capítulo 4

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La mujer de mediana edad que le atendió cuando Anna entró al edificio ahora le explicaba todo lo que necesitaba saber. La chica memorizó metódicamente toda la información que ella le daba.

"Tendrás que aprender las extensiones de los despachos", dijo la mujer pasándole una carpeta. "Así cuando entren llamadas dirigidas a ellos podrás pasarlas".

Anna asintió y le dio las gracias cordialmente por todo el esfuerzo que estaba haciendo. Después de la larga ronda de explicaciones por fin pudo comenzar a trabajar en la recepción de la productora.

Aquel día Anna se dedicó a hacer algunas tareas de menor importancia, mientras que la mujer se ocupó de atender las llamadas.

"Necesito dos copias de esto", dijo una mujer rubia con una camisa blanca de seda abotonada mientras dejaba unas hojas de papel en el mostrador. "Y esto se tiene que enviar por fax lo antes posible", añadió sacando otras tantas. "¡Ah! Sube las copias cuando termines a mi despacho" dijo mientas caminaba con prisa en otra dirección.

A Anna casi ni le dio tiempo a contestar cuando la mujer ya había desaparecido. Se levantó después cogiendo lo que aquella chica había dejado para realizar aquellas tareas.

Si algo había aprendido ese día es que el ritmo del edificio era mucho más frenético que el ritmo al que ella estaba acostumbrada. Caminó unos metros hasta la impresora para realizar las copias, y en el tiempo que la máquina tardó aprovechó para enviar el fax.

Recogió los papeles cálidos y los agrupó alineando perfectamente los bordes de todas las hojas.

"Perdón por interrumpir", dijo la pelinegra mientras se acercaba a la mujer que estaba inmersa en su agenda de papel. "No tengo ni idea de cuál es su despacho", añadió con una sonrisa nerviosa.

"Oh! Claro. Ella es Nova, la mano derecha del Sr. Rogers. Cuando dice su despacho se refiere al de él", contestó amablemente la mujer. "Es normal que no conozcas a la gente todavía, el primer día siempre es agotador".

"¿Cómo una asistenta personal?", preguntó Anna mientras recogía un lado de su pelo tras su oreja.

"Más bien una secretaria personal".

Después de aquella pequeña conversación con su compañera de trabajo Anna caminó hasta el ascensor para subir al piso donde estaban los despachos. Durante el trayecto se permitió relajarse un poco tras todas las horas que llevaba trabajando.

Su mente se fijó en la idea de si quizás podría ser despedida pronto. No porque no hiciese bien su trabajo, sino porque una persona era más que suficiente para atender la recepción de aquel edificio, y su compañera tenía mucha más experiencia que ella. Quiso ser positiva y pensó que si la habían contratado y puesto en aquel lugar es porque era necesario.

Las puertas metálicas se abrieron dejando ver un pasillo totalmente brillante y elegante. Hasta le daba pena caminar por aquellos suelos tan impolutos. Anna repasó en su mente el número del despacho de su jefe y lo buscó con la mirada.

Steve estaba sentado en su despacho hablando con Nova sobre algunas tareas que debían realizar con urgencia. Rogers había comprado hace tiempo los derechos de un guion original que no tardaría mucho en estrenarse, así que había que ultimar todos los detalles. James entró en el despacho uniéndose a la conversación de los dos.

"Creo que lo más correcto sería intentar retrasar la premiere una semana, dos quizás. Así tendremos un margen para hacer las cosas bien", dijo Nova.

"Imposible", contestó duramente Steve. "Las fechas están fijadas. No sé cómo vamos a hacer esto", dijo mientras pasaba sus manos por su barba.

James estaba sentado en una de las sillas frente al escritorio de Rogers. Sus piernas ligeramente más abiertas de lo que deberían y su espalda pegada al respaldo mientras dejaba caer su cabeza hacia atrás, fijando su vista en el techo.

𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞 » 𝐣𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐛𝐚𝐫𝐧𝐞𝐬Where stories live. Discover now