Habían pasado casi quince días desde que Anna supo que el lugar en el que trabajaba iba a cerrar. Esa mañana su jefe convocó a todos los trabajadores para contarles las noticias y responder cualquier pregunta que pudieran tener.
"¿Se sabe qué productora pasará al cargo?", preguntó uno de los trabajadores allí presente.
"Parece que será Romanoff Productions. Ya sabéis que aparte de Natasha Romanoff otros grandes productores de cine invierten en esta compañía, así que estoy seguro de que será un cambio positivo", contestó el hombre trajeado.
"¿Cuándo conoceremos a nuestros nuevos jefes?", preguntó desde el fondo una mujer rubia.
"Esta tarde se pasarán para ver el trabajo que hacemos aquí, ahí tendréis la oportunidad de saber con quién trabajaréis a partir del mes de junio".
Al final de la reunión Anna se acercó a su jefe mientras empujaba el metal de sus gafas ligeramente hacia arriba sobre su nariz.
"Dime, Anna", habló su jefe al notar su presencia.
"Me temo que no podré estar esta tarde, no sé si recuerda que le pedí la tarde libre por un tema médico".
"Oh, sí. No te preocupes, no hay ningún problema. Va a ser una visita informal, así que no es necesario que esté todo el equipo".
"Genial, gracias".
Sin hacer ninguna otra pregunta Anna abandonó la sala, y algunas horas después el edificio.
Unos meses atrás la chica notó como a veces sentía que le faltaba energía, y eso repercutía en su estado de ánimo y en su cuerpo. Sus uñas se rompían con más facilidad y su pelo se veía un poco más apagado que de costumbre. Al final decidió hacer una visita al médico, quien le dijo que tenía anemia. Anna había estado tomando unos suplementos vitamínicos para solucionar aquel pequeño problema y esa tarde le darían los resultados.
Después de comer con Harry en su piso (ya que Poppy había salido a comer con compañeros del trabajo), Anna caminó tranquilamente por las calles de Nueva York. Siempre con sus auriculares puestos y algún mix aleatorio de música.
Algunos tímidos rayos de sol se escapaban entre los altos edificios y acababan en su cara, haciendo que sonriese ligeramente por el calor. Anna adoraba el verano, y sobre todo adoraba poder salir sin chaquetas ni sudaderas. Con sus vaqueros ligeramente anchos en la parte baja, su camiseta de manga corta y sus anillos dorados en sus dedos, Anna sentía como mayo cada vez parecía más junio.
Después de la consulta con su médico, que le dijo que no necesitaba seguir tomando los suplementos, volvió a casa.
"¿Todo bien Annacardo?", preguntó Harry al escuchar la puerta de casa abrirse.
El joven de pelo ligeramente rizado y ojos verdes estaba acostado en el sofá del salón mientras enredaba con su móvil. Solamente con unos pantalones cortos de algodón y nada en la parte de arriba Harry se levantó para dejarle un espacio a su hermana.
"Sí, todo en orden", contestó Anna sentándose a su lado mientras se quitaba las gafas que utilizaba de vez en cuando. "Jim vendrá a cenar con nosotros".
Harry alzó una ceja cambiando la atención de su móvil a la chica que estaba a su lado. "¿Poppy lo sabe?", dijo, y acto seguido Anna asintió. "Vale, vale.. Me resulta raro, nunca ha terminado de caerle bien", replicó el chico con tranquilidad.
"Lo sé" dijo Anna asintiendo. "Son tipos de personas diferentes, pero podemos pasar un rato tranquilo todos juntos", añadió mientras cogía de la mesa una de sus revistas sobre historia.
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𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞 » 𝐣𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐛𝐚𝐫𝐧𝐞𝐬
Fanfiction𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙪𝙣 𝙥𝙧𝙤𝙙𝙪𝙘𝙩𝙤𝙧 𝙙𝙚 𝙘𝙞𝙣𝙚 𝙨𝙚 𝙚𝙣𝙖𝙢𝙤𝙧𝙖 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚 𝙨𝙪 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙖 𝙨𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩𝙖𝙧𝙞𝙖. "no quiero tu simpatía, pero es que no sabes lo que me haces.... oh, anna". "no creo que esto sea apropiad...