Sexo de reconciliación

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-Voy a esforzarme lo prometo- juró él con solemnidad muy cerca del oído de ella.

-Quiero verte intentándolo, Potter-dijo ella sonriendo él la miró y por primera vez se sintió afortunado de haber sido emparejado con ella, sin dudarlo, bajó la cabeza para unir sus labios a los de ella, Maddison suspiró y se abandonó a en los brazos de su esposo, él lo sintió y profundizó el beso, en un momento, Harry sintió como ella deslizaba las manos por el abdomen y pecho de él para llegar hasta su cuello y enrollar los brazos alrededor del mismo él la apretó de la cintura atrayéndola más a su cuerpo adentrándose en su boca con la lengua, ella jadeó y fue toda la invitación que necesitó, con suavidad, deslizó las manos por las piernas de Maddison levantando poco a poco su vestido, ella sintió la caricia y levantó la rodilla derecha hasta la altura de la cadera de él, sin interrumpir el beso, Harry la levantó, haciendo que ambas piernas se enredaran en su cintura. La chica gimió cuando sintió que el hechicero desaparecía su ropa interior y con el mismo hechizo de bajaba los pantalones.-

-Te deseo, muchísimo- confesó el azabache empujándola contra una de las paredes, ella no protestó, se sentía muy al borde.-

-Puedo notarlo- admitió ella frotando las caderas contra él, Harry gimió y la apartó lo suficiente como para empezar a penetrarla , ella lo recibió con un fuerte gemido, arqueando la espalda, producto de un espasmo que la atravesó al sentir la invasión, Harry sonrió al notarlo, ella siempre había manifestado esas reacciones al estar con él, disfrutaba sin restricciones, cuando Maddison ajustó las piernas y se aferro a sus hombros para empezar a moverse recordó que también le gustaba dar placer sin egoísmos.

-Basta linda- pidió el azabache gimiendo- estoy demasiado excitado y vas a hacer que acabe pronto.-

-¿Tu agenda está llena?- preguntó la chica con picardía mientras bajaba la cabeza para morder el cuello de él, Harry gimió gustoso- Estoy segura de que puedo conseguir más de ti que solo un orgasmo, por más bueno que este sea.- él la miró y ella le devolvió la mirada, se veía adorablemente sexy entre sus brazos, conteniendo parte de su ser, mientras se aferraba a las caderas de él con sus hermosas piernas, Harry pudo sentir miles de mariposas batiendo sus alas en su estómago.-

-Tu lo has pedido- sentenció hundiéndose todavía más en ella para empezar a embestirla con fuerza.-

-Más, Harry- pidió ella con un hilo de voz y él sonrió.-

-A tus ordenes, amor- respondió él redoblando la apuesta, él la besó sin dejar de embestirla, fuerte y profundo, cada vez más rápido, hasta que con un grito, ambos llegaron al clímax- esto no termina aquí- anunció él desapareciéndolos para aparecer en el dormitorio. Esa tarde, esos dos magos no volvieron a hablar, pero demostraron con sus cuerpos todo lo que sentían.-

-Ay sí!- gimió Hermione siguiendo los movimientos de Draco, él la tenía contra una de las paredes de la habitación principal de la Mansión Malfoy y la penetraba una y otra vez- Más- pidió la chica y él la penetró más profundo antes de llevar una de sus manos a su vagina para estimular su clítoris, ella volvió a gemir antes de dejarse invadir por un orgasmo arrasador, Draco la siguió, derramándose en su interior. Poco a poco, ambos fueron recuperando su respiración, el rubio sentía el sudor perlándole la frente y al bajar la mirada pudo ver como también bañaban su pecho y abdomen, la sesión de sexo con Hermione había sido increíble, pero ahora que las nubes de la pasión se disipaban se preguntaba si había hecho lo correcto al ceder a la tentación que el cuerpo de la castaña significaba para él. De repente, la imagen del dedo herido de Maddison le invadió la mente, salio de ella y se acostó en la cama.-

-Eso fue increíble, Draco- confesó la castaña cuando al fin pudo hablar, se giró a verlo solo para notar que él permanecía con la vista fija en el techo.-

-Si lo fue- dijo él por toda respuesta antes de cubrirse los ojos con el antebrazo.-

-¿Pasa algo?- preguntó ella temerosa, sintiendo como todas las acciones en las que se había empeñado tanto, se convertían en una pesada carga que empezaba a pasarle facturas.

-No- respondió poniéndose de pie para empezar a vestirse.-

-Draco por favor, háblame- pidió ella con lágrimas en los ojos- acabamos de hacer el amor, pensé que nos habíamos reconciliado- él se dio vuelta a verla, ella se mantenía en la cama, cubriéndose los pechos con las sábanas de seda negra.

-¿De verdad, Hermione? ¿Hiciste el amor conmigo?

-Por supuesto que si, cariño, por favor, estoy intentándolo, pero necesito que confíes en mi.-

-¿Cómo puedo estar seguro de que no me pasará lo que le pasó a Maddison?

-No puedo borrar lo que ya hice, Draco- admitió Hermione sollozando- pero te suplico que nos des una oportunidad, yo quiero hacer las cosas bien, quiero tener una relación real contigo.-

-¿Y esa relación incluye a Potter?

-No- respondió ella enderezándose en la cama- eso ya se terminó, la verdad es que Harry y yo ya no estuvimos juntos desde que él y Maddison afianzaron su relación y yo tengo que admitir que me sentía cómoda con lo que tenía, no tenía que preocuparme por una desilusión, ahora lo entiendo, él no podía darme más de lo que ya teníamos y yo no quería más. Cuando pasó lo de la ley, realmente tuve miedo, Draco- él la miró y pudo notar que ella empezaba a abrirse por primera vez – nunca me miraste si no era para insultarme, me llamaste de mil maneras hirientes y sin saber como ni por que, de todas maneras me enamoré de ti y no la pase bien en Hogwarts gracias a eso- ella bajó la mirada, pero pudo sentir que Draco se sentaba en la cama- al salir esta ley no pude evitar intentar convencerme de que estaba enamorada de Harry, por que si ya estaba enamorada, no podía volver a enamorarme de ti- ella sorbió por la nariz y ajustó la sábana sobre su cuerpo- hice todo mal y estoy muerta de miedo, pero no quiero perderte sin siquiera haberlo intentado- Hermione se atrevió a levantar la mirada, Draco la miraba y se veía más relajado.-

-Lo que fui en la escuela no es algo que me enorgullezca, Hermione, pero he pagado el precio por todo mi pasado y un precio muy alto, de todas maneras quiero creer que todos en esta vida nos merecemos oportunidades y ni tu ni Potter nos las han dado. Maddison es una buena persona y la lastimaron sin medir las consecuencias y yo creo que me merezco algo de tu respeto.-

-Lo sé y lo siento- dijo ella, empezaba a sentirse muy incómoda en esa habitación, intentó salir de la cama conservando algo de dignidad, pero Draco le imposibilitaba pararse, así que solo le quedaba deslizarse hacia el lado que él había ocupado momentos antes-como dije, no puedo deshacer lo que ya hice, quiero darle una oportunidad a lo nuestro, pero para eso también tienes que estar de acuerdo- la chica salió de la cama envolviéndose en las sábanas de seda y buscó su ropa con la mirada, cuando estaba a punto de alcanzar la blusa que llevaba puesta en la mañana, él la alcanzó.-

-¿A dónde vas?- preguntó Draco acercándose a ella, el pulso de la castaña se aceleró al verlo sin camisa, terriblemente sexy.-

-No se que hora es- respondió atropelladamente- pero no puedo volver al ministerio así que supongo que a mi casa.-

-Pensé que podrías quedarte y demostrarme lo mucho que quieres estar conmigo.-

-Yo pensaba lo mismo, pero te veías tan reacio hace un rato.-

-No voy a negarte que tengo mis dudas, pero tienes razón- ella lo miró con atención- no puedo reprocharte que no me has dado una oportunidad y luego no dartela a ti- el rubio se acercó a ella y apoyó las manos en las caderas de ella- intentémoslo, Hermione- ella suspiró antes de asentir y dejando caer las sábanas se colgó del cuello del hombre antes de dar un brinquito y rodearlo con sus piernas, él la llevó de vuelta a la cama y de allí no salieron hasta la mañana siguiente.-

Los tresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora