El guardaespaldas

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-Maddison Malkin- dijo a Derek al verla bajar de un auto la mañana siguiente- no pensé en verte hoy, realmente creí que te encontrarías escondida bajo tu cama de hotel.-

-¡Que curioso!- respondió ella acercándose a él para saludarlo con un beso- Pensé lo mismo de ti.-

-Hace rato una persona del ministerio francés se acercó a hablar conmigo, dijo que no podía esperarte y que te diera el recado-ella lo miró con curiosidad, un fanático, de los pocos que tenían los diseñadores se acercó a ellos para consultar sobre un detalle de un vestido de gala que estaba intentando confeccionar, ambos sonrieron y dieron sus opiniones, dejando al fanático muy feliz – resulta que están muy preocupados por lo que pasó ayer y quieren estar seguros que no volverá a pasar.-

-Me vas a decir que el ministerio francés va a enviarnos aurores custodios- intervino ella con sorna, mientras revisaba un mensaje entrante en su celular.- ¿puedo pedir al que me puso en resguardo ayer?

-No lo vi, por que fuimos llevados por separado, pero de todos modos no podrás, por que el ministerio francés no lo hará, pero el inglés si- ella levantó la mirada para fijarla en Derek- ellos llegaron por traslador hace unos minutos- el diseñador señaló a espaldas de la mujer y ella volteó de manera brusca para encontrarse con los ojos verdes de su esposo, Harry Potter, vestido con un traje negro, a su lado Ron la miraba un tanto incómodo- ellos son Harry Potter y Ronald Weasley y estarán con nosotros los siguientes días

-Harry Potter a su servicio, señora- se presentó innecesariamente el azabache extendiendo la mano, ella estaba furiosa y no podía ordenarle a sus facciones que se relajaran para intentar disimular, haciendo acopio de toda su educación, Maddison levantó la mano para estrechar la mano ofrecida, casi sentía su sangre hervir cuando escuchó una risa a sus espaldas. ¡Rayos!- pensó ella frunciendo todavía más el ceño, esa mañana no hacía más que mejorar, empujó una sonrisa a su rostro antes de voltear.-

-Lo siento, linda- se disculpó un rubio muy atractivo, fijando sus vibrantes ojos celestes en ella- escuché al hombre decirte señora y de verdad no pude resistirme.-

-Debe ser muy entretenido ¿Verdad?

-Te conozco desde hace tres años y te he visto batear a cada posible candidato a quitarte la eterna soltería.-

-¿Por qué te molesta mi soltería?- preguntó Maddison acercándose a él, el moreno a sus espaldas estaba a punto de perder la circulación en los dedos de tanto apretar los puños.-

-Por que soy uno de los que ha sido bateado- respondió él sonriendo mientras le daba el brazo para que ella lo tomara.-

-No es conveniente, Cristian- comentó ella miando hacia la entrada del hotel- la prensa esta justo ahí.-

-Démosle que escribir- respondió él y a ella no le quedó mas remedio que tomar el brazo ofrecido, mirando por encima de su hombro pudo notar como Harry se colocaba tras ella, mientras Derek, quien se colocaba a su derecha, era custodiado por Ron. Al acercarse a la puerta un grupo de periodistas los vio y se acercó hasta ellos, Maddison pudo ver entre ellos a Reena Franco, la Rita Skeeter del lado muggle.-

-Mira a quien vemos llegar- anunció con voz chillona acercándose hasta ella mientras su fotógrafo le disparaba una foto tras otra- la princesita de la moda y la Pantera de la alta costura acompañados nada más y nada menos que por el critico más duro al que han tenido que enfrentarse en toda su carrera.-

-También somos seres humanos, más allá de la profesión, Reena- recordó Maddison sonriendo, la mujer le devolvió la sonrisa.-

-Claro que si- respondió la mujer- ¿Me darías una entrevista? Bueno... los tres.

Los tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora