-¡Ah! -Solté mientras sentía el dolor esparciéndose por la parte baja de mi cuerpo.
-¿Julie estás bien? -Terminé de abrir los ojos para ver a un ahora asustado Austin y a mi cuerpo reposando en el suelo. Me incorporé y pase una mano por mi adolorido trasero. Maldición. Me había caído de la cama.
-Si, estoy bien, o al menos eso creo. -Toqué cuidadosamente el lado de izquierdo de mi cadera para acto seguido hacer una pequeña mueca. Vaya, me había dado un buen golpe.
-Sueños intensos ¿eh? -El soltó una risita.
-No te imaginas. -Rodé los ojos y reí.
Caminé hasta el cuarto de baño, me lavé la cara y me cambié de ropa.
Salí de la cabaña junto a Austin y me fui a acompañarlo a la parcela donde trabajaba. El muchacho era agradable. Era el único que no se empeñaba en ocultarme cosas, después de todo.
Una vez que lo deje simplemente empecé a caminar por el lugar, observando todo y a todos, cada uno se veía bastante ocupado y centrado en su respectivo trabajo. Todos tenían algo que hacer siempre.
Un segundo, ¿Por que yo no estoy trabajando? Maldición. Repetí de nuevo. Debería estar con Thomas.
Dejé de pensar tonterías y salí corriendo hacía el bosque, salí corriendo como si mi vida dependiera de ello hasta que llegué. Ahí el me estaba esperando junto al bosque sentado en el borde de una roca. Estaba sonriendo. Dios, que pena.
-¿Es una costumbre tuya llegar siempre tan temprano? -Dijo un poco burlón. Yo apoye ambas manos en mis rodillas mientras inhalaba y exhalaba lo más lento que podía, aunque aún así lo hacía demasiado rápido, Dios, correr de esa manera no podía ser sano.
-Lo siento. -Dije cuando mi respiración se empezó a regular por fin.
-No te preocupes. -Sonrió. -¿Vamos? -Asentí.
El tomó su mochila y me hizo una seña para que lo siguiera yo obedecí, empezamos a caminar y a adentrarnos en el bosque, era sumamente oscuro.
-¿Siempre vienes aquí solo? -El asintió. -Y ¿que haces aquí?
-Recolectar frutos o cosas que puedan servir, hacer exploración y también es una buena forma de escaparte de allá afuera. ¿Sabes? Son buenos chicos pero a veces es mejor estar solo. -Sonrió.
-Oh.
Seguimos caminando un buen rato, recolectando cosas y charlando. Podía ser realmente interesante.
-Maldición. -Dije por milésima vez el día de hoy. Thomas se rió.
-¿Te has tropezado de nuevo? -Dijo tendiendome la mano.
-Claro que no, solo quería darle otro abrazo a mi amigo el suelo. -Rodé los ojos y tomé su mano.
-Te vas a ir rompiendo el tobillo.
-Hay demasiado lodo y mis zapatos son demasiado resbalosos. -Hice una mueca mientras quitaba algo de lodo de mi trasero.
-Ya veo. -Rió. -¿Sabes? Creo que es hora de tomar un descanso. Ven, quiero mostrarte algo. -Tomó mi mano y nos adentramos mas en el bosque. Caminamos hasta que llegamos al pie de un árbol enorme, tenía una especie de escalera construida, ¿ya mencioné que era enorme?
-¿Va-vamos a subir ahí? -Mis ojos abiertos como platos.
-¿No quieres? -Sonreí. Me gustaban los desafíos.

ESTÁS LEYENDO
Proyecto 53.
Ficção CientíficaJuliette Monroe es solo otra chica más o al menos eso es lo que ella cree. Después de un día despertar en un lugar extraño, sola, confundida y con la noticia de que el mundo que conocía ya no esta más, se embarca en una aventura en busca de libertad...