Los tres

La chica de rojo

-¿Estas pensando en fugarte?- preguntó Harry la tarde siguiente al ver a Ron estirar el puño de su camisa por décima vez.-

-Para nada- respondió él con seguridad- Daphne es encantadora y nos hemos dado la oportunidad de conocernos, realmente tuve suerte con ella- la voz de Ron lo puso a pensar ¿Él alguna vez se había planteado la suerte que había tenido con Maddison? Ella era hermosa, talentosa, independiente y por lo visto nada enojona ni berrinchuda, eso se lo había demostrado al alejarse de él sin hacer un solo ruido, sin ningún reclamo. Harry giró la cabeza buscándola y no logró verla por ningún lado, ella le había dicho que estaría ayudando a la novia, quizás todavía tardaba un poco en llegar. Al volver la vista a la entrada de la carpa vio a Hermione llegar del brazo de su prometido, ella lucía hermosa con un vestido azul pavo real con un pequeño cinturón plateado en la cintura, el traje de Draco era de un tono azul mas oscuro, pero se combinaban a la perfección, ella le sonrió al verlo y él le devolvió la sonrisa sin disimulo, compartieron una apreciativa mirada antes de saludar a Ron y pasar a saludar a los otros integrantes de la familia.-

-Deberías intentar al menos disimular- reclamó Ron después de que Hermione y Draco se alejaran.-

-No puedo cuando se trata de ella- respondió Harry exasperado- ella me estimula.-

-¿Y tu esposa?

-Ella no y lo sabes.-

-Que bueno- respondió el pelirrojo sonriendo con la vista clavada en la entrada- así todos esos aurores que la están desvistiendo con la mirada no tendrán que sentirse preocupados por tus represalias – ante estas palabras, Harry dejó de mirar a Hermione para guiar la vista hacia donde Ron miraba, solo para darse de lleno con una mujer absolutamente hermosa, vestida con un entallado vestido rojo de escote en V que dejaba ver de forma sugerente el valle entre sus senos, la falda caía ajustada, adhiriéndose a sus caderas redondeadas y a su bien formado trasero, la espalda era descubierta hasta la base en la que la tela formaba un detalle fruncido que no hacía más que agregar más volumen a sus curvas, ella saludó a un par de hombres que la miraban con ganas antes de girarse hacia donde se encontraba Ron y caminar hacia él con una sonrisa radiante en sus labios rojos.-

-Aquí estas- dijo ella a modo de saludo abrazando al pelirrojo- tu futura esposa me pidió que me asegurara de que te pusieras esto- anunció ella mostrando un bouquet pequeño que iba a juego con el ramo de Daphne.-

-No debería hacer nada de lo que me estas pidiendo- se quejó el pelirrojo mirando con reproches a Maddison- supe que le pusiste veintiséis botones de perlas al vestido- ella rió divertida antes de mirarlo con gesto pícaro.-

-Fue un pedido de la novia- admitió ella todavía riendo- pero como un regalo especial para ti- la chica se acercó hasta su oído- es una falsa terminación, por debajo lleva un cierre.-

-Sabes que eres mi cuñada favorita- respondió Ron apretando los hombros de la chica rojiza.-

-Entre magos no nos delatamos los trucos- dijo ella mirando a Ron directo a los ojos – tu entre todos los invitados a esta fiesta sabes que no soy tu cuñada, solo soy un accidente que Harry estará encantado de solucionar al día siguiente de ser abolida la ley, pero gracias.- dicho esto se giró para ir a saludar a los padres y hermanos de Ron.-

-¿Le dijiste?- preguntó Ron con incredulidad mirándolo con marcado reproche, Harry suspiró con pesadez y negó con la cabeza.-

-Ella nos escuchó hablando, la mañana que te dije que sabía que alguien había estado en el pasillo, bueno, resulto que era ella.- ambos miraron a la chica, ella recibió gustosa los abrazos de los padres de Ron, pero cuando fue a saludar a Hermione, la castaña se giró para hablar con alguien detrás de ella, dejando a Maddison con la mano extendida, Draco fue veloz y estrechó la mano de la chica dedicándole una de sus radiantes sonrisas.-