12 años después...
-Emily Lilian Potter- llamó Harry a su muy dispersa hija de once años, miniatura de su madre, quien iba por primera vez a Hogwarts, la niña se giró a verlo y corrió a sus brazos.-
-Papi, voy a extrañarte- susurró ella, desarmando en el acto al rudo auror, a espaldas de ellos una mujer de porte elegante dejó salir una risita.-
-¿Ibas a regañarla?- preguntó Maddison, quien llevaba a un niño moreno de la mano James Patrick Potter.-
-Todavía puedo hacerlo- aseguró Harry sin soltar el abrazo de su pequeña hija.-
-Claro que sí, Potter- respondió Maddison guiñando uno de sus ojos azules- tu puedes- Harry rió y sacudió la cabeza, sabía que su esposa tenía razón por que desde que supo que Emily al fin venía en camino, jamás había podido ponerle un solo límite, de eso se encargaba Maddison, el azabache tomó la mano de su bella esposa y siguieron su camino en la estación de trenes, el tren escarlata estaba pronto a salir. Emily se soltó del agarre de su padre y corrió hacia el encuentro de sus primos, los hijos de Ron los gemelos y de Ginny Zabbini, los hijos de Charlie y Bill ya habían subido.-
-Parece que los niños van abriendo las alas- dijo una voz de hombre detrás del matrimonio Potter, ellos se giraron para quedar de frente al matrimonio Malfoy, también ese año Scorpius iba a Hogwarts.-
-Madrina- grito el pequeño rubio antes de lanzarse en los brazos de Maddison.-
-Mi precioso bebé rubio se va hoy a Hogwarts- dijo la mujer rodeando con los brazos al chico.-
-Ya no soy un bebé, madrina- se quejó el niño y ella rió.-
-Eras un bebé cuando tus padres te pusieron en mis brazos y a mis ojos no has crecido- replicó ella sin soltarlo, Scorpius se dejó querer como lo había hecho todos los días de su corta vida. El pitido del tren anuncio la última llamada- despídete de tus padres y corre- dijo la castaña dando una palmada en el trasero del niño, Scorpius saludó a sus padres y esperó a Emily.-
-Nada de chicos, Em- advirtió Harry mirando a la niña a los ojos, ella fijó sus pupilas azules en los verdes de su padre- no quiero recibir una lechuza de quejas.-
-No lo harás, papi- prometió ella antes de abrazar a su madre y correr con Scorpius al tren escarlata.-
-Si se mete en problemas desde su primer año, sabremos que se parece a ti, mi amor- susurró Maddison con una sonrisa tierna.-
-Esa niña no sacó nada de mi- respondió Harry sin dejar de mirar el tren que empezaba a moverse- es una copia exacta de ti, tendrá a los adolescentes detrás de ella desde que entre al gran salón.-
-Ya aleccioné a Scorpius al respecto- intervino Draco con las manos en los bolsillos- él se encargará de espantar a los posibles problemas- Harry miró a Draco con una sonrisa agradecida, los Malfoy se despidieron y salieron presurosos hacia sus actividades.-
-Deberías empezar a acostumbrarte a esto, mi amor- Maddison empezó a caminar hacia la barrera llevando a James de la mano- hoy se fue Emily, en dos años se irá James y en doce...
-En doce ¿Qué?- preguntó Harry tirando de la mano, ella se giró y sonrió antes de abrazarlo.-
-Pediste una familia grande Potter- recordó ella levantando un pie para apoyarlo en la punta del zapato- y la pediste en Paris, la cuna de la cigüeña...
-No creo que la cigüeña tenga algo que ver en esto amor- repuso él y ambos sonrieron, la realidad era que los Potter eran unos verdaderos pervertidos en la intimidad y tenían sexo casi a diario, incluso después de tantos años.-
-Puede ser- respondió ella, James se había adelantado con sus tíos gemelos para visitar la tienda- y sabes que deberás consentirme mucho durante ocho meses.-
-Por que sospecho que de nuevo tendremos un embarazo con muchos antojos sexuales- vaticinó Harry abrazando a Maddison, ella rió.-
-No te escuche quejarte las otras veces.-
-Y no me oirás quejarme ahora- sentenció el azabache depositando un beso en el cuello de su esposa- solo me gustaría que una vez me pidieras fresas con crema, así me puedo quejar con los otros esposos- ella fingió pensarlo y sonrió
-Solo si me dejas comérmelas sobre tu abdomen- repuso ella antes de girarse para empezar a caminar otra vez, Harry rió antes de seguirla mientras la miraba con admiración. Esa mujer había cambiado todo en su mundo, lo había mejorado sin lugar a dudas, ella había llegado por obra de Merlín como una brisa suave que había empezado por limpiar el ambiente tóxico en el que él fingía vivir feliz, ella había sido paciente y generosa, lo había amado y se había dejado amar. El azabache sonrió tontamente volviendo a agradecer al ministerio por esa ley, que le había salvado la vida.-
FIN
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Los tres
FanfictionLos funcionarios públicos se ven en la penosa obligación de desempolvar una antigua ley, los habitantes del Londres mágico debían acatarlas o las consecuencias serian terribles. Ser el salvador del mundo mágico lo lo libra de esto, él se unirá a ell...