Hice lo que Thomas me dijo y alisté algunas provisiones, armas y ropa.
La noche avanzó, lentamente, no podía dormir. La culpa me consumía mientras veía la cama vacía de Austin. Me puse de pie para dirigirme a la cama de enfrente, su cama, podía sentir su olor. De pronto una escena inundó mi cabeza.
Acababa de llegar a este sitio.
Me miraba tan confundida, Austin estaba ahí. Tan sonriente y amable.
Me di cuenta que era un recuerdo, el primer recuerdo que tenía de Austin, su dulce voz y su traviesa sonrisa.-¡Hola! -Dice este alegre. -¿Juliette verdad?
-Si, así es.
-Soy Austin. Creo que compartiremos cuarto un rato. -El rió. Y la imagen se desvaneció, dejandome sola.
Parpadee, no sabia por que tenia esa cosa de reproducir imágenes y recuerdos de semejante manera, era tan extraño, siempre eran rodeadas por un aura de color.
Me abracé a mi misma, no hacía frío pero sentí como si pudiera congelarme en cualquier momento.
Una parte de mi que desconocía, algo parecido a mi conciencia pero de una manera vaga, se burló de mi. Lo que sientes es tristeza, culpa y soledad. ¿No es bonito eh? Pensó esa parte de mi.
Cerré los ojos deseando olvidar la falta de presencia de Austin, de alguna manera me las arreglé para mantenerlos cerrados hasta la mañana siguiente.
A penas sentí amanecer salté de la cama y salí con mi mochila en busca de Thomas, para mi sorpresa el ya estaba ahí con todo un equipo de chicos dispuestos a venir. Sonreí. Voy por ti Austin.
-¿Lista soldado? -Dijo Jake sonriente. Yo asentí.
Thomas y Jake venían acompañados por otros 13 chicos preparados. Entre estos; Robin, Carl, Butt, Michel, Gal y Mitch. Oh al menos esos eran los que conocía de alguna manera, algunos amigos, otros tal vez no tanto pero a fin de cuentas venían a ayudar.
-Vámonos ya. -Solté con voz ronca. Producto de haber sollozado gran parte de la noche. Me aclaré la garganta y les hice una seña con la cabeza para que avanzaran hacia la valla.
Tonos nos acercamos y empezamos a escalar cuidadosamente, una vez del otro lado de la valla bajamos un poco más y luego dimos un brinco. Todos me voltearon a ver una vez que bajamos, era la única que había ido hacia allá y había vuelto. La mayoría se veían asustados, unos cuantos tenían esa mirada desafiante y lista, pero la mayoría parecía que querían salir corriendo.
Caminamos unas cuantas horas bajo el espantoso sol de la mañana, tuvimos que parar un segundo para tomar agua. Fulminé a Thomas con la mirada por haber tenido la brillante idea de salir de día y no de noche como yo habia propuesto. El rió y se encogió de hombros.
Por fin, después de algunas discuciones, posibles deshidrataciones y mucho, mucho caminar llegamos a donde era la cueva, pasé mi mano por la fría roca y empecé a caminar al rededor de esta hasta que encontré la pequeña grieta por donde había pasado la primera vez.
-Adelante. -Miré a los muchachos con superioridad, algunos me miraron como diciendo estás loca, otros creían que no entrarían por ahí, otros me miraban invitandome a pasar primero y otros cuantos se iban a hacer pipi en los pantalones. Solté una carcajada y entré a la grieta. Maldición. Como odiaba sentirme atrapada y después de la última experiencia con esa pequeña niña era todavía peor, las paredes estaban quietas, pero sentía que se cerraban y me ahogaban. Tranquila Julie, hazlo por Austin.
Me detuve por un segundo. Me faltaba el aire, deseaba volver pero ya era tarde tenía como a otros 7 chicos detrás de mi. Sentí que tomaron mi mano. Era Thomas, sonreí, aunque el no pudiera ver mi rostro, apreté su mano y seguí caminando. Un momento después ya estaba fuera de la grieta y dentro de aquella oscura cueva, volteé y le hice una pequeña seña a los chicos para que sacaran sus linternas. No sabía como, pero milagrosamente todos habían logrado pasar por la grieta. Tal vez no era tan pequeña como la había sentido.
Todos iluminaban hacia todos lados, era curioso ver la cueva con tanta iluminación, avanzamos tranquilamente hasta que apareció mi pequeño y huesudo amigo. Cerré los ojos y suspiré. Por favor solo se un esqueleto, no cobres vida. Rogó mi mente. Sin embargo aún así hablé.
-Tengan cuidado con eso. -Ladee mi cabeza hacia el esqueleto. Los chicos asintieron y se le quedaron mirando.
Pasamos por fin a mi huesudo amigo y llegamos hacia un largo corredor, bastante estrecho, me animé a caminar dentro sola mientras los demás estaban distraídos. Entonces empecé a escuchar susurros, volteé hacia los chicos que ya se miraban un poco más pequeños por la distancia, sentí nuevamente como unas manos huesudas me jalaban por todas partes y los susurros se convirtieron en gritos, aunque solo estaban dentro de mi cabeza, mi tobillo se dobló y caí al piso, soltando mi linterna, las manos se apoderaron de mis piernas y empezaron a jalarme hacia la oscuridad. Oh dios mío. Empecé a patear y forcejear pero eran demasiadas las manos que me sujetaban y muy fuertes como para safarme.
-¡Thomas! -Grité alterada mientras esas cosas me jalaban.
-¡Julie! -Gritó cuando volteó en mi dirección y me vio siendo arrastrada hacia quien sabe donde.
-¡Thomas, ayudame! -Mientras mas lejos me arrastraban más pánico sentía. Thomas y Jake salieron corriendo detrás mío, los demás caminaban detrás de ellos asustados.
Finalmente las manos me arrastraron hacia un agujero, donde caí, caí unos cuantos metros hasta encontrarme tirada en una oscura habitación de piedra.
Oí a lo lejos los gritos de Jake y la alterada voz de Thomas, apenas y los oía débilmente. Intenté gritarles de regreso, al menos para que supieran que estaba viva pero la voz no me salió.
Mis ojos se deslizaron hacia la otra parte de la habitación al sentir movimiento.
No estaba sola.
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Proyecto 53.
Science FictionJuliette Monroe es solo otra chica más o al menos eso es lo que ella cree. Después de un día despertar en un lugar extraño, sola, confundida y con la noticia de que el mundo que conocía ya no esta más, se embarca en una aventura en busca de libertad...