¡Atrapada!

3.7K 68 0
                                        

El jueves fue, para mi sorpresa, un día común en comparación con los días anteriores. Sé que llevo solo una semana con esta “nueva vida”, pero parece mucho tiempo desde que era una chica ordinaria sin nada interesante que contar. Durante la mañana intenté por todos los medios posibles evitar escuchar cualquier comentario que pudieran hacer de lo que había pasado ayer, y más aún, encontrarme con Sam. Mi boca ya había demostrado no controlarse en su presencia y yo no podía asegurar que esta vez me controlara, lo que sería un desastre monumental porque no estaba siendo Ignacia en este momento.

Después de clases pasé el resto de la tarde con mis amigos, me estuvieron trayendo de aquí para allá casi sin dejarme ir al baño siquiera. No podría decir qué era exactamente pero había algo que me molestaba, como si hubiese olvidado algo muy importante, además estaba algo ansiosa porque aún no recibía ningún mensaje de texto con la dirección de la fiesta y mi siempre creativa mente ya estaba inventando un par de hipótesis de por qué ocurría esto… tal vez Sam se había arrepentido de invitarme o, peor aún, lo había hecho por cortesía. Pero, en fin… no pude pensar mucho al respecto porque mis amigos no me dejaron hacerlo, como si supieran que había algo mal conmigo y querían hacerme olvidarlo.

Más tarde, ya cambiada a un pijama y lista para acostarme en la comodidad de mi cama, tomé el celular que estaba en mi mesita de noche pero solo me decepcioné aún más cuando noté que no había ningún mensaje o llamada perdida, entonces me dormí sin pensar mucho en las cosas.

Al otro día noté que Sam hablaba con Erika en la entrada de la escuela pero, ignorando la punzada que sentí al verlos, me di media vuelta y me fui, ignorando incluso a mis amigos. Pasé el resto del día muy deprimida, aún no recibía un mensaje o llamada de Sam, hasta que a eso de las ocho de la tarde sonó mi celular y me sorprendí al ver que tenía un nuevo mensaje de texto, entonces lo desbloqueé con mucha torpeza y pude leer:

“Hola, casi olvidé enviarte la dirección para la fiesta pero aquí esta- calle Los álamos 2345, a las 22:00 comienza, llámame cuando legues para ir a buscarte a la entrada, te estaré esperando”

No podía creerlo, bueno mi mente me había jugado una mala pasada, pero ahora estaba muy aliviada sabiendo que solo lo había olvidado y no era que no quisiera que fuera, de hecho, me estaría esperando. Con tantos nervios no podía decidir ni siquiera que ponerme, pero cuando estaba a punto hacerlo algo en el fondo de mi mente me alarmó, como una campana contra fuego que se activó automáticamente. La dirección de la fiesta me sonaba un poco pero no podía recordar por qué… intentaba buscar la conexión con algo que yo conociera, lo intenté mucho hasta que…

-¡Luciano! Esa es la calle en la que vivía el novio de mi hermana antes de que se casaran…- al fin lo había recordado, pero me seguía molestando de alguna manera. Mi mente comenzó a funcionar en piloto automático y pronto me llevó a la noche de la fiesta de matrimonio, entonces recordé a James… James- ¡James! Él era vecino de Luciano, vive en la misma calle de la fiesta ¡NO!- no podía creer que no me hubiese percatado antes de esto, era algo muy malo, tendría que cancelar lo de la fiesta y lo más pronto posible porque no quedaba mucho tiempo.

   Narra Sam

Ya había pasado toda la tarde desde que me había separado de Ignacia en la pastelería. Luego de que ella se fuera fui a separar a Jimmy y Alex que se estaban dando de golpes en el suelo, los muy imbéciles se pelaban como si fueran a ganar un premio y resulta que la chica por la que se estaban peleando ni siquiera estaba aquí para apoyar a alguno de los dos. En realidad me daban algo de envidia, no podía negar que me sentía algo atraído por esta chica, desde el momento en que vi esos hermosos ojos color miel que me recordaban los rayos de sol. No podía negar que si hubiese una oportunidad de ganar a la chica no intentaría meterme en la pelea pero, por otro lado, no quería meterme en discusiones con mi amigo, así que la opción más correcta era alejarla disimuladamente de ellos dos. Había algo en ella que me resultaba familiar, no podría decir qué es, pero se sentía como si nos conociéramos de siempre, y creo que ella se sentía de la misma forma, aunque aún no podía creer que me hubiera descuidado tanto como para permitirme abrazarla, eso había sido algo realmente estúpido para hacer pero en el momento se sintió como que debía, aunque había logrado molestarla, estuve siendo un imbécil y me estaba permitiendo bajar las defensas con ella… yo no quería ser como todos mis amigos, pero ella me descontrolaba en cierta forma, y lo que menos necesitaba ahora era jugar a doble bando porque aún pensaba en la chica que había conocido hace no mucho tiempo y quería intentar algo con ella, pero esto estaba cambiando mis planes.

Juegos traviesosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora