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ELIZABETH


Volver a ver a Nathan no fue difícil lo difícil fue concentrarse en lo que debíamos hablar de negocios no pensar en todos esas veces en las que salimos juntos.

De repente me saca de mis pensamientos acerca del pasado y dice:

—¿Enserio tienes todos tus recibos en esta caja? —dice el viendo la caja de regalo que llamo el "lleva todo".

—Si lo hice hace años, agarras una caja; la cierras y le haces una avertura por la cual solo metes cada recibo de compras para que cuando algún contador te pregunte que si tienes tal o cual recibo es simple tiene que estar en la caja.

—Muy inteligente ojalá todos mis clientes fueran como tu.

—Gracias por el cumplido. —digo mientras sigo revisando los contratos y mis mails, cuando de repente dice:

—Tenía previsto estos gastos, pero hay algo que no encuentro aquí.

—¿Qué es?

—El recibo de tu anillo de compromiso porque si es tuyo tengo que deducirlo sabes...

Ahí me cambio la cara, hay veces en la que dejas de oir lo que la persona dice y te concentras más en sus palabras y el trasfondo.

—¿Son ciertos los rumores? —soltó de pronto.

—¿Que rumores son esos? —pregunté seria.

—Que es solo para mantener una farsa en los negocios después de todo las acciones de ambas empresas ya se triplicaron en la bolsa de valores no es necesario que me lo ocultes...

—Así que tu crees—comencé a decir, pero me interrumpió.

—Vamos, no traes ningún anillo y legalmente no se le ha visto a James Hammer en meses y ya sabes los empleados hablan...

—Ya se me había olvidado, pero te lo agradezco Nathan. —digo seria.

—¿Que se te había olvidado? —pregunta curioso.

—El porqué ahora sólo tratamos asuntos en la oficina —dije al pararme del escritorio— no estas aquí para ver que chismes circulan por las oficinas Nathan, ni para hablar de suposiciones que haces en tus ratos libres con los empleados—ahí pareció reaccionar e intentar detenerme pero le hice una señal de callarse— y en cuanto a mi anillo, —terminé— ¿no está el recibo en la caja cierto?

—Cierto—dijo viendo cada papel en la mesa y evitando mi mirada.

—Así que si no esta ahí no lo puedes deducir de mis impuestos ¿verdad?—digo en un tono de Plaza Sésamo.

Antes de que diga algo más digo:

—Ya te puedes retirar, —digo mientras camino a la puerta y la abro—quiero mis impuestos en regla lo más pronto posible y una vez listo quiero que te contactes de inmediato con Elice.

—Si Elizabeth —él agarra la caja, me dá una mala mirada y luego se dirigió a la puerta y estaba por cruzar la puerta sólo que antes dije:

—Ahh y una cosa antes Culpepper, para ti soy la señorita Master's.

—Si señorita Master's, me retiro. —dice antes de irse.

Cuando sale por la puerta y Elice me da una mirada de "estas bien" a la que le respondo con otra de "si, lo que sea".

Cierro la puerta y voy a la ventana el mundo no parará por mis preocupaciones ni hoy ni, nunca.

Decido poner música y quitarme los zapatos para un descanso, recuerdo claramente cuando teníamos 18 y 19 años y yo estaba enamorada de la idea del amor, viviendo el momento pero con ganas de representar un enamoramiento de preparatoria aunque yo ya estuviera en la Universidad.

ESE DEMONIO ES MIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora