Capítulo veintinueve.

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A la mañana siguiente me remuevo en la cama sonrió aún con los ojos cerrados al recordar la noche con Sebastián, aún sin abrir los ojos escucho como la lluvia golpeaba contra el techo

-buenos días-

una voz suave que reconozco al instante abro los ojos al verlo apoyado sobre su brazo y mirándome con una pequeña sonrisa, le devuelvo la sonrisa aún adormilada

-¿Acaba de salir el sol o me has sonreído? - bromea mientras deja un par de beso sobre mis mejillas y uno en la nariz

-buenos días- respondo aún sonriendo él me dedicó una sonrisa antes de volver a acostarse y mirar el techo, me acomodo en su pecho y recorro con mi mano haciendo pequeñas caricias, escucho un quejido de él por lo cual frunzo el ceño, levantó la cabeza para observar de frente y observo que Sebastián hacía unas caras de aburrimiento mientras asentía, aun confundida le preguntó

-¿qué sucede?- el me una sonrisa y me guiña el ojo

me siento en la cama y esperó a que deje de mirar fijamente el techo y hacer caras, el suspira y se sienta en la cama

-lo siento era Milo- me avisa- no son ni las ocho y ya me necesita- se queja mientras se levanta de la cama

observo el reloj de mesa que marcaba las siete y media, Sebastián vestido se acerca a mi, tomo su rostro acercándolo a mi y lo beso, él antes de alejarse deja un pequeño beso en mis labios y se va de la habitación, elijo la ropa de hoy y salgo de la habitación una vez que ya estaba lista. saludo a las ninfas que desayunaban

-vi pasar un lindo lobito- se burla Náyades

ignoro su comentario y sirvo un poco de café, me siento con las demás que esperaban alguna respuesta

-no entiendo porque esperan respuesta de ella- escucho que murmura estigia - nunca les dira lo que quieren saber

por primera vez le doy la razón a estigia y sigo desayunando. ahora debía encargarme de draco

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Sebastian

Mientras milo hablaba con Lizeth y otros ancianos de la manada mi mente estaba en otro lugar, había planeado millones de ideas para acercarme a Arlet nuevamente, ahora solo quedaba deshacerse del estorbo del ex.

¿por qué siempre los ex están jodiendo la felicidad de alguien?

sin embargo debería pensar e investigar sobre dragones, si tenía que ayudar a Arlet debo de ser de ayuda

un chasquido de dedos me hace salir de mis pensamientos observó a a Milo frente a mi mientras se cruza de brazos, al ver que nos encontrábamos solos aprieto los labios... No tenía ni idea de lo que estaban hablando...

-yo se que la lluvia te pone histérico porque te ondula tu hermoso cabello rubio pero podrías enfocarte - irónicamente me habla -hay tres huevos en la manada, te llame para que des información y que muchos están preocupados, en cambio tu parece que estas en tu mundo

sonrió y me levanto colocándome a su lado

-querido primo, por lo que tengo entendido no sucederá nada con esos huevitos, por otro lado, Arlet y yo estamos mas que bien- sonrió

-adivino ¿pudiste besarla luego?- se burla

-mucho mejor- le guiño el ojo-

Milo suelta un suspiro y me mira

Se Mía +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora