carga para ellos.
Las pesadillas sobre la muerte de Thomas han continuado los últimos días, es alarmante cuan fuerte aseguran todos que grito por las noches, además temo que no solo sea un sueño, así que todos los días, cuando él se va con los demás a explorar es como si yo aguantara la respiracion y, solo hasta que lo veo volver, el aire también vuelve a mi.
Todos se van turnando para salir y para quedarse en el refugio, como es de esperarse, casi nadie quiere quedarse, especialmente por que eso significa cuidarme, aunque de todas maneras nunca lo hacen, no los culpo, hay cosas más interesantes y entretenidas que hacer.
Julian, es el más pequeño del grupo, no creo que de edad, puesto que tiene 17, pero su complexión si es delgada y pequeña así que él siempre es el que dejan, aunque no parece molestarle, es el único que se ha dado tiempo para tratarme y que está pendiente de cambiar mis vendas de vez en cuando, es agradable, no lo niego, pero me recuerda a Austin, vagamente, pero lo hace, y me duele un poco.
Hoy se quedó él otra vez a cuidarme, también dejaron a Brad, aunque el me ha ignorado desde que llegué, las chicas no son tan amistosas como podría parecer, tendrán rostros de ángel, pero de eso no tienen nada.
Suzie sólo se empeña en mostrar todo lo que pueda del cuerpo, utiliza tops ajustados que apenas le cubren los pechos y shorts que dejan la mitad de su trasero a la vista. Diana es más decente en cuanto a la ropa, utiliza jeans apretados y camisetas de hombre, pero su voz es aguda e insoportable y cada vez que habla conmigo es como si estuviera forzada a hacerlo.
No confío en ellas, no confío en nadie.
Me tumbo de espaldas en mi camilla, esperando a que los chicos vuelvan, Jake no me ha hablado desde lo del beso, no sé que mosco le picó, pero me molesta un poco que me ignore, solía ser buen compañero.
Para la tarde, Diana, Trevor, Platt y Carl ya están aquí, y todos empezamos a ayudar a preparar la cena, no entiendo por qué, si no nos da hambre, pero si ellos lo desean así no hay problema, la hora para preparar la cena, a decir verdad, es mi favorita, no por que me guste cocinar, si no por que por fin no me siento una inútil.
Un par de horas antes del anochecer los chicos vuelven y ayudan a preparar la mesa para todos, no es que la pongamos muy elegante o que haya mucho que hacer, pero si ayudan a transportarla, colocar las sillas y eso.
-Hola. -Me dice Thomas con expresión cansada y con algunas gotas de sudor resbalando por su frente. Me da pena, el pobre va a no sé donde todo el día, siempre llega cansado y para el colmo yo no lo dejo dormir en las noches con mis estúpidas pesadillas, pero no sé como calmarlas o como dejar de gritar.
-Hey. -Digo desganada.
-¿Como estuvo hoy el día? -Encojo los hombros.
-Igual que los otros, tal vez más aburrido. -El se sienta junto a mi.
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Proyecto 53.
Science FictionJuliette Monroe es solo otra chica más o al menos eso es lo que ella cree. Después de un día despertar en un lugar extraño, sola, confundida y con la noticia de que el mundo que conocía ya no esta más, se embarca en una aventura en busca de libertad...