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ELIZABETH

Me doy cuenta muy rápido de la escena ante los ojos de James y me trato de poner de pie pero no puedo apoyar muy bien el pie y de repente David sólo se queda ahí esperando la respuesta de James y yo me acerco a él y digo:

—James...—pero ya está, después de eso no sé ni que decir.

—Me voy, no puedo estar aquí. —dice James luego sale por la puerta y yo voy atrás de él lo más rápido que puedo pero yo tengo aún el dolor en el pie, lo persigo hasta la entrada y él sube a su Audi y yo estoy haciendo algo que me prometí a mi misma que núnca haría:

Estar descalza en medio de la calle gritándole a un hombre que vuelva.

Cuando entro de nuevo a la casa ahí esta David. —¿Quieres que me vaya? —me pregunta con cara de culpa.

—Quédate, vamos a aclarar esto—como debió quedarse James pienso—esperame debo ir al servicio.

Mientras voy al baño trato de ponerme en los pies de todos los involucrados mientras me pongo unas zapatillas pero no sirve de nada, lo llamo al celular frenéticamente yo no hice nada malo (bueno técnicamente no) y no es como si me hubiera encontrado desnuda en alguna posición del kamasutra mientras imitaba a algún animal, David siempre fué lindo conmigo y siempre ha sido amigo de James por lo que sé, de todos modos agarro el teléfono y le mando un mensaje a James:

+Tenemos que hablar James, no te puedes ir así cada vez que pasa algo.

Cuando vuelvo David está viendo por la ventana viendo a su celular, luego se percata de mis pisadas y se da la vuelta.

—Intenté llamarlo pero...—dice él —quizá sí debería irme.

—David quédate enserio, sólo me tomaste por sorpresa. —luego nos sentamos en la sala y no sé porque pero me pongo en el sillón más alejado.

David guarda silencio y luego sosteniendo ambas manos dice:

—Tienes que saber algo—lo veo tan tenso que le digo:

—Dime. —pensé que discutiríamos el asunto del beso pero en vez de eso me cuenta algo terrible mientras se sienta.

—Una vez me quise suicidar—dice cómo declarando algo sumamente tonto.

—¿Qué? —digo sorprendida.

—En mis primer año de universidad, mis abuelos murieron, mi novia me dejo, mi padre perdió el empleo que tenía y en un més me quedé sin dinero, en aquel entonces me pareció el fin del mundo.

—Entiendo—es lo único que yo logro articular.

—Pensé en tomar pastillas, ahorcarme o saltar del edificio más alto, —ahí hizo una pausa— luego un día James apareció y no me dejo en días me invitaba a comer y a estar con sus amigos, nunca me dejo sólo hasta se quedaba en un colchón inflable de mi dormitorio porque según él no podía caminar hacia el suyo después de beber, en un par de semanas de lo mismo mejoré y al fin pensé lo que pienso ahora "suicidarse no soluciona nada" al poco tiempo conocimos a Steve y Tony, desde entonces fuimos inseparables, James salvó mi vida.

—Lo entiendo, si. —dije y él levantó la vista.

—Pero tenía que decírtelo al menos una vez, si no hubiera podido seguir sintiendo esto ¿me entiendes? ahora me puedes rechazar y eso me daría un cierre, lo siento por James pero es algo que debía hacer.

—Pensé que él te golpearía o algo así. —dije finalmente.

—No lo haría hicimos un pacto.

ESE DEMONIO ES MIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora