Capítulo cuarenta y uno.

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a la mañana siguiente habíamos reunido a todos los principales de la manada, las brujas estaban a favor de apoyarnos por lo cual tres brujas se encontraban en la manda, sebastian había mandado a la mayoría de los lobos a entrenar y a los novatos a vigilar las fronteras como tarea, amelia había llegado hace una hora, sin embargo aún no la veíamos, según sebastián su papi no la soltó desde que llegó
Darcel también se encontraba en la reunión, junto a dos gárgolas más.

-cada gárgola podría llevar un lobo para la primera fase - dice sebastian- el avión llevará a los demás pero caerán con paracaídas ya que no puede acercarse mucho más

-en total tendremos cincuentas hombres para empezar hasta que lleguen más- dice milo mirando a la nada- aun asi son pocos…

-podríamos crear escudos para los primeros lobos que vengan.- habla un tal regina-

giro al escuchar la puerta abrirse y ver que entraba Amelia junto a su padre, Sebastián la abraza dejándole un beso en la nuca.

-si me acerco lo suficiente podría hacer que las sombras hagan la mayor parte y no tener bajas- opina Michelle

nadie habla ni opina, Vladimir antes de esta reunión nos había advertido muy seriamente y con ojos rojos que Michelle no se acercara y el que le llevara la contraria sufriría… yo por mi lado ya tengo bastantes problemas como para pelear con un vampiro enojado así que paso…

-hija creo que…- su padre niega con la cabeza.

aun michelle no había dicho nada de su embarazo pero sus padres ya estaban tratándola con mucho más cuidado, cosa que hacía cabrea más a sebastián, porque si ella se entera que metió la pata lo golpearia con sus sombras, supuestamente sebastian

aunque… tener a michelle seria bueno

-yo creo que es una buena idea.- opinó antes de que me arrepienta- digo, ella no se acercaria al campo de batalla la estaría protegiendo yo misma

tenía la atención de todas la sala pero sólo tres miradas bastantes pesadas resaltan entre ellas que me observaban con enojo. Vladimir, Sebastian y Frederic

-denegado.- habla Vladimir

-¿por qué estás aquí? si ni siquiera los vampiros pelearán.- hablo enojada

sebastian asiente con la cabeza quitando toda expresión de enojo mientras que me da la razón

-si no quieres que ella se involucre manda a tus hombres también.

-la verdad es que a mi no me interesa nada sobre rescatar a Rose...-

-no entiendo por que tu y frederic se oponen conociendo el poder que tiene michelle- aclara iskander - todos sabemos que con su ayuda podremos

Sebastián se tensa al ver que su hermana lo miraba fijamente y dirige su vista a su padre.

-sebastian…- sisea

me sorprendo al ver los monstruo detrás de ella aparecer como si fueran fantasmas

-¿por qué te enojas? ya sabes como es papa- dice el a la defensiva

pude notar los nervios en su voz sin embargo me quedo callada y observando a la nada, no estaba interesada en meterme…

-ya ¿alguien podría decirme qué está pasando?- pregunta milo confundido

-nada- padre e hijos responden al mismo tiempo lo cual hace que se me escape una risa

siendo sincera apenas conocía a frederic pero podía ver que sebastian y michelle eran bastantes parecidos a él

-Bien… si no es molestias podemos volver al tema anterior- dice milo molesto

cuando volvimos a concentrarnos en los temas principales, escuchamos una fuerte explocion de afuera, sebastián se tira sobre mí cubriéndome con su cuerpo el humo comenzó a llegar por debajo de la puerta, al ver que la exploxion era causada de abajo sebastián se aleja un poco pero sin soltar mi mano la puerta se abre y unos guardias entran agitados. otra explosion suena fuera de la casa

-¡están atacando la manada!- dice

-¡activa el protocolo! - le ordena sebastian

al mirar por la ventana abro los ojos sorprendida y gritó

-¡ABAJO!- Todos se tiran al suelo mientras una bola de fuego traspasa la ventana, bloqueo el fuego lo que me hace retroceder unos pasos, la sala con las pequeñas chispas comenzó a incendiarse

-ya mande al grupo uno, liseth está afuera con otro grupo

escucho la voz de Sebastian pero mi vista seguía en la ventana… mejor dicho en el dragón de draco

-las brujas que se encuentran con draco están atacando a cada guardia- dice sebastián mientras me toma del brazo y me guía por un pasillo

-necesito el collar que te llevaste- le digo recuperando la compostura- es la oportunidad de matar a draco

al salir por una salida secreta que daba al bosque observó a todos los guardias armados esperando una orden, al ver que sebastian se acerca comienza a hablar con ellos, observó el cielo, sin embargo no veía al dragón.

-¡Michelle! - quito la vista del cielo y veo como michelle estaba inconsciente en los brazos de atticus- 

-¿hermana?- sebastián comenzó a moverse a ella, sin embargo el cuerpo del lobo fue arrojado lejos de nosotros

los guardias se posicionaron en círculos alrededor de nosotros para bloquear cualquier amenaza, los lobos comenzaron a llorar, o mejor a gritar mientras intentaba taparse los oídos, observó a atticus y a milo igual

-¿Milo?.- eva se acerca a milo preocupada-

-son las brujas- dice regina una de las brujas- no las veo

los lobos y el vampiro cayeron inconscientes al piso observo alrededor sin poder encontrar a alguien, sorprendida observó a sebastian levantarse adolorido pareciera que estaba peleando aun con el sonido que hacían las brujas.

-regina no me puedo mover- dice una de las brujas, observó sus pies convertirse en piedra abro los ojos sorprendida

con eva nos pegamos las espaldas para girar y observar, las brujas eran piedras

-¿ves algo?

-no- dice eva

-¿quemó el bosque?

-no- dice seriamente- mis hijos están saliendo de la manada con Amelia aun no lo quemes

unas risas sonaron con el eco del bosque, un escalofrío pasa por mi mente, mi mirada se dirige a sebastian aun tapándose los oídos e intentando levantarse, al fin una de las brujas se hacen presente mira a sebastián en el suelo y lo arroja más lejos posible, preparo mis garras. No podría separarme de eva ya que no lleva sus armas

-no te preocupes de mí.- me susurra- creo que aun puedo matar a una bruja

-no tienes armas- le recuerdo

-¿quién dijo que no?- dice divertida. por un momento pensé que estaba sonriendo -a la cuenta de tres corre tu cabeza a la derecha….- observo a la bruja acercarse con una sonrisa mientras escucho a eva susurrar un tres

corro la cabeza como ella me pidió y una daga pasa por mi costado, clavándose en el cuello de la bruja, nos separamos para ir a ver a los demás, busco a sebastian, al verlo camino rápidamente a el, me detengo cuando escucho un golpe seco, giro y observo a eva en el suelo inconsciente, abro los ojos y corro a acercarme a ella

-¡Arlet!- el grito de sebastián se escucha sin embargo mis ojos se cierran y mi cuerpo se desconecta



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Nos leemos en la semana!!

Se Mía +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora