capítulo 22

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22

James cogió la llave de la mano del recepcionista del hotel y después de darle las gracias comenzó a caminar con Anna a su lado.

"Lo siento", dijo mientras su mano encontraba aquel hueco en la espalda de ella que tanto le gustaba. "Natasha avisó con poco tiempo y es lo único que tenían libre".

"Oh", respondió Anna aún algo en shock después de esa noticia. Sujetó su bolsa mientras intentaba no distraerse en sus propios pensamientos que estaban sumidos en un tremendo caos.

"No te preocupes, nos las arreglaremos", dijo él moviendo su mano ligeramente.

Anna giró su cabeza y asintió mirándolo. Estaba entrando en pánico pero estaba intentando no dejarlo ver. Solo iba a ser una noche pero aún así la idea de tener que dormir en la misma habitación que él la estaba poniendo más nerviosa de lo que debería.

¿Qué pasaría si tuviera que ir al baño en medio de la noche? O incluso peor, ¿cómo se iba a duchar sabiendo que al otro lado de la puerta iba a estar él escuchando cada movimiento?

James abrió la puerta de la habitación y le hizo un pequeño gesto para que entrase ella primero. Anna caminó a través de un pequeño pasillo y después llegó a la estancia principal, donde estaba la cama en el centro.

"Vaya", dijo asombrada. Ni en sus mejores sueños Anna habría soñado con dormir en una habitación así.

Lo primero que vio fueron las paredes pintadas con un tono neutro y adornadas con listones de madera. La cama tenía un tamaño descomunal y todas las sábanas estaban colocadas al detalle. Con las mesillas, alfombras, cuadros... Todos los detalles cuidados a la perfección. Incluso el cabecero de la cama estaba iluminado por detrás con una luz led cálida y tenue.

Junto a las puertas de cristal que daban paso al balcón, con grandes y lujosas cortinas a cada lado, había una mesa con sillas. Sin duda parecía una habitación digna de una revista de lujo.

Anna soltó su bolsa en la cama y aprovechó para pasar su mano por las sábanas. Sin duda eran incluso más suaves de lo que había pensado.

"Siento si no es demasiado", dijo James soltando sus cosas.

"No, no. Por favor, es increíble", respondió ella al momento. Barnes giró la cara en su dirección y asintió. A veces se le olvidaba que lo que para él era normal, para ella era un mundo totalmente diferente.

"Puedes usar el baño primero", le dijo mientras se quitaba su chaqueta y se sentaba en una de las sillas.

"Gracias, no tardaré", respondió con una pequeña sonrisa.

Mientras él estaba fijo en su teléfono Anna abrió su bolsa y sacó una toalla (porque no le gustaba demasiado usar las de los hoteles), gel, champú y vio en el fondo su ropa interior. Movió sus ojos rápidamente para ver que él no la estaba mirando y cogió la prenda blanca escondiéndola con precisión debajo de la toalla.

Anna entró en el baño e intentó bloquear la puerta pero no tenía aquella posibilidad. Sus nervios se habían incrementando aún más sabiendo que James podría entrar en cualquier momento, y para colmo la puerta de la ducha era totalmente transparente.

La pelinegra se desvistió con rapidez y entró al agua. Enjabonó su cuerpo, su pelo y lo aclaró todo. Casi en tiempo récord salió de la ducha y comenzó a secar su cuerpo. El problema vino cuando se dio cuenta del error que había cometido.

Con las prisas Anna había cogido la braga que iba a utilizar (porque con el top que había escogido Poppy no podía llevar sujetador), pero se le olvidó coger el conjunto de ropa. Podría haber salido directamente vestida, pero ahora tenía que salir medio desnuda y plantarle cara a la situación que ella misma había provocado.

𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮𝐫 𝐥𝐨𝐯𝐞 » 𝐣𝐚𝐦𝐞𝐬 𝐛𝐚𝐫𝐧𝐞𝐬Where stories live. Discover now