Sus triunfos

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-¿En serio vas a dejar que duerma en el sofá?- preguntó Harry parándose en la puerta del cuarto vestido con una camiseta gris y los pantalones del pijama, ella aflojaba las almohadas.-

-Estoy segura de que Derek no dejará que Ron duerma con él en la cama- replicó ella abriendo las mantas de uno de los lados.

-Ron no esta casado con Derek- intentó Harry con un puchero graciosos que solo provocó la risa en ella.-

-Eso es cierto y no creo que Daphne lo apruebe.-

-Hace frío y yo estuve hospitalizado hace poco, deberías tener piedad de un convaleciente.-

-No vas a convencerme con eso.-

-Por favor- pidió el azabache acercándose con una almohada en sus brazos, ella lo miró con gesto divertido antes de señalar el otro lado de la cama.

-Te pasas de intenso y duermes en la bañera- advirtió al verlo llegar a la cama de un salto.

-Hecho- respondió él tapándose con las mantas hasta la barbilla, ella se acostó y apagó las luces, no pasó mucho antes de que ella sintiera los brazos de él arrastrándola.-

-Harry...- se quejó ella al quedar atrapada entre los brazos de su esposo con la espalda apoyada en su pecho.-

-Es tu culpa- reclamó él ajustando los brazos- me acostumbraste a dormir rodeado de tu calor perfumado.-

-¿Que hiciste esta semana sin mi?

-Me resigne al olor a desinfectante y antisépticos del hospital.- comentó él frotando la nariz contra el cabello de ella- casi al mismo momento en que a ti te atacaban a mi me daban el alta en el hospital.-

-Lo siento Harry, eso no debió pasarte- respondió ella empezando a relajarse.-

-Me pasó por celoso, así que me lo merezco, supongo.-

-¿Por celoso?

-Recién habías salido rumbo a la cabaña de tu abuela cuando bajé y vi el arreglo floral, me acerqué y vi tu nombre en la tarjeta y sentí celos, quería saber quien te mandaba un arreglo tan costoso y se atrevía a mandártelo a nuestra casa, además. Tomé la tarjeta y sentí la magia rompiéndome los dedos- ella se estremeció y se giró en la cama tomando la mano de él, los huesos estaban curados pero la imagen mental de su mano hinchada y morada la invadió- mi instinto me gritaba que el peligro no había pasado y tuve tanta razón. No quise herirte, mi amor, solo quería protegerte.-

-La próxima vez intenta explicármelo y no vuelas a pedirme que llame a Hermione o de verdad te advierto que no volveremos a hablar de tener hijos, ni nada, por que voy a castrarte.-

-Entendido, amor- respondió Harry riendo, ella se acurrucó entre sus brazos y empezó a relajarse, él suspiró y apretó los brazos alrededor de ella, poco a poco se fueron quedando dormidos y fue esa una de las mejores noches del matrimonio Potter, una noche en la que no necesitaron del sexo para sentir que estaban empezando a conectarse y que irremediablemente estaban enamorándose.

-¿Se reconciliaron?- preguntó Ron la mañana siguiente mientras seguían a Maddison y a Derek por varios lugares de Paris, Harry miraba encantado a su esposa, departir con personas aparentemente importantes.-

-Creo que si- respondió el azabache sin quitarle los ojos de encima a su chica- dormimos juntos, solo eso, pero tengo que admitir que fue una de las mejores noches de mi vida.-

-El gran Harry Potter cayo de rodillas frente a su esposa ¿Quién lo diría?

-Si hace unos meses me decías que esto podía pasarme, me hubiera burlado en tu cara- admitió el azabache- Maddison es todo lo que esta bien en mi vida, es la paz que le hacia falta a mi cabeza, con ella siento que puedo ser yo mismo. Ella no espera que yo sea el gran jefe de aurores ni que sea la leyenda viva del niño que sobrevivió, solo espera que sea yo.

-Ya era hora de que te dieras cuenta, hermano- replicó el pelirrojo viendo como tanto Maddison como Derek avanzaban dentro de un nuevo salón de eventos, esa noche la pasarela se abriría exclusivamente para los diseños de la princesita de la moda, como ellos la llamaban, los diseños del hombre ya fueron presentados por la tarde en otro lugar, Harry sabía que eso tenía muy nerviosa a su esposa.-

-Le ruego a Merlín que no sea demasiado tarde, y que todavía pueda recuperar la confianza de mi esposa- ambos caminaron tras el par de diseñadores, cada tanto ella volteaba a mirarlo y un par de veces le dedicó sonrisas y guiños de ojos a su esposo, cada vez que ella hacía eso, el se veía obligado a recordar que estaba allí para protegerla y que debía estar concentrado. Era muy fácil para ella tenerlo absolutamente idiotizado.-

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-Tranquila, mi amor- pidió Harry por millonésima vez, mientras la seguía con la mirada por el reducido espacio que quedaba en los vestidores. Maddison había supervisado a las modelos que llevarían los diseños y había dejado ordenado todo para que pudieran hacer los cambios sin dificultad- sabes que estas más que preparada y que eres muy talentosa

-¿Quién eres?- preguntó la chica estrujándose las manos.-

-Soy un cabrón con suerte que se convirtió en tu esposo- declaró él acercándose, la mayoria de las modelos no hablaban inglés así que podía darse ciertos lujos- no espera...- repuso él rascándose la barbilla- estamos en el lado muggle, aquí soy tu novio.-

-Aquí eres mi guardaespaldas- recordó ella riendo.-

-Me sigues degradando- se quejó Harry antes de atraparla de la cintura para robarle un beso. Ninguno de los dos vio que dentro de los vestidores se encontraba de incógnito, el fotógrafo de Reena Franco, quien inmortalizó el beso con su cámara digital silenciosa.-

La noche resultó incluso mejor de lo que había soñado Maddison, los diseños de la chica, que mezclaba la moda actual con la moda en el lado mágico fue ovacionada de pie, los críticos se enamoraron de los vestidos y las capas que caían con absoluta delicadeza por las espaldas y brazos de las modelos. Harry abrió los ojos sorprendido al ver a una de las modelos con el vestido de novia que Maddison había usado en su boda, por supuesto que la mujer que lo modeló no le hizo nada de justicia, pero el diseño, acompañado de el velo hecho a mano, recolectaron muchos aplausos, cuando las modelos dejaron de pasar y ella salió a la pasarela para darse a conocer formalmente, los críticos y demás personas influyentes de las primeras filas se pusieron de pié sin dejar de aplaudirla, provocando lágrimas de felicidad en la muchacha, quien agradeció el reconocimiento, emocionada. Luego del desfile y del brindis, todos volvieron a sus hogares, Maddison y Harry al hotel, al igual que Derek y Ron. Harry caminó al lado de su esposa por los pasillos del hotel de lujo en el que ella se quedaba, ambos iban en silencio, pero era un silencio cómodo, muy distinto al de la noche anterior. Llegaron a la puerta y él entró primero, varita en mano, al no descubrir nada preocupante, permitió que ella ingresara. Maddison entró, cerró la puerta y arrinconó a su esposo contra ella, él la miró realmente sorprendido, pero muy extasiado, era la primera vez que ella tenía esas atenciones para con él.-

-Fue una noche increíble- comentó ella mientras frotaba la nariz por el cuello de su esposo- ¿Crees que aún pueda mejorar?

-Yo estoy dispuesto si tu lo estas- respondió Harry acariciando el cuerpo de su esposa sobre el vestido, ella suspiró antes de separar el cuerpo del de él y sonreír.-

-Espérame en el cuarto- pidió ella dando un paso hacia atrás.-

-¿Maddison?- preguntó él todavía un poco aturdido

-Ponte cómodo- la voz de la chica se escucho aterciopelada mientras tomaba una bolsa de la pila de bolsas de regalo que tenía en un rincón de la habitación del hotel, Harry tragó duro, sintiendo como el gusanito de la anticipación anidaba en su vientre y rezó por que esa noche se concretara la reconciliación entre Maddison y Harry Potter.-

Los tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora