Anna estaba sentada en el asiento del copiloto del coche de James mientras miraba por la ventana. Siempre le había fascinado la vista de todo su alrededor en movimiento menos ella, las luces, reflejos y manchas borrosas de cosas que no le daba tiempo a procesar.
Con cuidado Anna llevó su mano a la zona de sus costillas para asegurarse de que el film protector seguía en su sitio. Aún tenía una leve sensación de cosquilleo después de casi una hora en el estudio. Y picor, definitivamente le picaba.
James estaba conduciendo hasta el piso de Anna para que pudiese cambiarse por fin de ropa, mirando de vez en cuando a la pelinegra a su lado mientras ella no se daba cuenta.
"Tu hermano me pidió que te dijese que necesitaba contarte algo", dijo James al acordarse.
"¿Cuando ha llamado?", contestó ella volviendo su atención a él.
"Sí. Dijo que si podías pasarte por el piso".
Anna asintió y unos minutos después ambos estaban frente al piso de ella.
"Puedes subir si no te siente incómodo con mi hermano estando allí", le dijo ella.
James bloqueó las puertas de su coche y caminó hasta Anna con una pequeña sonrisa ladeada en su rostro. "Claro", añadió mientras la seguía con su mano en la espalda baja de ella.
Esa iba a ser la segunda vez que Barnes estaba en su casa, aunque la primera no le dio tiempo a centrarse en nada más que en Anna. La noche en que James entró en su habitación, descubrió lo que estaba pasando con ella y después la besó sin duda estaba grabada a fuego en su memoria. Fue la primera vez en que James sintió el deseo de Anna por él, la forma en que ella también lo necesitaba.
"Harry, ya estoy en casa", habló la pelinegra entrando por la puerta. Él la imitó escuchando después del click de la cerradura al bloquearse.
"Ya voy Anna-tomía", contestó gritando Harry desde el baño.
James la miró alzando una ceja ante el mote de su hermano. "¿Anna-tomía?", susurró con humor. Anna, ligeramente avergonzada, le hizo un gesto con la mano casi suplicándole que olvidase ese momento.
"No estoy so-", intentó advertir Anna.
"Joder, cada vez me cuesta más encontrar palabras que empiecen por Anna", habló Harry saliendo del baño con sus rizos castaños ligeramente húmedos. "Oh, mierda".
Los hombros del ojiverde se tensaron ligeramente al ver a James junto a su hermana.
"No estoy sola", terminó ella con sus mejillas ligeramente rosadas.
"No me digas", respondió su hermano irónicamente mirándola a ella durante unos segundos. "James", dijo mientras tomaba la mano que el castaño le ofrecía.
"¿Dónde estabas?", volvió a preguntar su hermano caminando hacia la cocina. "Grace me ha contado una historia horriblemente larga de sus nietos mientras buscaba la llave", dijo Harry con un tono cansado. "Y su casa huele a tabaco".
Anna arrugó su nariz ligeramente sabiendo perfectamente como era su vecina de setenta años, Grace. "Lo siento", dijo suprimiendo una risa. "Pero tengo una sorpresa para ti".
"¿Una llave de tu piso?", preguntó él sarcásticamente mientras llenaba un vaso de agua con hielo.
"Idiota", respondió Anna caminando hacia él.
James se apoyó en la barra que separaba la cocina del concepto abierto del salón, guardando sus manos en sus bolsillos mientras disfrutaba de la dinámica de odio-amistad que aquellos dos tenían.
YOU ARE READING
𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞 » 𝐣𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐛𝐚𝐫𝐧𝐞𝐬
Fanfiction𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙪𝙣 𝙥𝙧𝙤𝙙𝙪𝙘𝙩𝙤𝙧 𝙙𝙚 𝙘𝙞𝙣𝙚 𝙨𝙚 𝙚𝙣𝙖𝙢𝙤𝙧𝙖 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚 𝙨𝙪 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙖 𝙨𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩𝙖𝙧𝙞𝙖. "no quiero tu simpatía, pero es que no sabes lo que me haces.... oh, anna". "no creo que esto sea apropiad...