Operación limpieza

1.3K 47 0
                                    

He llegado demasiado lejos como para volver a encerrarme en el baño y terminar de vomitar lo poco que queda en mi estómago. Cierro mis ojos y como puedo continúo bajando las escaleras, intentando borrar las imágenes que mi cerebro a creado para explicar el cómo llegó un sostén sobre una lámpara, o en qué momento algún chico decidió matar una planta dejando sus restos en ella. Luego de limpiar el desastre que dejé en el baño tomé mi ropa del día anterior y me propuse buscar a Sam para preguntarle por mis cosas, necesitaba comenzar a inventar alguna escusa para mis padres y otra para mis amigos pero jamás esperé llevarme el panorama que me recibió en el pasillo, no sabía que tan loca podía llegar a ser una fiesta, al menos no hasta el día de hoy.

Cuando llegué al primer piso escuché unos ruidos que parecían ser tazas y platos siendo puesto sobre una mesa, por lo que supe que seguramente Sam estaba en la cocina preparando el desayuno. Tuve que tomar todo mi autocontrol para evitar girar mi cabeza y escanear la casa, cuál sería el punto de hacer eso cuando ya había tenido un poco de lo que podría ser y no era nada agradable. Puse mis manos a cada costado de mis ojos y, como un caballo de carrera, miré directo al frente y seguí el ruido de la loza hasta que llegué a la puerta de la cocina. Sam estaba de espalda a mí sacando un par de cosas de un mueble que se encontraba en lo alto de una pared.

-Sam ¿Sabes dónde están mis cosas?- se dio vuelta con un tarro de café en una mano y uno de té en la otra.

-¿Qué te gusta en las mañanas, té o café?- dijo levantando respectivamente cada objeto, luego se acercó a la mesa y los dejó ambos cerca de una panera –en fin, sírvete del que quieras yo prepararé los sándwiches- terminó de decir para luego girarse y seguir con lo que estaba haciendo. ¿Qué clase de broma era esta? No tenía tiempo para sus bromas.

-Hey, algunos tenemos deberes ¿sabes? Necesito mis cosas Sam- ¿Podría él sentir la mirada asesina que le estaba dando? Si era así lo estaba ocultando muy bien, pero en los libros las personas siempre “sienten” cuando alguien les da una mirada intensa… tal vez no sea así en la realidad.

-Personalmente prefiero el café, me gusta que esté cargado pero algo dulce, y unas tostadas con queso derretido le vienen bastante bien-

-¿Estas sordo? Necesito. Mis. Cosas.- apenas podía contener la frustración que poco a poco se transformaba en ira, debería advertirle que mis mañanas no son las mejores, sin contar que ya me había saltado mi hora habitual de desayuno y mi estómago estaba en modo asesino. En algún punto en que me perdí en mis pensamientos él se volteó y ahora estaba rodando los ojos.

-¿Puedes  bajar la voz? No eres la única persona con resaca. ¿Tus cosas? Por favor, apenas recuerdo un par de cosas de las que hice ayer, no tengo una jodida idea de donde están tus cosas, es más, ni siquiera te vi llegar así que relájate, siéntate y disfrutemos de un buen desayuno ¿No crees que sea una buena idea? Porque yo creo que si-  y dicho esto se volteó para poner el resto de la comida en un plato que luego dejó en el centro de la mesa.

-Bien, bien, puedo bajar la voz, no te alteres- dije levantando ambas cejas, poniendo una cara de ser completamente inocente –no necesitas ponerte agresivo-

-¿Agresivo?- dijo volteándose nuevamente y luego volvió a rodar los ojos –pfff- bufó para luego sacar un par de tazas de otro mueble y dejarlas sobre la mesa.

-Me encantaría aceptar tu oferta de desayunar, no sabes qué tan hambrienta estoy ahora mismo pero, hay personas quienes se preocupan por cumplir sus deberes ¿sabes? No creo que sea la única que tiene que estar en clases en este momento ¿o me equivoco?- dije acusativa, cruzándome de brazos y levantando una ceja.

-Vamos, nadie ha repetido un curso por faltar un día a clases, a no ser que justamente hoy te tomen el resto de los exámenes que te quedan por rendir…-

Juegos traviesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora