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ELIZABETH 


Cuando por fin me doy cuenta colgué y el tal Tommy me suelta un abrazo enorme como si me conociera de toda la vida, hasta que dice:

—En realidad soy Tony.

—Ahh lo siento es que...—empecé a decir.—Amm pero oye, deberíamos ir a saludar a todos. —dijo Tony interrumpiéndome.

Caminamos de regreso a la mesa y digo:

—Él es—intenté presentarlo pero David saltó diciendo:

—Tommy, ¡demonios! —dice David poniéndose de pié—¿cómo has estado? —Tommy o Tony ya no sé, lo abraza como me abrazó a mi y responde:

—Bien, bien, —dijo asintiendo.

—No lo conocían verdad pasamos la Universidad juntos—dice David emocionado a los de la mesa.

—Mejor dicho metiéndonos en problemas juntos—dice Tony.

—Seguro que si—dice Elice.

—Señorita me presento—dijo dirigiéndose a Elice— soy Tomás Galicia Torres, pero el mundo me conoce como Tony G.

—Un gusto—dice ella con una sonrisa.

—No puede ser, hace años que no nos veíamos—afirma David.

—Lo sé —continua—demasiado pero estoy tratando de hacerme una reputación en América para salir más seguido y visitar a mis viejos amigos por ahora aquí estoy y me va muy bien.

—Por lo que sé tocas el saxofón—afirmo yo.

—Entre otros instrumentos—afirma con una sonrisa en la cara.

—Lisa Simpson—dice de repente David, por lo que todos nos le quedamos viendo sin saber que está pasando.

Tony empieza a reírse y David tiene una sonrisa malvada en la cara.

—¿Recuerdas eso?—dice Tony rascándose la frente muy contento.

Pero al ver nuestra cara de "que rayos" nos dan un poco de contexto al resto.

—Ahh lo que pasa—dice explicando Tony— es que James siempre se metía con todos creo que a todos les puso un mote y un año entero me llamó Lisa, por mi saxofón—dijo Tony con una sonrisa.

—Lisa Simpson—rectificó Dave.

—No lo sabía—confesé. Iba a tomar asiento cuando Tony me tomó del codo y dijo:

—En realidad quería hablar contigo Elizabeth, a solas.

—Claro—dije.

—Fue un verdadero gusto saludarlos señorita, caballeros.

—Ahora vuelvo. —dije.

Le doy una mirada a los miembros de mi mesa cuando nos dirigimos a una de las mesas en las esquinas, él se encarga de acercarme la silla y veo que comparte un par de palabras con los meseros pues nadie se nos acerca en el resto de la noche.

De inmediato pensé "déjalo hablar, de lo que diga y cómo lo haga" podré descifrar sus intenciones. Pero Tony tenía una manera de hablar en la que me daba la impresión del gato de chesire en "Alicia en el país de las maravillas" sabía lo que decía, en que tono, a quién y se sonreía por dentro.

El resto de la mesa se quedaron allí diciendo probablemente algo acerca de nosotros, yo nunca conocí a Tony, ¿Que quería de mi?

—Les pedí que no nos molestaran espero no te extrañe. —dijo él refiriéndose a el servicio.

ESE DEMONIO ES MIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora