Juegos traviesos

Distanciamiento y rebelión

       Narra Valentina

Celos. Esa palabra estuvo dando vueltas en mi cabeza desde que la escuché salir de su boca. Como era posible que me dijera eso luego de volver a besarme, quiero decir... ya se le estaba haciendo costumbre tomarme y besarme cuando quisiera, ya fuera como Ignacia o como Valentina, y definitivamente estaba afectando mi objetividad en mi misión de los juegos. ¿Qué haces cuando alguien te dice algo como eso? Tampoco sé si debería creerle porque no me entra en la cabeza que pueda tener celos cuando apenas me conoce, ni siquiera han pasado dos semanas desde la primera vez que hablamos... ¿es eso posible?

Luego de que Sam me dijo eso me di media vuelta y fui a buscar mis cosas, tampoco iba a ser tan melodramática para salir corriendo y dejar todas mis cosas en su casa, no sabiendo que luego tendría que ir por ellas o tendría que juntarme con él para que me las diera. Cuando estaba por salir, él me detuvo por el hombro y comenzó a pedirme que le respondiera algo, el problema era, y sigue siendo, que yo no tengo palabras para darle, nunca viví una situación similar y tampoco estoy en condiciones de pensar en que alguien me guste ya que estoy en mi misión no solo para vengarme por la humillación que sufrí, sino que me he dado cuenta que muy en el fondo de mí necesito asegurarme que soy capaz de ser feliz por mi propia cuenta, espantando a los fantasmas de mi pasado y comenzando desde cero, completamente sola.

Con más delicadeza de la que me hubiese gustado dar, tomé su mano y la alejé de mí, y sin voltearme le respondí que no había nada que decir entre nosotros. Luego de eso salí cerrando la puerta a mi espalda y caminé hasta mi casa, necesitaba despejar mi cabeza. Lo sé, todo esto suena algo melodramático, pero fue lo más normal que pude decir o hacer, tomando en cuenta que tengo nula experiencia en cosas relacionadas al corazón.

Y aquí estoy ahora, a punto de entrar a la escuela, con la misma ropa desaliñada de siempre, el mismo pelo alborotado de cada mañana pero la reciente incertidumbre que desde hace dos semanas decidió tomar posesión de mi cerebro... ¿estaré haciendo bien las cosas?

-Valeeee...- estúpido karma, últimamente ha decidido que es muy divertido atraparme con la guardia baja a primera hora de la mañana. Antes de poder pensar en una ruta de escape express, mi amiga me estaba jalando al sector del patio trasero que, por cierto, estaba bastante solitario a esta hora de la mañana. Qué curioso que nunca lo había notado –tu y yo tenemos una conversación pendiente-

-¿Podrías ser tan amable de refrescar mi avejentado cerebro? Que yo sepa nosotras no hemos dejado ninguna conversación sin terminar...- le contesté arqueando una de mis cejas.

-O por dios... no me vengas con tu cerebrito rápido ahora. Para que no vuelvas a intentar evadir mis preguntas reformularé la frase para ti- contraatacó ella, también arqueando una de sus cejas. Yo simplemente me crucé de brazos y puse mi expresión más infantil... sabía que de esta no me escaparía pero esperaba aligerar el ambiente un poco con mis niñadas, después de todo no sabía qué respuesta le daría porque no estaba preparada para ninguna clase de pregunta –tu y yo tenemos una conversación pendiente "que he olvidado pedirte", o más bien sería un interrogatorio de mi parte... como tu gustes llamarle, allá tu-

-Si vienes a preguntarme por lo del beso de Sam yo ya te dije que no tengo idea, y tampoco estoy muy convencida de que si me lo dio fue por algo, creo que esa es una conversación que ya deberíamos haber superado... para eso no tengo respuestas, pero si de verdad te urgen puedes pedírselas al mismísimo Sam, aunque dudo que le guste darte respuestas- si no me la iba a quitar con actitudes infantiles entonces sería siendo terca, que para eso yo era una reina.

-Nada que ver, o tal vez sí... no lo sé, depende de lo que me contestes ahora, si es que llegas a darme respuestas. Aunque debo insistir que entre ustedes hay algo lo puedo sentir, no lo sé, creo que puede ser mi sexto sentido- ahora mi amiga estaba acariciando su barbilla y miraba a la nada, hacia el cielo... por dios, puede ser realmente distraída en ocasiones, supongo que gracias a eso aún no se da cuenta de todo lo que le he ocultado y en todo lo que me he metido. Pensando en eso me siento terrible, ¿desde cuándo me he convertido en esta amiga egoísta que lo único que hace es ocultar cosas? –pero bueno- me sacó Vicky de mis pensamientos con un aplauso –eso no es de lo que quiero que me hables-