21
Conforme los días pasaban Anna sintió que todo volvía a la normalidad, y con eso su angustia disminuía. Aunque no significaba que ya hubiese olvidado los comentarios que se dijeron sobre ella. Quiso darle una segunda oportunidad a esta etapa de su vida así que se centró en su trabajo y en lo que tenía que hacer.
La pelinegra comenzó a crear su plan para digitalizar toda la información que James acumulaba en su despacho. Primero tenía que separar y organizar todo por áreas temáticas, y después cada bloque por orden cronológico. Una vez hecho esto debía diseñar la base de datos y dar las indicaciones técnicas para poder comenzar a almacenar documentos, y la fase final era trasladar todo lo que estaba en papel a documentos digitales.
Esa semana Anna comenzó con la fase uno, aunque no estaba ni de lejos cerca de terminar.
A pesar de que su mente estaba muy ocupada con esa labor había algo que siempre encontraba la forma de hacerse un hueco: James. Su cabeza no era capaz de olvidar el día en que la besó en la oficina en la que trabajaban cada día, y como esa misma noche la volvió a besar en su casa.
Cada vez que Anna recordaba aquel momento sentía su piel reaccionar en los lugares donde sus manos la tocaron. Casi podía trazar el recorrido que hicieron desde su cuello hasta su cintura sin ningún error. Esa noche sintió que habían cruzado una línea peligrosa entre lo personal y lo profesional, aunque esos besos no volvieron a repetirse. Lo único notable es que ambos estaban más cómodos con el contacto físico, así que las caricias y toques no faltaban.
Ninguno volvió a sacar el tema esa semana, quizás por lo ocupados que estuvieron o quizás porque no sabían como hacerlo (o ambas). Lo único que sabía con certeza es que estaba confundida porque no tenía ni idea de qué esperaba James de ella, pero estaba segura de que no quería volver a repetir lo que había vivido con Jim. Anna decidió que ese día hablaría con él para intentar dejar las cosas claras.
"James, ¿tienes un segundo?", dijo Anna armándose de valor mientras levantaba la vista de los documentos que estaba separando.
"Claro", respondió él aún fijo en la pantalla de su ordenador.
La chica jugó algo nerviosa con uno de los anillos dorados que decoraban sus dedos. No sabía exactamente qué decirle ni cómo, pero se estaba obligando a iniciar esa conversación porque lo necesitaba.
"Quería hablar de.. de nosotros", dijo mirando el material del escritorio. Nunca le había parecido tan interesante.
"¿Sobre qué, exactamente?", respondió él, esta vez mirándola a ella.
"De lo que pasó el viernes", contestó conectando su mirada con la de él.
James rompió su posición recta en la silla apoyándose en el respaldo mientras sus piernas se abrían para estar más cómodo. Cruzó sus manos sobre la mesa ante la atenta mirada de Anna, que barrió con rapidez la forma en que la chaqueta de su traje se abría dejándole ver la camisa que llevaba debajo.
Barnes asintió con lentitud entendiéndola. Él tampoco había sido capaz de olvidar aquella noche, pero no supo como sacar el tema para no hacerla sentir incómoda. "¿Qué piensas de esa noche?", preguntó.
Anna cruzó una de sus piernas sobre la otra intentando ganar un poco de tiempo. "Realmente no lo sé. Esperaba que quizás tú... bueno, quizás tenías algo que decir sobre lo que pasó".
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𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞 » 𝐣𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐛𝐚𝐫𝐧𝐞𝐬
Fanfiction𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙪𝙣 𝙥𝙧𝙤𝙙𝙪𝙘𝙩𝙤𝙧 𝙙𝙚 𝙘𝙞𝙣𝙚 𝙨𝙚 𝙚𝙣𝙖𝙢𝙤𝙧𝙖 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙖𝙢𝙚𝙣𝙩𝙚 𝙙𝙚 𝙨𝙪 𝙣𝙪𝙚𝙫𝙖 𝙨𝙚𝙘𝙧𝙚𝙩𝙖𝙧𝙞𝙖. "no quiero tu simpatía, pero es que no sabes lo que me haces.... oh, anna". "no creo que esto sea apropiad...