Capítulo cuarenta y cinco

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respira, analizas y atacas, son las palabras que cada lobo había aprendido de su maestro antes de una pelea, estrategias, las estrategias te facilitan mucho hasta el punto de ganar. Los enemigos siempre hacen trampa para ganar, por lo cual analizas cada pensamiento y movimiento que pueda mostrar los rostros enemigos, sin embargo, su beta, maestro, no parecía querer seguir sus consejos.

el solo arrancaba cabezas, y no mostraba su típica tranquilidad a la hora de luchar, ellos sabían que el solo tenia un solo objetivo

recuperar a su chica...

la agresividad del lobo atravesaba el campo de batalla, algunos lobos apenas habían tenido la posibilidad de matar a algún humano, el sonido de un dragón retumbó por los suelos, la miradas de muchos estaban en la bestia voladora...

Sebastián aniquilaba con la vista al dragón que se acercaba preparando a su boca para lanzar fuego, los lobos no retrocedieron, y confiando en las brujas siguieron la pelea. El campo protector se había posado sobre ellos cubriéndolos como escudo. todos sabían que no podían contra un dragón sin embargo tienen fe que podían bajarlo con las armas de guerra, los cañones escondidos de la vista del dragón lanzaron fuego contra él, las brujas también intentaban que caiga, las gárgolas a lejos del ruido esperaban alguna señal divina para acercarse y atacar.

-¡Sebastián!- el grito de su hermana lo hace voltear

ella señala al dragón que había caído y ahora peleaba a mano, Sebastián se transforma en humano y camina en dirección de el, quien le daba la espalda, silencioso se acerca a él

(Sebastián)

hace mucho había dejado de sentir el nudo en el estómago, o fuertes palpitaciones en el corazón debido a la ansiedad o el miedo, aquellas emociones, me estaban volviendo loco y no solo eso, si no que desde que puse un pie en este perímetro, había sentido la verdadera esencia que Arlet emanaba.

si ella no tenía la piedra de citrino...

mi cuerpo podía sentir todo tipo de emociones, miedo, ansiedad, felicidad. era un torbellino molestando mi ser, mi furia era la que opacaba la mayoría pero mi cuerpo no se pasaba por altos aquellos anteriores. lo único que quería era que acabara todo esto.

una vez cerca de Draco lo sostengo por la espalda mientras él lucha intentando liberarse, observó a Michelle quién corría a nosotros con el colgante en mano, si esto no mataba al estúpido dragón lo haría con mis propias manos

- es una lastima que Arlet se pierda este final- murmuró enojado

el aroma dulce podría decir hasta empalagoso había llegado como si una ráfaga de viento lo empujará a mi dirección, suelto al dragón mientras que los guardia los sostenían, deje de prestarle atención al dragón... seguro ya es polvo.

corro ingresando a la base, con mis garras desgarro un par de cuellos guiándome por el delicioso olor entro a un laboratorio al ver a Arlet atada de manos y pies sobre una camilla mientras que una mujer de bata tenía una jeringa en su mano con un líquido amarillo, siento como mi conciencia se pierde y mi lobo toma mi cuerpo, mi visión era roja, mi lobo aún manejando mi cuerpo toma a la mujer rápidamente y le arranca la cabeza bruscamente camino a la camilla quitándole las cadenas de los tobillos a Arlet mientras que mi lobo revisaba y examinaba con detalle el cuerpo de Arlet buscando alguna herida, debía controlarme tomo el control de mi cuerpo y quitó la cadena de sus brazos y la mordaza que llevaba en su boca, su cuerpo se encontraba mas flaco, su cabello perdió el brillo y sus ojos ya no tenían el característico brillo

ella al estar libre se abraza a mi cuerpo mientras que yo la rodeo y acercó todo lo que puedo a mi, su respiración agitada aún podía sentirla mientras que su pecho palpitaba demasiado rápido

-¿estás bien?- murmuró sobre su cuello aún oliendo su exquisita fragancia- háblame amor...

mantengo los ojos cerrados por varios minutos, al ver que ella no contestaba me alejo un poco y la observó, su mirada estaba nublada por las lágrimas, tomó su rostro para que me mire a los ojos

-Arlet cariño - murmuró preocupado

-estuve dormida mucho tiempo...- dice ella tocándose los brazos y observándome - no puedo conectarme con mi drago-

su voz era tan débil y frágil al punto de romperse... quería volver a matar a todos al verla en ese estado, sin embargo la cargo levantándola de la camilla y la sacó de la sala su rostro se mantenía en mi cuello, lo que sea que hayan hecho con Arlet lo solucionare y ella volverá a ser la misma...

sino yo armaré nuevamente cada parte rota de ella.

al salir todos los lobos se mantenían al tanto, supongo que estaba esperando a que salga con Arlet, Milo junto con mis familia se acercan a nosotros con cara de preocupación. Podía saber que estaban preocupados por Arlet pero detrás de aquella mirada había algo que no iba a gustarme

-¿como esta?- victoria es la que se acerca e intenta observar las muñecas lastimadas de Arlet

Arlet aun metida en mi cuello silenciosa aparta las manos e intenta esconderlas de la vista de todos, victoria entiende la indirecta y se aparta lentamente. Arlet no quería que nadie la tocara...

mi mandíbula se tensa al pensar que cosas pudieron haber hecho... aun quería arrancar cabezas

-Draco aun sigue vivo- Milo habla- débil pero no se hizo polvo

-las cadenas de jade te matan lentamente...

Arlet susurra muy bajo, aunque todos lo habían escuchado

-genial podré matarlo a mi manera- murmuro mientras aprieto más a Arlet contra mi

-esta camino a la manada, lo dejaremos en los calabozos

nadie dice nada más, observó nuevamente a Arlet quien mantenía los ojos cerrados, se había dormido, su pulso se había calmado y su respiración era pausada, camino a la camioneta dejó a Arlet en el asiento de atrás y subo cerrando la puerta

Draco podría esperar mientras tanto podría dejarlo en manos de mi primo, ahora Arlet necesitaba toda mi atención.




Se Mía +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora