El jarrón

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Los días pasaron sin mayores exabruptos. Draco presentó a Maddison con los socios del Malfoy Group, ellos estaban encantados con la capacidad creativa de la chica y la idea de unir las textiles en Londres le gustaba a todos y el ponerla a ella como la diseñadora en jefe, resultaba prometedor. Un par de veces los socios recordaron que era bueno para su carrera en ascenso que ganara prestigio en la semana de la moda en París, ella lo sabía, necesitaba ese espaldarazo y planeaba conseguirlo. La mañana de su partida había sido larga, Harry estaba bastante disconforme con la idea de que ella se pasara ocho días en otro país y el hecho de que él no pudiera liberar su agenda para acompañarla, lo ponía todavía peor. Ella decidió compensárselo de una manera adelantada por las noches solitarias que pasaría sin ella, así que se organizo cada tarde para sorprenderlo de alguna manera, sorpresas que siempre terminaban con mucho sexo, que ambos disfrutaban muchísimo, esa mañana en particular, sabiendo que debía tomar un avión a las dos de la tarde, ella se había tomado la mañana para pasárselo en la bañera con su esposo. Ahora estaba en su cabaña buscando unos bocetos que debía aparecer con magia y que quería llevarse para usarlo en una de las galas. Estaba a la mitad de la confección cuando un plop le anunció que un elfo había aparecido en su estancia.-

-Señora Potter- dijo con voz chillona Kreatcher, el elfo de Harry- el amo la necesita con urgencia en Potter House-ella no lo dudó y tomo la mano de la criatura, al llegar descubrió a su esposo tirado en el suelo, tomándose la mano con una marcada expresión de dolor.-

-Harry- dijo ella al verlo en esa situación- ¿Qué pasó?- él levantó una mano y ella jadeó al ver que los dedos de la mano de él estaban visiblemente rotos y empezaban a ponerse morados e hinchados, él abrió los ojos y señaló hacia atras de ella, Maddison se giró para ver un arreglo de rosas dentro de un jarrón de aspecto costoso.-

-No lo toques – ordenó él con un hilo de voz, ella levantó su falda para tomar su varita de las correas en que las tenía sujeta a su pierna.-

-Tutela capsulae- conjuró con una curiosa floritura de su varita y el jarrón se vio envuelto por una burbuja de magia que lo contenía con lo que sea que tuviera –Amor, debemos ir a San Mungo.-

-Llama a Hermione- pidió el azabache dejando a la chica de piedra

-Vamos a San Mungo, Harry- pidió ella con tono de súplica- tiene que verte un medimago.-

-Con un demonio- rugió el hombre – ¿no puedes hacer nada de lo que te pido? LLAMA A HERMIONE AHORA.-

-La llamaré – prometió ella arrodillándose a su lado en la alfombra- por favor Harry, déjame llevarte a San Mungo.-

-No iré a ningún lado hasta que ella venga- respondió él, Maddison se puso de pie y se limpio las lágrimas de los ojos, Harry pudo verla através de la nebulosa del dolor, ella estaba rígida y con su varita apretada en la mano.-

-Kreatcher- llamó mientras levitaba a Harry para acomodarlo sobre uno de los sofás, el elfo apareció con un plop- Ve al ministerio y busca a Ron Weasley, dile que hay un objeto peligroso en la casa de tu amo y que Harry Potter fue atacado, luego busca a Hermione Granger y de ser necesario tráela a las rastras.-

-Como ordene la amita – respondió la criatura desapareciendo, ella se mantuvo de pie al lado de él con la mirada perdida, el primero en llegar fue Ron quien atravesó la red flu.-

-Maddison ¿Qué pasó?

-Harry toco eso- dijo señalando la burbuja que contenía el florero- esta maldito y yo lo encapsulé.-

-Bien hecho, linda- dijo el pelirrojo con sinceridad, estaba a punto de enviar un patronus para que un equipo llegara a hacerse cargo cuando Hermione llegó con el elfo por medio de aparición.-

-Harry ¿Qué te pasó?- preguntó la castaña corriendo hasta el sofá- Maddison Potter- gritó y Ron se preparó para lo que venía- ¿Por qué no lo llevaste a San Mungo?

-¿Quieres saber por que no esta en San Mungo?- preguntó la aludida fijando sus ojos furiosos en Hermione mientras avanzaba hasta ella- por que este miserable no quiso que lo ayude, solo quería que vinieras tú- confesó ella haciendo que todos en la sala la miraran con sorpresa - Estas acostumbrada a que todos le teman a tus ataques de furia, pero ¿Sabes que? A mi me dan igual, por que yo se lo que escondes detrás de esa fachada de heroína de guerra y de intachable abogada mágica, detrás de todo eso solo hay una mujer que debe gritar para ser escuchada.-

-Maddison, linda- intentó mediar Ron.

-También se lo que ven cuando me miran- anunció ella con los ojos cargados de lágrimas- ven a una chica casi invisible que hasta hace poco no era nadie y que llegó a sus vidas para hacer el papel de estupida.-

-Nadie cree eso, linda- replicó el pelirrojo mirando con molestia a sus amigos.-

-Ellos lo creen- sentenció la chica mirando alternativamente a Harry y a Hermione- pero la culpa no es de ellos, es mía, por que yo les creí cuando me dijeron que todo eso entre ellos había terminado, creí en cada palabra que Harry pronunció esa tarde.- Maddison se acercó hasta Harry y él abrio apenas los ojos- Si era una poción de vitaminas después de todo ¿Verdad Harry?- él intentó negar con la cabeza, antes había visto frialdad en los ojos de su esposa y no le había gustado, ahora veía dolor y desilusión y eso lo estaba matando- Solo querías asegurar el sexo.- ella volvió a sacudir la cabeza antes de suspirar- Pero esto se va a terminar-anunció enderezando la espalda- voy a ir a la semana de la moda en Paris y al volver voy a pedir el divorcio en el ministerio- tres pares de ojos de distintos colores se clavaron en ella- prefiero ir a Azkaban que seguir en esta relación de tres personas- dicho esto caminó hacia el jardín trasero, donde se encontraba el punto de aparición.-

-Maddison- gritó Harry con las fuerzas que le quedaban.-

-¡Vete al cuerno!- respondió ella antes de desaparecer, Hermione la siguió con la mirada incapaz de moverse de su sitio, nadie jamás se había atrevido a hablarle de la manera en la que ella lo había hecho.-

-Ustedes si que dan lástima- replicó Ron antes de levantar su varita y lanzar a su Jack Russell Terrier en busca de los aurores- tenían una vida de mierda, ocultos y pensando que nadie se daba cuenta. Merlín se ocupo de arreglarles la vida, colocándolos con personas que los aman, pero en vez de hacer algo con eso para intentar ser felices, la siguen cagando. De verdad les digo que le empiecen a rezar a Merlín para que en el ministerio no le pregunten sus razones, por que ustedes también podrían ir a parar con sus huesos a una celda. Con algo de suerte les entregan a Draco y a Maddison nuevos esposos y los dejan juntos-

-A mi ni me mires- respondió Hermione volviendo a levantar la voz mientras empuñaba su varita- yo estaba archivando cuando el elfo de Harry prácticamente me secuestró.-

-Hermione. Por si no te quedó claro lo que Maddison te dijo, te lo repito: Ya deja de gritar! Tus gritos y tus hechizos punzantes, así como tus ataques de furia me tienen harto, de verdad ya para!- la castaña lo miró sorprendida, definitivamente ese ya no era el Ronald que se ponía pálido cuando ella levantaba la voz- y de una vez te digo que si vuelves a levantar tu varita contra mí, solo para obligarme a hacer lo que quieres, voy a dar aviso al ministerio- ella abrió los ojos desmesuradamente- usar tu magia contra otro mago sin que sea absolutamente necesario o en legítima defensa es un crimen, recuérdalo.-

-Es que no entiendes- replico ella mas calmada- ni siquiera se que hago aquí.-

-Harry, debemos ir a San Mungo- respondió Ron ignorando el ultimo cometario de la castaña.-

-Necesitaba que Maddison se fuera- susurró Harry con un hilo de voz- por eso pedí que llamara a Hermione, sabía que eso la enojaría.-

-Si querías enojarla lo conseguiste- afirmó Ron acercándose a su amigo quien soportaba un gran dolor- por que querías que se fuera.-

-Ese arreglo con la maldición- señalo Harry mirando sobre la mesita de la sala- es para ella. Alguien quiere hacerle daño a mi mujer- sin mas fuerzas el azabache se desmayó.-

Los tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora