Se Mía +18

Cincuenta y dos

Un depredador al acecho, un animal solitario en busca de una presa fácil. Todo eso dicen que soy...

Y estoy de acuerdo.

Un hombre vacío que busca llenar ese hueco con caricias a base de engaños, presas que caían con una mentira endulzada que ha arrojado mi lengua, lágrimas de odio por irme antes de que amanezca, maldiciones en mi nombre cuando apago el teléfono, soy ese recuerdo a olvidar cada primero de Enero.

“Desgraciado”

son lo que escuchó entre susurros, pero por error nací con más gracia de la que hubiera pedido, una labia sin guión que me ha dado el poder de hacer y deshacer a una mujer a mi placer. Un profesional en el arte de mentir capaz de fingir amor por colarme en distintas sábanas.

“Ganador”

me dicen otros… pero ¿cómo puede un ganador sentir miseria en el pecho? pase por muchas camas, pero en ninguna he descansado. pase por diferentes brazos pero ninguno me ha reconfortado. he probado mil labios pero ninguno ha repetido mi nombre sin sentir rabia. He visto tantos cuerpos desnudos pero ninguno he vuelto a vestir…

hasta ahora

Tenía a una mujer frente a mí diciéndome te amo. A mi, la única en mi vida que he sentido que pertenecía aquí junto a mi lado, ella no me odiaba por mi pasado, no me despreciaba, y a cambio me daba cariño. llenaba el vacío que mi cuerpo sentía. Ella era el sol que iluminaba un oscuro camino. era mia y ella lo aceptaba.

sus manos recorren mi rostro mientras se agacha y queda frente a mi, ambos arrodillados en el suelo, Arlet me sonríe mientras que me mantengo observandola creo que estoy sonriendo como un tonto y mas aun no he contestado

-¿te deje mudo lobo?- dice ella en un susurro- no importa

acercó su rostro y la beso, mientras ella pasaba sus brazos por detrás de mi cuello y se acerca más a mi, la tomo por la cintura acercandola al separar nuestros labios para respirar un poco de aire la observo, sus labios hinchados, mejillas coloradas y sus ojos deseosos de que siga

-¿estás segura de que me amas?- respondo

-bueno... No importa cuánto tiempo pase, cada vez que te veo mi corazón se acelera como la primera vez- arlet me da una sonrisa- eres el hombre de mis sueños.

-Eres lo mejor que me ha pasado- habló antes de besarla nuevamente- Te amo más que hace un minuto

Ambos bajamos a la cocina para comer, mientras cenábamos de vez en cuando nos mirábamos de reojo cuando terminamos levanto  los platos de la encimera,  escucho como Arlet también se levanta sin embargo me concentro en dejar los platos en el lavavajillas me doy vuelta para verla y sonrió al verla apoyada sobre la encimera donde estábamos, esperando a que la vea.

–¿Qué quieres hacer? –Le cuestiono con una voz extrañamente suave.

–No lo sé, cariño ¿Tienes algo en mente? – sonrió con picardía

La pregunta iba dirigida específicamente a su mentecilla pervertida.

–Tengo muchas cosas en mente, amor –le respondo mientras me quito la remera –. ¿Quieres que te de un adelanto?

–Me encantaría – dice ella con una sonrisa

–Tú y yo, aquí, en la cocina... –susurró con sensualidad– teniendo el mejor sexo de nuestras vidas.

–Suena interesante –le respondió con la voz ronca

su cuerpo prácticamente cobró vida. Su entrepierna ardió y su miembro comenzó a endurecerse.