Capítulo cincuenta y ocho

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Dos días después...

Jamás había experimentado el sentimiento de los famosos celos hasta que Sebastián se le ocurrió ir a la playa, acaso el hombre no sabe que está muy bueno para el ojo humano... okay si capaz exagero para algunos pero... el lobo quién solo lleva un traje de baño y deja todo esos abdominales, músculos a la vista es algo que llama la atención de varias mujeres.

Desde la barra puedo observar cómo una mujer rubia se acerca a la reposeras que se encontraba tomando su vitamina d

-ahí va la sexta mujer...- murmuró mientras espero los tragos

-hola hermosa...-

-y aquí viene el octavo - murmuró colocando los ojos en blanco

Está bien admitiré que Sebastián no era el único que llamaba un poco la atención pero acaso los españoles sentían una atracción hacia los extranjeros.

El hombre a mi par intentaba hablarme mientras que me hacía la que no entendía.

-lárgate - Sebastián llega mientras ve al hombre seriamente

El hombre duda entre contestarle o irse, sin embargo, opta por retirarse.

Un hombre inteligente...

-¿Qué te pidió? ¿Tu teléfono, tus redes sociales?- pregunto mientras tomo el daikiris que había dejado el bartender

-si le ponía portector en la espalda

-¡Que!- dejo el trago y busco a la mujer con la mirada - la mataré

-tu no matarás a nadie porque me negué- sonríe mientras toma el suyo

Con su mano libre toma la mía y caminamos hacías la carpa donde alquilamos. Los dos días aquí era el paraíso, el clima siempre perfecto, las noches iguales mientras por casa se congelaban

-creo que perdí la cuenta de cuántos hombres ya fueron a hablarte también- me recuerda mientras se quita sus lentes de sol

-a comparación de ti fueron pocos... en el día de hoy

-¿Que puedo decir? Soy irresistible

Entrecerró los ojos al observar nuevamente su ego característico

-pues si estás lindo. Ya ponte una remera-

Dejo el trago en la mesa que teníamos y miro al lobo

-voy al agua ¿Vienes?-

-claro que si.

Después de nadar, nos recostamos nuevamente para disfrutar de lo que quedaba del dia, me tumbo boca abajo mientras me acomodo miró al lobo quien me miraba él sonríe y acerca su manos a mi espalda desabrocha las tiras de mi maya mientras me coloca el bronceador, luego de pasar por toda mi espalda, no ata las tiras y deja libre mi espalda.

esta noche nos decidimos a ir a recorrer los antros de ese hermoso y paradisiaco lugar, hasta el momento recorrimos restaurantes y lugares que las parejas frecuentaban más que un antro, sin embargo creo que Sebastián o yo éramos una pareja normal porque seamos sinceros... este lobo no demuestra ser un lobo posesivo o celoso como los que había visto, hasta Milo quien parecía ser un lobo tranquilo era muy celoso y estaba al tanto de quien se le acercaba a Eva

...

veo las tres opciones de vestidos tendidos en la cama, los tres eran vestidos diferentes pero lindo y aun no me decidia por cual busco a sebastian con la mirada y lo veo en el balcón, lo observo aun en toalla y suspiro tranquila al saber que él todavía no estaba listo, me acerco a su lado y en silencio observamos el atardecer, el cielo anaranjado era una hermosa vista

-¿Ya sabes que te vas a poner?

-Yo lo sé ¿y tú?

su tono me daba a entender que le divertía aquella situación, sin embargo me encojo de hombros y le sonrio cuando una idea pasa por mi mente

-no, pero tu tienes un buen gusto, asique elige por mí- le digo

-¿enserio? ¿no temes que te vista como una monja?

-no lo harías... ¿no?

sebastian no me contesta y se dirige a la cama donde esta las prendas, ahora la idea que había pensado que fue buena ya no lo era me acerco a la habitación sin embargo sebastian me frena en la puerta

-ya decidiste que sería yo quien elija, asique quedate ahi

-acuérdate que voy contigo

-lo se debo buscar algo para que no me opaques- habla sarcásticamente desde la habitación- aparte tu lo dijiste... tengo un buen gusto, ya puedes pasar y cambiarte

al entrar a la habitacion observoel vestido negro de tiras con un tajo en la pierna, sonrio al verlo

-¿seguro?

-muy seguro- me dice- póntelo sin nada abajo ya sabes...-

me guiña el ojo mientras que se quita la toalla y se da vuelta para caminar al armario observó su trasero mientras me cambio, busco los tacones que me dejo a parte sebastián, y una vez cambiada me seco el cabello y lo aliso

-lista para la fiesta beby- me dice sebastian ya cambiado, una camisa negra con un jean azul oscuro

-claro que si

ambos salimos al estacionamiento donde estaba la camioneta que alquilo, me abre la puerta y me ayuda a entrar a la raptor

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buenass chicos mis planes se estan cambiando juro que esta historia esta por terminar pero estoy negada como que me falta algo para terminarla JA, ya me volvi loca...

por eso estoy tardando en publicar, asiqeu tenedme paciencia. se los agradezco a todos por apoyarme desde el principio

 se los agradezco a todos por apoyarme desde el principio

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