I. Nueva familia

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—Una nueva familia, ¿Qué diablos significa?

Rosé caminaba junto a su hermana Lisa hacía la empresa mientras tomaban un café.

—Pues papá dijo que te vaya informando con respecto a ello más no me dijo de quién se trataba.

La de cabello rubio frunció el ceño, a veces no entendía lo que realmente pasaba por la cabeza de su padre. Ellas eran felices, junto con él eran solo los tres, o eso era lo que aparentaba frente a los demás ajenos a él y ellas, no necesitaba que otras personas desconocidas invadieran su vida.

—Sé que la idea no te agrada pero hay que respetar la decisión de él.

Y más estaba decir eso, Rosé no quería comprenderlo. ¿Respetar? Eso no era parte de ella, desde que su madre murió que comenzó a ser tan distante y fría con las personas a sus alrededores, siempre pensó que su padre nunca había querido a su madre y que por eso no estuvo presente en el momento que ella cerró sus ojos para no volver a despertar nunca. Lisa como su hermana mayor también captó cierto resentimiento por su padre, aún así entendía que quizás ambas partes nunca se quisieron de verdad y todo fue por un maldito contrato o acuerdo.

—Sea cuál sea el motivo, lo que importa es estar juntas. Jamás dejaría a mi hermanita consentida sola con personas que no conocemos.

—Sabes hasta te he llegado a tomar cariño.

—Tomaré eso como un te quiero.

Rosé soltó una risa, al fin y al cabo amaba mucho a su hermana. Las dos fueron unidas desde que nacieron. Sobre todo porque tenían un inconveniente en sus entrepiernas. Ahora las dos jóvenes manejaban la empresa del Señor Park, una de las mejores en toda Corea del Sur, parte de América y Europa. Se dedicaban a la industria de la construcción. Cada una se recibió con honores en la mejor Universidad. Rosé con conocimiento de sobra en los negocios, calculaba a la perfección las finanzas y sabía como cerrar un trato o llegar a un acuerdo. Lisa era una arquitecta respetada, quién llevaba el cargo de jefa debido a que era la mayor de las dos hermanas, aunque no le gustase. Su don para mantener todo en orden, era impecable y muy reconocido por los altos rangos del mundo empresarial.

De camino a la empresa, Rosé chocó contra alguien. Siquiera se molestó en saber quién era, lo que si le enojó era que su café terminó derramado en el suelo y parte de su traje.

—¡Idiota! ¡Fíjate por donde caminas!

La voz femenina, hizo que sus oídos se aturdieran debido a lo fuerte y grave pero a la vez chillona que era. Lisa se hizo a un lado por el momento. Rosé por su parte se dio la vuelta mirando a la chica que le había gritado.

—Que yo sepa, las calles y veredas son públicas. No es mi culpa que tengas la vista dañada, mocosa.

Las dos se fulminaban con la mirada, Lisa disfrutaba aquello ya que comenzó a reír un poco.

—Eres una idiota. Tú deberías comprarte lentes para una mejor visualización.

Y fue así como aquella chica le piso con fuerza el pie a la más alta. Ésta se quejó y quiso defenderse pero resultó que la contraria se habia ido corriendo.

—Mocosa irrespetuosa.

Al momento de ir tras ella, su hermana mayor la detuvo.

—Si que tuvo agallas para pisarte el pie, admiro su valor.

Rosé molesta no dijo nada más y siguió su camino, ignorando las bromas de su hermana y pensando en que tenía que cambiarse una vez llegada a la empresa. En verdad, por dentro no quería volver a saber o volver a cruzarse con esa chica molesta.

Eres la música en mí | Chaesoo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora