capítulo 20

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Domingo. 21:49 p.m. Anna estaba acostada en su cama mirando al techo mientras sus auriculares reproducían su playlist favorita, esa que había creado para los momentos en que necesitaba tranquilidad. Llevaba todo el día pensando en que mañana tendría que volver al trabajo y recibir de nuevo miradas y comentarios.

"¿Estás despierta?", preguntó Poppy desde el otro lado de la puerta.

"Por desgracia", contestó Anna levantándose de la cama.

Poppy abrió la puerta y la miró mientras colocaba los auriculares de vuelta en su sitio. "Vas a estar bien, Anna. Ya han pasado unos días, la gente tendrá cosas mejores que hacer", dijo intentando animarla.

"No estoy tan segura", contestó la pelinegra.

"Date una ducha, ponte ropa limpia y vete a dormir. Necesitas tranquilizarte", dijo Poppy cogiendo sus manos. "Si no te sientes cómoda díselo a James, y si la única solución que encuentras es dejarlo, déjalo. Sabes que te vamos a apoyar en todo".

"Gracias", dijo la chica. "Voy a hacer eso", añadió cogiendo ropa limpia antes de ir al baño.

Anna cerró la puerta y decidió que necesitaba más que una ducha para tranquilizarse, así que llenó la bañera para darse un baño, cosa que nunca hacía. Se quitó la ropa y entró al agua. La calidez relajando sus músculos casi al instante, aunque su cabeza necesitaba algo más. Anna reprodujo algo de música y allí se quedó durante más de media hora en silencio.

Lo único que se escuchaba era el agua cuando ella se movía. Su corto pelo se pegaba a su cuello por el agua que llegaba a su nuca, y a pesar de que aquel rato le había sentado físicamente bien, la mente de Anna se había enredado aún más al tener tanto tiempo para pensar (y darle vueltas a las cosas).

Sin pensarlo más estiró su mano y cogió su teléfono para parar la música. Abrió sus contactos y seleccionó el número de James. Recordaba haberlo guardado el día que la llamó porque se había olvidado las gafas en la oficina, pero no pensó que lo utilizaría. Y menos a esas horas. Anna comenzó a teclear y al final le envió un mensaje.

Hola James, soy Anna. Perdón por la hora, sé que te dije que te vería el lunes en el trabajo pero no creo que sea lo más adecuado para mí, lo siento.

Después de enviarlo soltó el móvil en el borde la bañera y dejó caer su cabeza hacia atrás. Anna cerró los ojos durante unos segundos,
dispuesta a levantarse después, pero cuando iba a hacerlo comenzó a soñar su tono de llamada.

La pelinegra abrió los ojos como si fuesen platos al leer el nombre de James en la pantalla. Quiso salir antes de contestar pero sabría que no le daría tiempo a poner una toalla en su cuerpo sin que la llamada se colgase, así que lo cogió y respondió.

"¿James?", dijo sin moverse.

"Anna", dijo él desde el otro lado de la línea a modo de saludo. "No sabía si era buena idea llamarte a esta hora, pero me gustaría saber qué sucede con ese mensaje".

"Yo umh...", respondió Anna titubeando. "No lo sé, James. Llevo dándole vueltas desde el viernes y no sé si voy a poder hacerlo. Entiendo perfectamente que estos días se descontarán de mi sueldo.. O bueno si quieres despedirme-".

"Anna", la cortó él. "No voy a despedirte. Solo llamaba para saber si estabas bien".

La chica dejó salir un suspiro mientras se quedaba en silencio. ¿Estaba bien? Realmente ni ella lo sabía. Había sido una semana de mierda, pero también había tenido pequeños fragmentos de momentos no tan malos. Desde hacía unas semanas sus emociones estaban en una montaña rusa sin control, así que a veces ya no sabía ni como estaba.

𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞 » 𝐣𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐛𝐚𝐫𝐧𝐞𝐬Where stories live. Discover now