Corazones de papel

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AUTOR: #yeahitsdee
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—Creo que nunca antes la había visto sonreír. —Winn, sé amable.

- ¿What? Sabes que tengo razón.

Por dentro Kara se preguntaba sobre la calidez que esa sonrisa la hacía sentir. Y, tal vez "sonrisa" era decir demasiado, fue apenas un pequeño movimiento en el borde de esos labios apretados, pero Kara estaba dispuesta a contar eso como una. Sólo por el hecho de esa "sonrisa" hacía que la invadiera una agradable estática. Kara mantuvo esos pensamientos para sí misma.

—Tal vez sólo necesita algo por lo que sonreír —contestó.
La delicada grulla reposaba entre los dedos de la impasible mujer detrás de la pared del cubículo. El papel tenía casi la textura de un paño por haberlo doblado una y otra vez, pero aun así, ella le sonrió a las alas un poco torcidas. Eso llenó a Kara de un sentimiento de orgullo, calidez y dulzura. También se guardó ese pensamiento para sí misma.
Winn ofreció un sonido de afirmación antes de volver a su escritorio.
Kara decidió que el desafío infantil de Winn de dejar una grulla en el escritorio de Lena no fue la peor idea que se le había ocurrido. Todo lo contrario, de hecho, ver a Lena sonreír fue lo mejor que pudo pasarle en todo el día.
Vio como Lena depositó delicadamente la grulla en el cajón de su escritorio antes de sentarse. Kara decidió sentarse también, trabajar era más productivo que mirar fijamente a Lena.

Era extraño, Kara nunca le había prestado mucha atención a Lena, más allá de notar su gran atractivo y su comportamiento distante. Pero ahora albergaba una nueva curiosidad. Quería saber más, quería saber si Lena necesitaba algo por lo que sonreír. Esa idea mitigó su sentimiento de orgullo. Tendría que investigarlo.

Honestamente, Kara no planeaba husmear sobre la vida de Lena, pero después de escribir tanto en su diario sobre ella, tenía que hacer algo. Entonces una simple búsqueda en Google se convirtió en dos horas de investigación sobre la vida de Lena. No había mucho por descubrir. Tenía un hermano que estaba en prisión, seguía a un total de dos personas en las redes sociales y era la siguiente en la lista para liderar LuthorCorp. No era mucho, pero le había tomado a Kara mucho trabajo averiguarlo si tenía que admitirlo.

Armada con la información que había reunido, Kara decidió que ella misma sería una razón para que Lena Luthor sonriera. Y según como se veían las cosas, tal vez fuera de una de sus únicas razones. Ese pensamiento hizo que el estómago de Kara se revolviera.
Le tomó tres días, pero finalmente, Kara logró hacer la grulla perfecta, con pliegues bien definidos y alas lisas, y luego juntar el coraje para depositarla en el escritorio de Lena. Observó cuidadosamente como Lena llegaba, recogía la grulla y sonreía, un poco más que antes, y luego la guardaba junto a la otra.
Y así, comenzó una nueva rutina.

Cada un par de días, Kara hacía una grulla y la dejaba para Lena. Después de casi tres semanas y cinco grullas, Kara comenzó a intentar con otros animales. Comenzó con una rana, luego un gato y una mariposa. Marcó el final del mes con un pequeño dinosaurio púrpura. Un dinosaurio que consiguió arrancar una pequeña risa de los labios de Lena Luthor, la que había escapado de su boca antes de que ella pudiera evitarlo. Todos los compañeros en los escritorios alrededor hicieron silencio.
Lena se aclaró la garganta y se sentó elegantemente antes de guardar el dinosaurio con su colección de pequeñas criaturas de papel que estaba en constante crecimiento.
Kara tenía una nueva meta. Una misión. Hacer reír a Lena Luthor. Una sonrisa de verdad, sin reservas, sin ese tono de pánico que siempre le seguían.

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—Kara, esta cantidad de anotaciones en tu diario sobre una compañera de trabajo con la que nunca has hablado está iniciado un ser inapropiado.

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