Capitulo 19

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Es cierto que en numerosas ocasiones los planes no siempre resultan como uno esperaría, también es cierto que en algunas veces solo unas cuantas partes de lo planeado llegan a cumplirse, incluso en otras ocasiones, apenas se acercarían a lo que se aspiraba en primer lugar, pero... lo que el juez estaba experimentando en ese momento, ni siquiera se acercaba a alguna de esas categorías, pues lo que estaba ocurriéndole ahora mismo, era por lejos, todo lo contrario, a cualquier cosa que él hubiera imaginado.

Cuando comenzó su día, ciertamente nunca espero absolutamente nada de lo que en el transcurrió:

El ayudar a los aldeanos con su festival del horror, el ser humillado frente a todos por una estúpida mujer, y mucho menos, el ir a parar a un maldito sanatorio de porquería, donde sorpresivamente, descubriría que el caballero de piscis, su más grande y reciente obsesión, se encontraba ocupando justamente uno de los cuartos de ese lugar, a solo unos cuantos metros de distancia de él.

Ese sin lugar a dudas, había sido el mejor *imprevisto* de todos! Si bien nunca lo espero, no por ello habría de desaprovecharlo. Pues aquella, era una muy valiosa y única oportunidad, que estaba seguro no volvería a tener la suerte de poder repetir.

Al fin su señor Hades le mostraba un poco de piedad al brindarle la oportunidad de reencontrarse con la persona objeto de sus retorcidas fantasías, de sus alucines depravados y sus deseos enfermos.

Finalmente, Minos de Griffon estaba de vuelta en el juego, y esta vez, no habría medios tiempos.

Por esa razón, en cuanto pudo obtener el paradero exacto del santo dorado, cortesía especial de aquel grupo de enfeme-urracas chismosas, no pudo evitar lanzarse de inmediato en su búsqueda, con la misma determinación y fiereza con la que una bestia carnívora se abalanzaría sobre su desprevenida presa.

Era perfecto, no podía describirse de otra manera, no podría haberlo planeado mejor, al fin el tablero estaba a su favor, y nada lo arruinaría, nada podría hacerlo ¡NADA!

Sin embargo, increíblemente, el mundo se las había ingeniado nuevamente para confabular en su contra, pues las circunstancias en la que se encontraba ahora mismo, no eran si la sombra de lo que momentos antes se había imaginado.

Y la prueba de ello, era que ahora estaba en la casa de Albafica, con la hermosa y frágil figura del caballero dorado quien se encontraba dormitando sobre su cama, justo frente a él.

. — "¿Cómo fue que acabe en esta situación?" — se preguntó así mismo con desaire ante lo inverosímil de la situación. mientras repasaba con cuidado los sucesos que lo habían empujado a terminar de aquella forma. — "Ah sí...ya me acorde..."


//////// FLASH BACK ////////

Minos recorría los largos corredores del hospital a gran velocidad con una enorme y siniestra sonrisa reflejada en su rostro, gracias a aquella molesta conversación entre aquel intento fallido de mujeres, pudo lograr obtener la información que tanto deseaba; la ubicación exacta del santo dorado.

Ahora podía arreglar las cuentas pendientes que tenía con el caballero, y más aún, podía poner en marcha nuevamente todos los planes que tenía preparados para él. Así que sin desperdiciar ni un segundo más, el juez emprendió su marcha hacia la habitación donde se encontraba el caballero de piscis, ansioso por verlo nuevamente.

Sin demora alguna, el gran espectro logro llegar al tercer piso del edificio, donde inmediatamente comenzó a buscar la habitación que aquella enfermera había señalado.

[Minos x Albafica] Del Odio al Amor  Solo se Necesita un BesoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora