¡papi!

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ring, ring.

"David", dijo Regina sintiendo su agarre aún más fuerte en sus espaldas y profundizando el beso, sin darle oportunidad a que hablara.

ring, ring.

"seguro es algo importante", lo llamó a la reflexión al escuchar la insistencia del celular de David que sonaba en el bolsillo de su camisa.

"ignóralo, por favor", sus labios eran tan embriagadores que cometía un delito si los dejaba libres.

ring, ring.

"muchacho, la reina no se irá porque contestes la llamada", desde la barra, Granny observaba la escena enternecida, de casualidad salió a terminar con sus quehaceres en la cafetería cuando los vio besándose tan apasionadamente que tuvo que admirar la escena, al fin las aguas estaban tomando su nivel y aunque ella hubiese estado del lado de la princesa en los años que escapaba de la reina para sobrevivir, no podía negar su verdadera historia con Regina.

"dos contra uno, me rindo", resopló David, suspendió el beso, y contestó.

Llamada telefónica:

"Zelina", al ver el nombre de la pelirroja en la pantalla, le dio la razón a Regina, algo debió ocurrir para que lo estuviera llamando.

"David, Snow está aquí y preguntó por ti", en carretillas, sin darse la oportunidad de respirar, contestó Zelina.

"no entiendo nada, respira y habla despacio", si no entendía lo que ocurría no podía actuar.

"Snow llegó a la casa de Emma buscándote, tuve que decirle que estabas en la habitación buscando una botella de vino, subí las escaleras con el pretexto de buscarte para que no sospechara", fue lo único que se le ocurrió al verla llegar y preguntar por él, su auto estacionado afuera de la casa no cooperaba demasiado.

"¿dónde estás?", cuestionó, tenían que actuar de inmediato.

"en la habitación de Emma", contestó, no había tiempo que perder.

"espérame ahí", afirmó con seguridad y colgó el teléfono.

"¿qué sucedió, David?", preguntó Regina, su rostro no expresaba nada bueno.

"Snow está en la casa de Emma", le dio la versión corta.

"tienes que irte ya", no quería ocasionar un caos, ya bastante tenía.

"tu hermana nos está cubriendo", informó, a Regina no le pareció extraña la actitud de Zelina, siempre era quien más le insistía para que resolviera sus asuntos pendientes con el príncipe.

"te teletransportaré hasta allá", comenzó a mover la muñeca cuando fue detenida por los labios de David en un beso estremecedor, aún permanecían en el suelo.

La gloria misma no podía compararse con estar besando los labios del hombre que acababa de confesarle su amor, quien venció el poder de su magia y burló su hechizo de memoria para recordarlo todo, "nada ni nadie nos alejará", la dejó protestando por la falta de aire para darle la seguridad que necesitaba, esa, que tanto pedía su corazón, esa, que por su pasado de Reina Malvada no se permitía disfrutar, pero ahí estaba, con los ojos cerrados, saboreando sus labios, normalizando su respiración y sintiendo su corazón latir muy acelerado en su pecho, "te amo, mi reina hermosa", se acercó a susurrarle al oído, sabía que tenían dos ojos espectadores, y conociéndola, no le permitiría a nadie que escuchara esa confesión, "pronto estaremos junt...", la figura de David se desvaneció en una nube de humo blanco y de inmediato, un suspiro de completo enamoramiento, salió de lo más profundo de su ser, si no quería ser delatada, tendría que trabajar en cómo esconder cada reacción de su cuerpo, porque hasta su cerebro se nublaba de solo escuchar su voz, definitivamente, esa sería una misión casi imposible.

Jamás te olvidaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora