Bateando a Cristian Thomas

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Harry se llevó el dedo hasta la corbata e intentó aflojarla un poco, la verdad es que la tortura se estaba haciendo cada vez más extensa, no solo tenía que soportar ese lazo sobre su cuello, si no que debía ver a su esposa cenando con un hombre que a todas luces deseaba llevársela a la cama, ella sonrió y corrió la mano justo en el momento en el que el rubio intentaba tomársela sobre el mantel, ella levantó la mano saludó con gracia a alguien al otro lado de la sala, fingiendo no notar el avance, ambos rieron en el momento en que un mesero se acercó con su orden.-

-Pensé que pedirías una ensalada- admitió Cristian mirando con sorpresa el plato de Praliné de atún con salsa ácida que ella había pedido.-

-Vas a decirme que te asusta una mujer que come- repuso ella mientras que desplegaba una servilleta sobre sus piernas.-

-Me sorprende en realidad- respondió el rubio con sinceridad- las mujeres de nuestro entorno no comen casi nada.-

-Y por eso se desmayan todo el tiempo- recordó ella saboreando su comida- debo ser absolutamente sincera, no hay nada en este mundo que ame más que el atún.-

-Deberías casarte con un pescador.-

-¿Podrías guardar un secreto?- el rubio se acerco hasta ella asintiendo- Ya me casé y no voy a volver a hacerlo- esa información casi hizo que Cristian se fuera de espaldas, nada lo hubiera preparado para eso.-

-Y por que Reena Franco no sabe eso- cuestionó él viéndola comer muy serena.-

-Mi vida privada es eso- replicó ella mirando de reojo hasta donde Harry se encontraba con una pose muy firme- privada.-

-¿Qué pasa con tu guardaespaldas?- preguntó Cristian dirigiendo la vista hacia el azabache.-

-¿Qué con él?

- Soy hombre y noto como te mira- Maddison lo miró con atención.

-¿Cómo me mira?

-Como si le pertenecieras y a mi como si quisiera castrarme.-

-Bueno, eso no es mi problema, realmente está aquí para mantener a los extremistas lejos de mi.-

-Bien, pero has el favor de mantenerlo lejos de mi.-

-Vaya que valiente- él rió y ella lo imitó molestando terriblemente al azabache a sus espaldas.-

-Me imagino que esta cena que al fin aceptaste es solo una manera sofisticada de batearme otra vez.-

-Cristian- empezó ella bajando la mirada- yo no tengo en este momento un corazón para ofrecer, realmente quiero que entiendas que si empezara cualquier cosa, sería una mentira.-

-O sea que si estas bateándome- Cristian llevándose la copa de vino a los labios- no te preocupes, linda, será un secreto entre nosotros.-

-¿Qué secretos?

-Tu matrimonio inconcluso y mi nuevo rechazo.- ella le sonrió, eso parecía estar saliendo bien.-

Los tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora