Capítulo treinta y seis

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al ver como sebastian comenzó a retirarse, ladeo la cabeza e intento calmarme, no necesito el colgante para volver a matar a draco, no necesite una antes porque debería ahora, es verdad que con el paso del tiempo en vez de volverme fuerte me convertí más lenta y menos ágil, al no tener un entrenamiento como antes, había perdido un poco de movimiento, sin embargo mi fuerza aún la mantiene, y draco simplemente volvió a la vida ¿hace cuanto? un mes...

aunque por otro lado no debía subestimar el poder de Draco.

-¿qué harás?

-Debemos salvar a Rose...

detrás mío las ninfas esperaban una respuesta, sabia que sebastian y varios de la manada ya sabia que mentia y no creo que pueda salir sin ser vista... o simplemente llegar a la frontera. como si un foco se encendiera en mi mente camino a mi habitación, busco entre mi ropa, al ver el pequeño silbato sonrió.

-se supone que rose nos prohibió usarlo- náyades se encuentra detrás mío

giro en mi eje para observar la, al verla con el ceño fruncido y los brazos cruzados sonrió.

-pero ella no se encuentra aquí... escucha yo no podré ir a buscarla y tampoco tengo alguna pista sobre ella, el me puede ayudar.

-estas haciendo un trato con el diablo... ya te lo advertí- dice ella saliendo

-le daré tu saludo de mi parte- le gritó divertida

miró nuevamente el silbato plateado, espero que no pida nada raro esta vez...





...



observó desde lejos a Arlet caminar por el bosque, su rostro se mantenía serio mientras parecía estar pensando, observó su puño cerrado, ¿que es lo que está llevando esta vez?

dejó de caminar al ver un par de mujeres frente mio, los únicos nombres que recordaba era náyades y metis... sin embargo todas eran muy parecidas

-¿qué quieren?

-deja a Arlet sola por un momento...

-¿disculpa?- por alguna razón comenzaba a molestarme el simple hecho de que me digan a quien acercarme o no

-tranquilo... no se irá. - dice ella rápidamente- solamente tiene que hablar con alguien... y esa persona no le gusta que los desconocidos

-si se lo dices asi pensara que es draco o algún enemigo...

tenía razón aquella ninfa

-callate estigia- le dice- es... amigo

suspiro... aunque el tono de aquella ninfa no me convencía, dejo que Arlet haga lo que tenga que hacer, me alejo del bosque y camino a mi casa, estaba agotado y por mas que tenia curiosidad de saber lo que hacía arlet supongo que hoy no sabría mas de lo que vi





...



al ver como las ninfas alejaban a sebastian observo a mi alrededor verificando que no haya nada, llevó el silbato a mis labios y apenas un sonido suave sale de él, cuando soplo, espero, media hora escucho un gruñido y unas alas cerca de mi. los ojos incandescentes se posaron a una distancia, busco aquella mirada roja sobre un árbol y sonrió de costados

Se Mía +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora